Un poco de Bryan siempre es mucho para el Granada

El talentoso extremo malagueño apenas necesita unos pocos minutos para revolucionar partidos que se le atascan a los suyos

Granada CF SD Ponferradina
Dos jugadores de la Ponferradina enciman a Bryan Zaragoza durante el encuentro en Los Cármenes | Foto: Antonio L. Juárez
Sandra Muñiz Fernandez
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No debe de ser fácil ser rival del Granada CF y ver cerca de la línea de cal a Bryan Zaragoza preparado para saltar al terreno de juego. El '26' es ese elemento detonante que, con un abrir y cerrar de ojos, puede cambiar un partido, sobre todo, cuando las fuerzas flaquean y las ideas parecen agotarse. Por eso, cuando las cosas no salen según lo esperado, Paco López mira al banquillo y llama a filas a Bryan, que es su futbolista en nómina con más descaro y atrevimiento. Podrá tener más o menos fortuna, estar más o menos acertado con sus desbordes, pero si hay algo incuestionable es que no se esconde a la hora de pedir el balón y que siempre que le llega a los pies hace que pasen cosas para su equipo. De ahí que no le hagan falta muchos minutos para ser el revulsivo perfecto y que sea de lo poco salvable de derrotas como la última ante el Racing. De hecho, el extremo malagueño es el jugador número 12 para el técnico valenciano, pues acumula ni más ni menos que un total de 408' ingresando desde el banquillo, lo que equivale a si hubiera jugado 4,5 partidos completos.

Mientras Bryan Zaragoza sigue dando pasos en una progresión que algún día le lleve a derribar las puertas de la titularidad del Granada CF, un poco de sus prestaciones es una mina para su equipo. Desde su llegada, Paco López le ha dado paso en el once titular apenas en tres partidos -en la derrota que suponía la eliminación frente al Oviedo en Copa y en competición doméstica en las victorias en casa frente a Andorra y el propio conjunto asturiano-, pero cuando lo ha hecho ha pasado más de puntillas. Nada que ver con lo que ofrece cada vez que lo hace desde el banquillo. Por el momento, mientras la joya rojiblanca adopta los automatismos y rigores tácticos que le abran en un futuro no muy lejano esas puertas de la titularidad, Bryan se afianza en marcar diferencias cuando los partidos expiran.

Habitualmente, los minutos de los que dispone el habilidoso extremo malagueño oscilan entre los veinte y la media hora de encuentro. Precisamente, apenas ha necesitado alrededor de unos veinte para dos de los partidos en los que más ha brillado esta temporada: frente a Albacete e Ibiza en casa. El del conjunto manchego, primer partido en Liga con Paco López a los mandos, Bryan se inventó un gol de la nada -de un robo de balón en una zona difícil para crear peligro para cualquiera, pero no para él- y propició otro en propia meta del conjunto de Rubén Albés para cerrar una de las goleadas más abultadas de los rojiblancos esta temporada. De igual modo, ante el Ibiza firmó otra conducción marca de la casa para ir dejando atrás a rivales y terminar enviando el balón dentro de las mallas para dar el gol de la tranquilidad a los suyos, que se habían adelantado, pero no lograban encontrar la forma de cerrar el partido.

Más allá del tanto, lo que hace verdaderamente determinante a Bryan es todo lo que genera con su ingreso y desempeño en el campo tanto en propios como en extraños. El '26' es una bendición para su equipo, sobre todo, en partidos atascados ante equipos bien armados en defensa que cortocircuitan el juego rojiblanco y con ello sus opciones de perforar la meta rival. Con la entrada de Bryan, la estrategia es clara y es que el extremo malagueño pueda recibir con espacios para encarar y generar ocasiones de peligro. Mientras, para las zagas rivales con cansancio ya acumulado en sus piernas por la fase de partido, la entrada del joven jugador es un suplicio, porque a veces la única opción de detener sus acometidas es en falta, como le ocurrió a la Ponfe, en el penalti que terminó transformando Uzuni. No fue el caso de Vitolo que apenas acababa de ingresar en el terreno de juego cuando vio la roja directa por frenar al '26'. Es por ello, que mientras Paco López sigue mimando y puliendo a su diamante, un poco de Bryan es por el momento mucho para este Granada.