Broche de plata para la fase de grupos

El Granada CF firma un gran encuentro ante el PAOK, a pesar del empate, y cierra su primera etapa en Europa como segundo clasificado del Grupo B

Granada CF PAOK
Pepe Sánchez durante el encuentro frente al PAOK | Foto: Granada CF
Ainoa Morano
0

Poco o nada que reprochar a este Granada CF. Cada paso que da el conjunto nazarí en Europa League es un premio, una hoja más en su historia, por lo que el resultado de esta partido debe mirarse siempre por el lado positivo. Es cierto que los rojiblancos podrían haber cerrado de forma espectacular la fase de grupos, pero el simple hecho de estar clasificado para los dieciseisavos y la buena imagen que los granadinos han mostrado frente al PAOK, saben a victoria.

Había poco en juego en este último encuentro de la fase de grupos de la Europa League. Los griegos ya no tenía ningún objetivo por el que luchar al estar eliminados de la competición, por lo que la iniciativa debía tomarla el Granada si quería poner el broche de oro a esta primera etapa en Europa. Así lo hicieron los rojiblancos. Durante la primera mitad del encuentro tan solo hubo un equipo sobre el césped de Salónica. 

El conjunto local se presentó en el terreno de juego con un sistema muy claro: líneas muy juntas y aprovechar cualquier mínimo despiste del rival para armar un rápido contraataque. Con los antecedentes que traían los nazaríes, sumidos en una espiral de derrotas, esta táctica podría haber funcionado, lo que el plantel dirigido por Pablo García no se esperaba es que, en esta ocasión, el Granada venía con la lección aprendida y con los posibles errores bien guardados.  

Con el 'tempo' del juego controlado y con la paciencia como principal valuarte, como le gusta a Diego Martínez, los rojiblancos comenzaron poco a poco a erosionar el muro defensivo del PAOK. El primer aviso lo dio Antonio Puertas gracias a un pase espectacular de Jorge Molina, precedido de una acción para enmarcar de Alberto Soro. No pudo finalizar el jugador granadino, que se le quedó el balón un poco atrás, pero el conjunto nazarí ya estaba poniendo las cartas sobre la mesa.

Con el paso de los minutos, el Granada perdió mínimamente el control del balón, concediendo algunas oportunidades al PAOK que trataba de acercarse a la portería de Aarón. A pesar de los continuos intentos del conjunto griego por subir un grado la intensidad ofensiva, los locales siempre se encontraban con la misma piedra en el camino, Pepe Sánchez. El jienense se convirtió en una auténtica pesadilla para los de Salónica. 

Si en la defensa el protagonista indiscutible era Pepe, en el centro del campo ese rol lo asumió, y con creces, Alberto Soro. El centrocampista acaparó todos los focos con un juego que rozaba la perfección, dando a sus compañeros auténticas perlas que podrían haber terminado perfectamente en gol. Un ejemplo de ello fue la que tuvo Jorge Molina con asistencia de Soro que, si llega a peinar mejor el cuero, hubiese sido el primer tanto para el conjunto nazarí.

A parte de la lucha entre ambos equipos por llevarse la victoria, en el terreno de juego se estaba viviendo una guerra particular entre Germán y Colak. Ambos jugadores intercambiaron algún que otro 'recadito' que los hizo caer al césped en más de una ocasión. La parte negativa de esta batalla personal vino casi al término de la primera mitad cuando, tras un pisotón del central nazarí, vino una falta muy peligrosa para el PAOK que, afortunadamente, acabó dando en el palo. Esta fue la única ocasión real que tuvo el conjunto heleno en los primeros 45 minutos.

Tras el paso por vestuarios, el partido necesitaba un cambio, un poco de pólvora. Las imprecisiones comenzaron a dar la cara en la defensa nazarí, el cansancio de los rojiblancos era notable y el PAOK estaba cada vez más presente en el área. El Granada pedía a gritos la entrada de sus 'killers'. Llegado el minuto 70, Diego Martínez echó toda la carne en el asador con la entrada de Carlos Neva, Luis Suárez, Gonalons y Darwin Machís. 

Por momentos, el partido parecía roto, un continuo tuya-mía que no acababa en ninguna ocasión clara para ninguno de los dos equipos. Sin embargo, la aparición de Machís revolucionó el encuentro. Con los cambios, el Granada incomodaba cada vez más a la defensa helena y su presencia en el área rival era cada vez más notable. 

Toda la plantilla se volcó para conseguir ese ansiado gol que certificaría la primera plaza del grupo. Primero una del venezolano, luego Germán y, por último, nuevamente Machís. Los nazaríes iban a la desesperada, al igual que Diego Martínez que también metió en el campo a Soldado para poner todas las cartas sobre la mesa. El reloj seguía corriendo y los rojiblancos ya mostraban un cierto grado de desesperación por conseguir el tanto, algo que los llevó a propinar un pequeño infarto final a los aficionados cuando, al reclamar un posible penalti, el PAOK aprovechó para armar el contragolpe. Por suerte, Aarón mantuvo la calma y salvó a los suyos de la derrota.

La victoria se resistió, el Granada se queda con la medalla de plata de esta fase de grupos, pero algo a cambiado en este equipo. Aún queda mucho camino por recorrer, pero la intensidad, la seguridad y el control sobre el terreno de juego que han mostrado todos y cada uno de los jugadores en Salónica, hace pensar que el maldito bache de las últimas semanas ha quedado atrás. Se vienen tiempos mejores para los nazaríes, empezando por los dieciseisavos.

Ficha técnica:

PAOK: Paskalakis; Crespo, Inganson, Varela, Lyratzis; Murg, Esiti, El Kadodouri; Tzolis, Colak y Koutsias.

Granada: Aarón; Foulquier, Nehuén, Pepe, Germán, Kenedy; Luis Milla, Yan Eteki, Alberto Soro; Molina y Antonio Puertas.

Colegiado: John Beaton (SCO). Amonestó a Esiti, Colak, Nehuén, Suárez, Douglas Augusto y Crespo.

Incidencias: Partido disputado en el estadio Toumba sin aficionados. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Paolo Rossi.