Una calma y serenidad necesaria para este Granada

Escribá tiene ante sí el reto de buscar la insurrección de un plantel con unas características que quiere impregnar en el equipo

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Fran Escribá en su primer entrenamiento a las órdenes del grupo | Foto: Marcos Gómez
Juan Pérez Martín
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Calma y serenidad. Quizás son las principales virtudes de Fran Escribá, y las que más necesita ahora mismo este Granada. Pese a que la situación no sea límite, el cambio de entrenador tenía que producirse en un club con más sombras que luces hasta el momento desde el inicio del curso. La llegada del técnico valenciano ha entrado como un soplo de aire fresco a un grupo que empezaba a tener una fuerte impotencia que ya se percibió en el último encuentro ante el Málaga. Lógico en alguien que intenta cumplir unos objetivos que no logra alcanzar.

Los resultados tampoco han acompañado. Tan solo una victoria en seis encuentros. Algo que no se puede permitir un equipo aspirante a estar en la parte alta de la tabla y conseguir al final de la temporada el ascenso. Y ya no solo por lo numérico. Las sensaciones futbolísticas de este equipo tampoco fluían. Un conjunto sin capacidad combinativa y que solo podía vivir de las rentas que se encontraba con las individualidades de sus jugadores. Una locura al saber el nivel y capacidad de este cuadro. De hecho, ellos mismos son conscientes de ello.

De ahí quizás que se haya apostado por la figura de Escribá. Una persona con unas características muy claras en su forma de ser. Un estilo innegociable a la hora de conectar con sus pupilos. Calmado, sereno, con madurez y una grata experiencia que puede aportar a unos jugadores que quizás a nivel anímico no están pasando por su mejor momento. Es lógico, al igual que a priori parece su llegada. Una persona que ahora mismo puede aportar más cosas positivas que negativas. Tampoco era muy complicado viendo la situación.

Como él mismo dijo en su presentación, el nuevo entrenador ya se ha enfrentado a situaciones similares en otros conjuntos. Incluso hasta peores. Una insurrección que ya ha florecido en otras ocasiones por su parte y que quiere volver a repetir con este Granada, que no tiene ante sí una tarea fácil.

Una confianza y un convencimiento que quiere reflejar desde primera hora. En Burgos tendrá ante sí el primer reto. No es uno de los mejores destinos al que acudir. Un equipo rocoso en su campo y que intentará aprovechar su buen hacer que le mantiene en la parte alta de la clasificación con tan solo una derrota. Las bases y cimiento de este nuevo Granada las tendremos que vislumbrar con el paso de las jornadas, pero la mejora defensiva y congregación grupal serán unas de las principales tareas para el nuevo figurante.