La baja de una azafata deja tirados de madrugada en el Aeropuerto de Granada a 22 pasajeros procedentes de Tenerife

Les dijeron que no podían volar a Granada apenas minutos antes de despegar, tuvieron que ser reubicados en otro vuelo con destino Sevilla y, cuando llegaron desde la ciudad hispalense hasta el Aeropuerto Federico García Lorca se encontraron con la nada. Solos, sin maletas ni equipaje y sin posibilidad de desplazarse hasta la capital.

Las vacaciones de 22 de los pasajeros que este jueves tenían que tomar el vuelo VY3116 de Vueling entre Tenerife Norte y Granada no pudieron empezar de peor forma. Y todo por una concatenación de errores y la falta de previsión de la compañía.

Deberían haber aterrizado cómodamente a las 19.45 horas, pero entre unas cosas y otras no pisaron la terminal de Chauchina hasta las dos de la madrugada, tal y como han relatado a GranadaDigital varios de los damnificados. Ya allí se encontraron con que el aeródromo estaba cerrado. No tenían las maletas ni tampoco forma de cubrir los 19 kilómetros que les separaban del centro.

Todo empezó cuando Vueling les notificó a los últimos 22 pasajeros que iban a embarcar en la aeronave que no podían hacerlo "porque una azafata se había puesto mala", tal y como confirma Aida, una de las usuarias afectadas, y natural de Tenerife. "Había dos menores de edad que viajaban solos. Uno de ellos estaba llorando con un ataque de nervios y un pasajero ya embarcado decidió cambiarse por él", añade.

Los usuarios ya han interpuesto varias reclamaciones. Sobre todo porque aseguran que Vueling les obligó a iniciar el trayecto sin sus maletas, que seguían facturadas desde el primer momento en el vuelo VY3116. "Protestamos porque es ilegal volar sin nuestras maletas. Nos dijeron que no nos preocupáramos, que cuando llegáramos al Aeropuerto de Granada íbamos a ser trasladados desde Sevilla a Granada en un bus lanzadera y que allí nos esperaría alguien para llevarnos", relata Aida.

Pero nada de eso ocurrió. Mientras que el vuelo que debía traerlos desde las islas a la capital ya acumulaba una hora y tres cuartos de retraso --despegó a las 19.03 (hora peninsular) y aterrizó a las 21.10 cuando debía hacerlo a las 19.45--, los 22 pasajeros no despegaron desde San Pablo hasta las 20.28, aterrizando a las 22.18 y con llegada a Granada a las dos de la madrugada.

"El operario de guardia habló con el conductor del autobús para que nos dejara en el centro, pero él no tenía permiso. Cuando llegamos a las dos de la mañana, allí estaba todo apagado y cerrado. Bajamos del autobús y el conductor se fue. Todos nos quedamos mirando y buscando una solución", añade Aida, quien recuerda que fue un guardia civil y un vigilante de la terminal quienes, tras preguntarles qué hacían allí, llamaron a taxis de Granada capital para permitirles que los recogieran, pues no tienen permitido recoger pasajeros en el aeropuerto.

"Habríamos tenido que estar dando vueltas solos y de noche por las inmediaciones del Aeropuerto, y con el menor de edad solo", concluye Aida. Ahora toca recuperar las maletas, presentar las reclamaciones y, por supuesto, disfrutar de unas merecidas vacaciones