'Bula Ineffabilis Deus': el legado granadino de una escritura perdida

Este patrimonio está compuesto por 200 láminas escritas en aljamiado, custodiadas por el Archivo Histórico de la Universidad Loyola de Granada

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'Bula Ineffabilis Deus' junto a algunas láminas aljamiadas | Foto: Diana Ioana
Diana Ioana
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Ciudad de las siete artes, Granada es el cajón de multitud de secretos histórico-patrimoniales que, a veces, solo unos pocos tienen la suerte de conocer. Jesús Ávila Gómez, técnico del Archivo Histórico de la Universidad Loyola, se encarga de presentar a las protagonistas de este reportaje, las láminas que forman parte de la 'Bula Ineffabilis Deus' -en latín 'Inefable Dios'-, elaborada por la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla para el rey Alfonso XII y tuteladas por el Archivo Histórico de Loyola en Granada, encargado de su custodia y conservación.

Creadas por Antonio del Cantó y Torralbo en el siglo XIX, este fondo está compuesto por 200 piezas hechas a mano con materiales delicados y preciosos que reflejan su valor artístico y el talento de su autor, considerado como uno de los grandes diseñadores del siglo XIX por su gran aportación a la iconografía religiosa y la Semana Santa andaluza. Un arduo trabajo que llevó más de cuatro años y que cuenta la historia de la carta apostólica del papa Pío IX, en la que declara el dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, cartas que establecen los dogmas del cristianismo y que pusieron fin a la discusión sobre el nacimiento de Jesús.

Las láminas presentan motivos emblemáticos de patrimonios icónicos como la Giralda de Sevilla, la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada.

Estas cartas establecieron el relato oficial que da forma a la religión cristiana, y esta bula y láminas lo recogen de manera peculiar. Para la Iglesia católica, la Inmaculada Concepción de María es una de las dos únicas declaraciones excátedra, por lo que se establece como declaración infalible junto al dogma de la Asunción de María -declarado por el papa Pío XII-, en la constitución apostólica 'Munificentissimus Deus' -en latín 'Benevolentísimo Dios'-.

La principal curiosidad de esta bula y láminas recae en el uso del aljamiado -ya desaparecido en la época del autor-, la grafía de gran relevancia histórica en Al-Ándalus y posteriormente en la Granada cristiana de los siglos XV y XVI, que consiste en usar caracteres árabes para escribir lenguas romances como el castellano, y que permitió a los moriscos de la península preservar su identidad, tradiciones y conocimientos religiosos tras la rendición de la ciudad de Granada en 1492. Jesús Ávila destaca que "es un símbolo de la convivencia cultural en la península, ya que tras la expulsión de los moriscos en 1609 esta escritura fue desapareciendo y los pocos rastros que quedan de ella se conservan en la Biblioteca Nacional, aunque nosotros tenemos la inmensa suerte de contar en Granada con dos vestigios de ella: en las reconstrucciones del Mexuar de la Alhambra en el siglo XVI y en la reproducción realizada para estas láminas".

Sin embargo, Ávila puntualiza que "no podemos saber en concreto qué dice cada lámina porque ahora mismo nuestra universidad no cuenta con una persona especializada en paleografía aljamiada, ya que es algo poco común". Por su parte, la propia bula es el elemento de guía que indica qué es cada lámina y su significado, aunque no profundiza en el contenido de la paleografía aljamiada y no abarca las 200 láminas.

El aljamiado, la grafía de la Granada cristiana

La principal curiosidad recae en el uso del aljamiado, la grafía de gran relevancia histórica en Al-Ándalus y en la Granada cristiana de los siglos XV y XVI.

Jesús Ávila explica algunas de las láminas que conforman este patrimonio, en las que pueden apreciarse el enorme valor artístico, histórico y cultural: "debemos destacar el importante valor histórico que refleja su texto escrito en aljamiado, ya que es un homenaje a la riqueza artística y a la convivencia cultural dada en nuestra tierra y que, a día de hoy, se valora tanto en nuestro patrimonio artístico-cultural". Las láminas presentan motivos emblemáticos de patrimonios icónicos de Andalucía, como la Giralda de Sevilla -en la propia bula-, arcos como el de la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada. La primera de ellas es la portada, que presenta el título de la bula y una evocación de la virgen. Además, se aprecia la inscripción "Sevilla 1877", año en el que se acabó la obra junto al nombre del autor, y una primera inscripción en aljamiado en el centro.

Esta segunda lámina representa la invocación cristiana, cuyos motivos decorativos tanto en la escritura aljamiada como en la decoración son similares a los que se encuentran en las restauraciones del palacio del Mexuar de la Alhambra.

La tercera lámina es la dedicatoria al rey Alfonso XII, escrita en aljamiado y basada en uno de los arcos del Palacio de la Madraza de Granada.

Las siguiente láminas presentan decoración tradicional nazarí y neomudejar, además del texto aljamiado protagonista de estas piezas.

Antonio del Cantó y Torralbo, uno de los grandes artistas del siglo XIX

Consolidado como uno de los grandes artistas sevillanos del siglo XIX, su obra se ve a día de hoy en multitud de piezas de la semana santa andaluza, siendo uno de los creadores de los emblemáticos mantones que lucen las vírgenes en los pasos. Tanto en las láminas, como en los bordados característicos de las figuras emblemáticas de la Semana Santa pueden apreciarse elementos decorativos de la cultura nazarí y mudéjar, una muestra del amor de este autor por la diversidad cultural de la tierra andaluza.

Gracias a Antonio del Cantó, hoy en día Granada, convertida en una especie de biblioteca de Alejandría, conserva una pieza clave de su historia que representa la multiculturalidad y gran riqueza patrimonial de una ciudad que no se cansa de cobijar arte, cultura y conocimiento.







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