Barral, picardía de fábrica
El andaluz opta a la titularidad del ataque rojiblanco que se medirá ante el Real Madrid de Zinedine Zidane
David Barral ha llegado a Granada tarde. Eso es lo que pensarán los dirigentes del club en vistas al gran rendimiento que dio la temporada pasada en el Levante. Sus goles (11 en 35 partidos) fueron clave para mantener al equipo granota, por entonces dirigido por el granadino Lucas Alcaraz. Goles que el Granada CF también sufrió.
El futbolista andaluz vive del gol. Lo tiene entre ceja y ceja, pero es de esos delanteros que viven con inteligencia la soledad del delantero puro, la pelea con los defensas rivales y ser héroe o villano en apenas segundos. Es la naturaleza del atacante y Barral la vive con picardía.
La picardía acoge al de San Fernando para mostrar al contrario que no se necesitan lujos, privilegios o exuberancias, sino que pensando antes, rápido y yendo al sitio indicado es suficiente para salir victorioso de las miles de pugnas que contiene un partido de fútbol. El domingo puede ser titular ante el Real Madrid, donde se crió. Abandonó el club merengue en el 2006, emprendiendo su carrera en Gijón, donde pasó seis temporadas.
En los entrenamientos ya se aprecia su buen hacer ante la portería. Ante los porteros gana todas las partidas, y llega con ganas de jugar, “hambre de fútbol”, algo que aumenta su efectividad. Es muy interesante cómo influya su experiencia en el fútbol en los dos niños de oro del Granada, Success y Peñaranda. Esa picardía puede hacer crecer tanto al nigeriano como al venezolano, incorporando algo muy aprovechable por los delanteros a su estilo de juego potente y mágico.
Los 18 y 20 años de los delanteros rojiblancos se verán complementados a la perfección con los 32 de David Barral. El gaditano impondrá un limitador a la rebeldía desmedida, la que te aleja de la ambición de hacerse un nombre en el fútbol y triunfar. Al final todos ganarán, Barral, Peñaranda, Success y el Granada. Picardía, goles y fútbol.