El Banco de Alimentos atiende a más de 49.000 personas en la provincia con ayudas de la Junta
El reparto de comida se ha efectuado a través de 256 entidades en el marco de un programa cofinanciado con 507.125 euros
El delegado territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Manuel Montalvo, ha informado que el Banco de Alimentos de Granada ha atendido a 49.265 personas a través de 256 entidades en el marco del Programa de Provisión y Reparto de Alimentos a la Población en Situación de Vulnerabilidad ocasionado por el Covid-19 que la Consejería ha financiado con 507.125 euros. Por otra parte, ha destacado la prórroga de esta iniciativa puesto que “el presupuesto de este ejercicio consigna un crédito nominativo por importe de tres millones de euros para toda Andalucía, lo que va a permitir prolongar a lo largo de este año el programa de provisión y reparto de alimentos y ampliar la inversión en la provincia de Granada hasta 902.311 euros”.
Para toda la comunidad autónoma, la Federación de Bancos de Alimentos de Andalucía, Ceuta y Melilla ha contado con una ayuda extraordinaria por importe de 4,3 millones de euros, lo que ha permitido atender a 416.182 personas a través de 1.760 entidades.
Montalvo ha subrayado la urgencia con la que se puso en marcha este programa “porque había que actuar de forma rápida y eficaz, rompiendo con el encorsetamiento burocrático al que estamos acostumbrados por parte de la Administración”. De hecho, esta ayuda extraordinaria llegó a los Bancos de Alimentos en un momento en el que su demanda se había visto incrementada en un 25%, teniendo que realizar repartos de alimentación no previstos.
“Esta fue una de las primeras medidas que se tomó ante una situación de emergencia inmediata para muchas personas que, en gran número, además, no habían tenido que acudir antes al Banco de Alimentos ni a otra entidad y que la pandemia ha dejado en una situación de vulnerabilidad absoluta”, ha señalado el delegado.
Durante su ejecución, el programa ha contribuido a incrementar la calidad de la atención a las personas vulnerables que prestan los Bancos de Alimentos de Andalucía al permitir adaptar la compra de alimentos a las necesidades reales de las personas destinatarias. En este sentido, la planificación de las compras ha supuesto la reducción del tiempo de rotación de los alimentos que gestionan los bancos, lo que ha contribuido al incremento de la calidad de los alimentos distribuidos a las personas usuarias como consecuencia de la reducción de las tareas de manipulación y la orientación hacia alimentos con mejor equilibrio nutricional.
En cuanto a los tipos de alimentos distribuidos hasta la fecha, el 50% ha correspondido a leche, legumbres y aceite; el 45% a productos como el arroz, pescado en conserva, pasta, fiambre, galletas, cacao, harina y preparados en conserva; y el 5% a alimentos infantiles.
Proyectos con el tercer sector
Por otra parte, Manuel Montalvo ha recordado los proyectos que, con el mismo objetivo de atender a la población más vulnerable a la pandemia, se están llevando a cabo igualmente con otras entidades del tercer sector. Como la tarjeta monedero para la adquisición de bienes de primera necesidad con Cruz Roja, gracias a una dotación total de 24 millones de euros que ha beneficiado a más de 26.000 familias andaluzas; las ayudas en materia de necesidades básicas que se han gestionado a través de Cáritas con un presupuesto de más de 2 millones de euros; y el programa extraordinario de alojamiento e inserción social para personas sin hogar gestionado por la Red de Lucha contra la Pobreza con un presupuesto de casi 3 millones de euros.
En global, más de 100 millones de euros que el Gobierno andaluz ha movilizado en ayudas, tanto ordinarias como excepcionales, contra la pobreza y la exclusión social en una época de crisis económica y social. En este sentido, el delegado ha destacado todos los programas puestos en marcha con las entidades del Tercer Sector como un ejemplo de la colaboración público-privada y ha ensalzado la existencia de estas organizaciones que llegan a lugares a dónde la Administración no puede, bien por falta de medios o por la lentitud en sus procesos.