El calvario de Manuel y sus vecinos tras la okupación de su vivienda en el Albayzín: "Nos tiene atemorizados"

Este hombre heredó una vivienda de sus padres, la alquiló y el avalista de aquel contrato se ha convertido en el okupa problemático de su casa

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Manuel ha presentado varias denuncias, una de ellas por abalanzarse hacia él con un hacha | Vídeo: Marcos Gómez
Elena Parra
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Son cerca de las 11:15 horas, en la plaza del Salvador se encuentra Manuel acompañado de su vecina Trini, allí entre denuncias y papeles hablan sobre la situación que les ha tocado vivir. Manuel del Valle es el dueño de una vivienda ubicada en pleno corazón del Albayzín, tuvo la suerte de heredarla de sus padres, pero, desde hace un año esta casa le ha traído por el camino de la amargura.

Hace tres años decidió alquilar uno de los apartamentos a una chica con "pocos recursos", en el contrato puso como avalista a un hombre. Este hombre es el mismo que hoy vive de okupa en su casa. Dejó de pagar la renta hace un año, en septiembre de 2023, y también hizo lo mismo con todos los suministros. Ni alquiler ni agua ni luz, ahora todo corre a cuenta de Manuel, que "por suerte" heredó la vivienda y no paga hipoteca, aunque lo único que pide es "que se vaya". "Me da igual las mensualidades que me debe, se lo perdono, pero que se vaya", reitera este hombre.

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La casa está dividida en tres pisos independientes, todos los apartamentos comparten la entrada principal y un pequeño patio. Éste se encuentra totalmente inhabitable. Desde la calle se escuchan los ladridos de varios perros. Los vecinos aseguran que "están en mala condiciones" y afirman que han tenido que llamar en varias ocasiones al Seprona y a la protectora de animales, pero que "nadie hace nada".

Trini, la vecina de la casa de al lado, ha querido acompañar a Manuel para denunciar la situación. "Es una vergüenza que a este tipo de gente se les proteja", declara. Esta mujer comenta que tiene su vivienda en alquiler: "Mis inquilinos me hablan cada día manifestándome la situación, me dicen que es insostenible vivir aquí". En uno de los mensajes que Trini ha recibido de sus inquilinos exponen que no pueden "estar viviendo así en la casa". "No se puede dormir, entre que pega a los perros, lloran y el olor que hay, no podemos", indican.

"Salió a por mí con un hacha"

El miedo a represalias y el temor a que este individuo pueda hacer algo tiene atemorizados a los vecinos. Manuel le denunció hace unos meses por irrumpir hacia él con un hacha. "Decía que quería matarme, salió a por mí con un hacha, está denunciado pero no se presentó al juicio", reitera. Y otro de los vecinos colindantes no ha querido salir "por miedo a que le haga daño a sus dos hijas adolescentes", relata Trini. "Nos tiene completamente atemorizados", añade.

"Al principio no era muy problemático, hasta que un día se le fue la pinza, tuve una madre con su hijo alquilados en el piso de arriba, el chico era mulato y no paraba de meterse con él, al final tuvieron que dejar el piso", detalla Manuel e incide en que no puede tener los demás pisos alquilados porque "cada persona que entra se va asustada". "Me dicen, nos vemos obligados a irnos porque aquí hay un ambiente tan irrespirable que no se puede vivir", comenta.

En una de las infinitas y estrechas callejuelas del Albayzín se encuentra este inmueble de Manuel. Una casa que forma parte del barrio declarado Patrimonio de la Humanidad. Su exterior está deteriorado. Manuel se aproxima a abrir la puerta del portal principal. Se escuchan perros ladrar, alguien corre por dentro y pega un portazo. Tras la apertura, un fuerte olor se escapa hacia la calle. Es una mezcla de desagües y putrefacción. En el interior todo está destrozado: el suelo dañado, las paredes con grandes agujeros, la puerta con una cerradura variopinta y roídas, las ventanas con los cristales rotos, el patio tiene el sumidero totalmente embozado, el agua estancada embriaga de mal olor el entorno, incluso molesta a los vecinos colindantes.

"Vas a cobrar una mierda, ¿te ha quedado claro?"

Los gritos del okupa se cuelan en la visita. Desde una ventana de barrotes el individuo se asoma intimidando al casero. A voces exclama en varias ocasiones: "Payaso" o "Me vais a comer el nabo". Una fuerte discusión entre reproches que ha culminado con este individuo diciendo: "Vas a cobrar una mierda, ¿te ha quedado claro no? De mí no abusas ni tu ni ningún mindundi de Granada, que yo voy con la cabeza bien alta".

El vecindario no da crédito a lo que está viviendo. Estupefactos, algunos vecinos escuchan los gritos desde la calle. Manuel ha presentado varias denuncias contra este individuo: una por daños en la vivienda, otra por maltrato animal y venta ilegal de animales y la última por amenazas. Aunque teme que si consigue el desahucio "se declarará persona vulnerable y el juzgado tendrá que pararlo".

Este hombre, desesperado y desamparado por la ley, tan solo pide que "esta persona deje de habitar la vivienda" a costa de sus ingresos y "deje a los vecinos vivir en paz".