Barcelona aprueba el plan que regula los clubes cannábicos
El objetivo de esta iniciativa es compatibilizar el derecho de asociación de los consumidores con el ejercicio de otros derechos como la protección de la salud
El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este viernes el Plan Especial de ordenación de asociaciones y clubes cannábicos, con los votos favorables de BComú, PSC, ERC y la CUP; el rechazo de CiU y PP, y la abstención de C's.
La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha asegurado que el objetivo es compatibilizar el derecho de asociación de los consumidores de cannabis con el ejercicio de otros derechos fundamentales, como la protección de la salud y la convivencia.
Se fija una distancia mínima entre estos clubes y determinados espacios, como centros docentes, de atención a drogodependientes y de suelo calificado de equipamiento, entre otros: esta distancia mínima debe ser de 150 metros en cascos antiguos y de 100 en el resto de la ciudad; pero este punto no afecta a los 120 clubes que ya operan en la ciudad.
El plan también obliga a los locales a tener un acceso independiente desde la calle, una doble puerta o vestíbulo de separación y una chimenea, requisito al que se deberán adaptar todos los clubes en un máximo de 18 meses.
LA OPOSICIÓN
El concejal de CiU Jordi Martí ha criticado el plan porque puede provocar problemas de seguridad e incentivar el consumo de cannabis entre los jóvenes, mientras que el edil del PP Javier Mulleras ha advertido de que el plan convertirá Barcelona en una ciudad "cannabis friendly" porque banaliza y fomenta el consumo de esta sustancia.
El edil de C's Koldo Blanco ha resaltado que una buena regulación no debe ser abolicionista; el concejal de ERC Jordi Coronas ha dicho que no se debe generar alarma social ante este plan, mientras que Maria José Lecha (CUP) ha resaltado que una regulación es necesaria para garantizar la buena convivencia entre los clubes y los vecinos y evitar las ilegalidades y el "turismo cannábico".