Los británicos residentes en Granada cuentan cómo se enamoraron de la ciudad
Tres personas de Reino Unido, la tercera comunidad extranjera más grande de la provincia, cuentan sus experiencias de vida
GranadaDigital continúa con su serial de reportajes, que tienen por objetivo conocer más historias de extranjeros que se han instalado en Granada. En este recorrido, ya se han presentado historias de personas de Marruecos y testimonios de la comunidad de Rumanía, quienes han contado por qué decidieron hacer de esta ciudad su hogar y cómo ha sido residir todos estos años en el territorio.
Esta semana continúa con la tercera comunidad extranjera más grande en Granada, correspondiente a la de Reino Unido. Según el censo anual de población 2021-2023 del Instituto Nacional de Estadística, la provincia registra un total de 6.573 personas británicas, es decir, provenientes de Inglaterra, Irlanda del Norte, Escocia y Gales. Para conocer algunas historias de estas personas, este periódico ha conversado con tres de ellas, quienes han narrado cómo el destino los trajo a Granada y qué fue lo que los ha unido para siempre con esta ciudad.
"Es una cultura que aprecia mucho el contacto humano"
Peter Cousins es de Inglaterra, pero desde hace años vive lejos de su tierra. En el 2015 decidió irse a Colombia para trabajar y estudiar las temáticas de paz y conflictos, y, siguiendo esa misma inquietud, la vida lo trajo a Granada. "Mi trabajo y mi área de estudio me llevó en el 2019 hacer un doctorado en el Instituto de la Paz y de los Conflictos (IPAZ) de la Universidad de Granada. Era en los tiempo de las negociaciones sobre el Brexit, entonces yo también tenía la inquietud de regresar a Europa para asentarme en un país europeo", cuenta.
De allí en adelante, ha convertido a Granada en su hogar, encantándose con la forma de ser de los granadinos y de su manera de vivir: "Es una cultura que se vive mucho en la calle, una cultura que aprecia mucho el contacto humano en general, sea familiar o de amistades", dice. "La cuestión del tapeo en Granada, que la tapa es gratis, todos me decían que me iba a encantar y así fue", agrega entre risas.
Además de los estudios de doctorado, Peter pudo desarrollar otra de sus grandes pasiones en Granada: el canto. "He sido miembro del Coro Ciudad de Granada. Yo en las ciudades donde he vivido siempre he buscado unirme a coros, es algo que me gusta hacer, una opción cultural en la ciudad. Ese coro tiene unas energías muy especiales". Y justamente este aspecto cultural es uno de los que más le enamoró de la ciudad. "La capacidad que tiene la ciudad de traer a las mejores orquestas, los mejores directores. Me genera curiosidad positiva que Granada sea capaz de armar ese tipo de eventos", dice.
Aunque para Peter su lugar de residencia es Granada, lo cierto es que el amor lo ha llevado a realizar viajes constantes a Colombia. "Cuando yo me fui a España, con mi esposa seguimos la relación a distancia. Entonces, he tenido una cierta división de tiempos, pero bueno, yo mantengo mi residencia legal y principal en Granada", asegura. Para el futuro, espera volver con su esposa a Granada y poder radicarse aquí, sin embargo, sabe que hay otros factores que pueden determinar la decisión final. "Dependerá mucho de qué oportunidades laborales surjan", puntualiza.
"Vine a vivir unos meses y me quedé para siempre. Llevo 28 años aquí"
Elaine Philip es de Escocia y su historia en Granada comenzó el año 1995, cuando vino con unos amigos en unas vacaciones. El lugar les gustó tanto, que al año siguiente decidieron nuevamente viajar al mismo destino. Para ella, el encanto de esta ciudad fue tan grande, que tomó la decisión de quedarse un tiempo más largo.
"Decidí venir aquí a vivir unos meses, a ver cómo iba la cosa, y a partir de allí me he quedado. Y aquí estoy, han pasado 28 años", narra esta mujer entre risas. La vida en Granada le ha gustado tanto que nunca más pudo despegarse de esta ciudad: "es muy bonita, tiene algo muy especial, es como un imán que te atrae. Me gustó mucho por el tiempo, me gusta el calor", agrega.
Fue así como comenzó trabajando ayudando en algunas clases de inglés y luego conoció un español, que sería el padre de sus tres hijos, desarrollando una vida familiar en Granada. Elaine convirtió a esta ciudad en su hogar, a pesar de las diferencias culturales que tenía con su país. "Es completamente diferente la cultura de aquí, es una cultura muy abierta, muy tranquila, no es tan rígido como allá. Aquí la gente es completamente diferente, a mí me encanta", cuenta.
Sobre los granadinos, esta mujer escocesa asegura que "son muy majos. La gente te ayuda muchísimo en todo, son muy buena gente. Tienen lo típico de la malafollá (ríe) pero mi experiencia siempre ha sido buena con la gente".
Después de años dedicada a la crianza de sus hijos, esta mujer de 52 años trabaja actualmente en una tienda de souvenirs y joyería. Según cuenta, aunque Granada es su casa, en un futuro le gustaría conocer nuevos lugares y seguir disfrutando de otras experiencias: "Vamos viendo. A lo mejor llega un punto en el que me gustaría viajar un poco más, ahora tengo los hijos grandes y ya es otra cosa", cuenta.
"Granada es mi ciudad preferida del mundo"
Nicola Cross proviene de Inglaterra y, según cuenta, su amor con Granada fue a primera vista. En el año 2009 llegó a esta ciudad para vivir un Erasmus, mientras estudiaba filología española y francesa: "No sabía mucho de Granada y busqué en Wikipedia y vi que es una de las mejores ciudades para Erasmus, y por eso vine aquí", recuerda.
En esos nueve meses de experiencia universitaria, la ciudad la deslumbró y, por eso, decidió volver el año 2011 para radicarse definitivamente en la ciudad de la Alhambra. Nicola recuerda que "conocí a mucha gente que trabajaba aquí como profesor de inglés, así que hice un curso de eso y comencé a trabajar". Es así como, luego de tomar esa decisión, ya lleva 13 años en esta ciudad, a la que ya ha convertido en su hogar.
Para Nicola, Granada "tiene un ambiente especial, me encanta el estilo de vida, las tapas, todo es muy relajado. Me encanta todo. Yo crecí cerca de Londres y allí el estilo de vida es muy rápido, la gente no saluda, es muy impersonal". Por eso, dice que "ha sido una experiencia fenomenal, me encanta Granada, es mi ciudad preferida del mundo".
Tras varios años enseñando inglés, actualmente Nicola ha decidido cambiar su rumbo laboral, y ha entrado a trabajar en una empresa internacional, de manera online. Al pensar sus planes a futuro, siempre tiene como escenario su querida Granada: "Acabo de comprar un piso aquí, así que voy a estar aquí para siempre yo creo", dice entre risas.