Granada no olvida las pesetas, pero hay que cambiarlas cuanto antes

18 años pasan volando, que diría aquel. En ese tiempo, Granada ha conocido cuatro alcaldes, otros tantos presidentes del Gobierno, dos Reyes, tres Papas, cuatro ascensos y dos descensos del Granada CF, un Mundial y dos Eurocopas de la Selección, la llegada del Metro y del AVE, etc.

Como ustedes bien recordarán, el 1 de enero de 2002 el Euro llegó a las vidas de los europeos y sustituyó a las monedas de curso legal vigentes hasta entonces en cada país de la denominada eurozona, formada por todos los países de la Unión Europea que se adhirieron a la moneda única.

En España, la peseta y el euro convivieron un par de meses hasta que la antigua divisa dejó de tener validez. En ese momento y hasta el 30 de junio de 2002, se estableció un plazo de canje en entidades financieras de todo el país para que todo hijo de vecino cambiara progresivamente sus ahorros en metálico y se aprendiera de carrerilla aquello de “1 euro, 166 pesetas”.

Una vez concluido ese período, el plazo final para cambiar las pesetas por euros se fijó en el 31 de diciembre de 2020; o lo que es lo mismo, dentro de 351 días. Eso sí, la operación deberá realizarse en la sede madrileña del Banco de España o en cualquiera de sus sucursales. Las dos más cercanas a Granada se encuentran en Málaga (Avda. de Cervantes, 3) y Sevilla (Plaza de San Francisco, 17).

En cuanto a los billetes, todos los emitidos después de 1939 son canjeables y los emitidos entre 1936 y 1939 deberán pasar por un proceso analítico de la mano de expertos. Las monedas, por su parte, se podrán cambiar las que estaban en circulación el 1 de enero de 2002. Será igualmente la última ocasión para poder cambiar monedas coleccionables o conmemorativas. Además, aunque no hay un límite establecido para canjear, sí que se aplica la legislación vigente relativa a la prevención de blanqueo de capitales.

Sorprende saber que, ahora que el euro alcanza su mayoría de edad y su utilización está más que asentada en nuestra sociedad, las casas españolas albergan todavía más de 1.500 millones de euros en pesetas -han leído bien-. Por no hablar de esas monedas que pueden ser objeto de subasta y tener un valor muy por encima del facial.

Perennes en la memoria

Queda probado, 18 años después, que la huella que la peseta dejó en nuestra sociedad se ha hecho inmune al paso del tiempo. Fe de ello dan muchos empleados de banca que afirman con rotundidad que “las transacciones económicas más voluminosas (vivienda, terrenos o incluso coches) se siguen pensando en pesetas”.

Así, si usted es un poco olvidadizo, descuidado, nostálgico o simplemente no ha tenido tiempo de hacerlo antes, ha de saber que ha llegado el momento de deshacerse de todas las pesetas que tenga todavía por ahí extraviadas y de dar carpetazo a un proceso que empezó en 2002, el mismo año del famoso España-Corea de fútbol o del ‘Europe’s living a celebration’ de Rosa en Eurovisión. Que parece que fue ayer, pero no.