El Ayuntamiento estudia aumentar la cuantía de las multas por hacer fiestas en los pisos

En lo que va de año, la Policía Local ha realizado 815 actuaciones de este tipo y han aflorado más de 300.000 euros por alquileres ilegales

Policía Local noche Granada
Un policía local de Granada vigila el cumplimiento nocturno de las medidas | Foto: Archivo
Miguel López Rivera
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Incivismo, egoísmo, falta de percepción del riesgo… Ahondar en las causas que llevan cada fin de semana a cientos de jóvenes a saltarse las restricciones para organizar botellones en sus domicilios daría casi para otro confinamiento. Las fiestas privadas como sucedáneo de las discotecas se han convertido en el gran caballo de batalla de la Policía Local de Granada desde que comenzó la pandemia del coronavirus. Sobre todo a raíz de la segunda ola.

Sólo el último fin de semana, la Policía Local realizó 37 actuaciones en pisos por fiestas. Una cifra preocupante incluso para una ciudad con una gran población universitaria como la de Granada, pero que es aún más inquietante si se sigue echando la vista atrás. Y es que en lo que va de año, las actuaciones ascienden ya a 815. Cuando los agentes acceden a los inmuebles, la escena que se encuentran es casi siempre la misma. Varios jóvenes reunidos en torno a una mesa provistos de alcohol, sobrepasando el límite permitido de seis personas para una reunión entre no convivientes y con la música a todo volumen. Esta última circunstancia, que ha preocupado a comunidades de vecinos enteras hasta hace no mucho, casi se ha convertido en un algo baladí frente al potencial peligro del Covid en ese tipo de juergas.

Dicen que hecha la ley está hecha la trampa. Algo que muchos infractores saben y conocen al dedillo. Por eso, no todos los avisos a la Policía por guateques terminan en denuncia. Muchas de estas fiestas no reciben el castigo que está previsto en la normativa. ¿El motivo? Los agentes tocan al timbre, pero nadie abre. O abren, pero no pueden demostrar cuánta gente forma parte de la improvisada ‘discoteca’ al no presentar una orden judicial que obligue al morador a dejarles pasar. Diferentes contextos que hacen que las multas, cuando se producen, no alcancen siempre el valor del posible daño causado a la sociedad. Por eso, desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana y Movilidad ya se estudia la posibilidad de ampliar la cuantía de esas multas para disuadir a los más irresponsables. El objetivo, buscar un nuevo marco que permita, sobre todo a los adolescentes, entender la importancia del momento y tomar consciencia del mismo.

Las sanciones por este tipo de reuniones le cuestan actualmente 400 euros al organizador del botellón (ya sea el dueño del piso o su arrendador) y 100 a cada uno de los integrantes que, en el momento de la actuación, se encontraban en el piso. Y aquí es donde más y mejor aparece el ingenio de muchos para esquivar los castigos. Lo que sucede es que la Policía no siempre puede determinar cuántas personas hay dentro al no conseguir acceder al interior del domicilio. Esto permite arreglar la ‘cuenta de la vieja’ a los promotores de estos botellones ilegales, que pueden llegar a organizar una fiesta con una veintena de personas con un riesgo de multa de 400 euros que, llegado el caso, podrían sufragar entre todos a partes iguales.

Más de 300.000 euros en B de alquileres ilegales

Y eso es precisamente lo que pretende evitar el Ayuntamiento de Granada articulando un nuevo régimen sancionador a través del área que dirige César Díaz. No obstante, no siempre ese ‘truco’ termina saliendo bien a quienes incumplen las normas. Tanto cuando los agentes consiguen entrar en la vivienda para aplicar la ley como cuando no, la Policía Local inicia un procedimiento de comprobación de la titularidad del inmueble en cuestión. Para ello, se cruzan datos con la Agencia Tributaria. Desde Hacienda se comprueban todos esos datos del propietario de la vivienda de la que se recibió la queja. Y no es extraño que en algunas de ellas se descubra que estaba siendo alquilada ilegalmente. Es decir, sin un contrato que mediara parte entre inquilino y casero o sin alguno de los documentos necesarios para proceder al arrendamiento.

GranadaDigital ha podido saber que, en lo que va de año, ya han aflorado más de 300.000 euros en inmuebles alquilados en B. Y todo gracias a la afinación de los trámites por parte de la Policía Local de Granada, y a su posterior puesta en común con el fisco, para llegar en cada caso hasta el final. No obstante, podrían ser muchas más las viviendas que se encuentran en esta misma situación, algo para lo que el Consistorio también ingenia nuevos mecanismos de detección.

Fiestas convocadas en las redes sociales

Otra de las circunstancias que preocupan y mucho en la Plaza del Carmen radica en las convocatorias a través de las redes sociales. Son mucho más difíciles de controlar y, si se hacen a través de grupos privados, también de detectar. El último ejemplo es la ‘rave’ organizada para la noche del viernes en las inmediaciones del Cortijo Jesús del Valle. Pese a que el mensaje multiplicado a través de WhatsApp pedía “no pasarlo por los grupos” para evitar que cayera en manos ‘enemigas’, las pesquisas policiales consiguieron localizar la fiesta. El texto era una verdadera oda a todo lo que no se debe hacer, con invitaciones a saltarse el toque de queda y otras restricciones incluidas.

La colaboración ciudadana, sobre todo de muchos deportistas, resultó fundamental para frenar el que podría haber sido a la postre un nuevo foco de contagio. Desde el Ayuntamiento confirman que muchas de estas llamadas a la insumisión en las redes terminan resultando bulos o, simplemente, no ejercen el poder de convocatoria necesario para que terminen celebrándose, pero desde la Policía Local se rastrean todas aquellas de las que se tiene constancia. Hasta el punto de que el Cuerpo ha intensificado sus protocolos de colaboración con la Policía Nacional para establecer fórmulas que permitan a ambas partes seguir el rastro de este tipo de ‘raves’. Es otra de las grandes líneas de actuación del Consistorio, que se afana en poner cerco a los irresponsables
“La primera posibilidad que nos planteamos fue incrementar la presión policial, para reforzar efectivos de un tiempo a esta parte. En paralelo a eso pusimos en marcha este operativo coordinado con la Agencia Tributaria. Y vistas las circunstancias estaríamos pensando en un endurecimiento de las sanciones, algo que vamos a proponer a los grupos políticos del Ayuntamiento”, confirma a este periódico el concejal de Seguridad Ciudadana, César Díaz.

Para el también edil de Movilidad, puede existir “cierto hartazgo de la ciudadanía por la duración de las medidas, especialmente de los sectores más jóvenes”. “Y luego hay otra cosa, y es el cierre del ocio nocturno, con el consiguiente incremento de los botellones”. El responsable municipal añade una cifra más: “Tenemos identificados 32 espacios públicos -calles, plazas o parques- que son frecuentados por nuestros jóvenes para hacer botellón y eso ha derivado también en un incremento de las fiestas de estudiantes”.

Por eso, concejal hace el enésimo llamamiento institucional “a la responsabilidad”. “No hay nadie absolutamente inmune al virus y sus consecuencias las vemos cada día más cerca. En nuestros mayores y en otras personas que se han ido sin poder recibir las muestras de cariño que se merecían. Nadie es inmune a la posibilidad de contagio, pero hay una manera muy sencilla de minimizar la exposición con el Covid, que es cumplir las normas de las autoridades sanitarias. Y esto se resume en llevar la mascarilla, guardar la distancia y no reunirse en grupo de no convivientes mayores de seis personas”, detalla César Díaz quien recuerda que, “si cumplimos estas medidas, volveremos a recuperar la normalidad antes y salvaremos la economía y la salud”.

Y es que cada fin de semana, la Policía Local redobla sus esfuerzos y coordinación con otros cuerpos acciones dirigidas a frenar este otro ‘virus’ que, en no pocas ocasiones, atenúa la efectividad de las medidas aplicadas por la Junta de Andalucía en el marco del Estado de Alarma. Incumplimientos del toque de queda, consumo de alcohol en la vía pública, locales comerciales que abren fuera de horario, personas que se saltan las restricciones del cierre perimetral y, cómo no, jóvenes que sortean las medidas para saciar su sed de juerga en los pisos de estudiantes. Todos ellos ajenos a un virus al que le hace falta muy poco para seguir extendiendo la pandemia.