Una cámara de seguridad recogió la agresión a Castillo Higueras

Una cámara de seguridad ubicada en el lugar en el que el exconcejal José Miguel Castillo Higueras falleció tras ser víctima de una agresión recogió el momento en el que su atracador le propinó el mortal puñetazo que acabó con su vida.

GranadaDigital tiene el vídeo, de casi tres minutos de duración, en su poder y decide no publicarlo por respeto a la víctima y a sus familiares y amigos, así como por ser susceptible de herir la sensibilidad de los lectores.

En el mismo se puede ver cómo Castillo Higueras es abordado por su agresor en la intersección de las calles Frailes y Padre Alcover. En ese momento, la acción transcurre en el extremo opuesto a la cámara y no se ve nítida, aunque sí se aprecia que ambos conversan.

Es entonces cuando el exconcejal trata de evitar al individuo que terminaría asestándole el puñetazo y comienza a andar calle abajo, en dirección hacia donde se encuentra la cámara. Momento en el que el propio agresor le persigue hasta que le adelanta caminando y lo acorrala.

Inmediatamente arma su brazo y le propina un virulento puñetazo con su mano derecha que hace que Castillo Higueras caiga al suelo a plomo y de espaldas. La cabeza es lo primero que choca contra el piso y, acto seguido, la fuerza del golpe hace que reboten sus pies.

En ese momento, el agresor suelta en la calzada de la calle lo que parece una chaqueta y se acerca a la víctima, completamente inconsciente, en lo que parece un gesto para tomarle el pulso y comprobar si tiene respiración.

Esto último no queda claro del todo porque, acto seguido, comienza a registrar su cuerpo y, tras unos segundos, termina tirando con fuerza en lo que parece ser una acción propia de quien arranca un objeto de cuajo.

Durante el transcurso de toda esta escena, dos personas pasan por la intersección donde comenzó todo. Una de ellas tiene la firme intención de entrar en la calle donde Castillo Higueras ya está inconsciente, pero se percata de la situación y decide darse la vuelta y continuar. La otra parece que ni se da cuenta de lo que sucede varios metros más allá y pasa de largo.

Una vez registrado el cuerpo del concejal, el agresor se va andando tranquilamente por donde vino, sin muestras aparentes de nerviosismo y dejando la chaqueta que previamente tiró.