El Camino de Santiago, una experiencia de superación para personas con discapacidad

Un total de 19 miembros de Fegradi han recorrido 80 kilómetros desde Melide a Santiago, un reto superado que les deja “una sensación pletórica”

Camino Santiago Fegradi
Usuarios y equipo de Fegradi durante una etapa del Camino de Santiago | Foto: Fegradi
María José Ramírez
0

Realizar el Camino de Santiago es una experiencia inolvidable para todas las personas que lo han hecho. Un reto superado que recordar siempre. Cuando quien lo recorre es una persona con discapacidad, el mérito es mucho mayor. Este verano, 19 miembros de la Federación Granadina de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Fegradi) han completado el Camino de Santiago en el tramo que va desde la localidad de Melide, en A Coruña, hasta Santiago de Compostela. Unos 80 kilómetros recorridos por usuarios con sillas de ruedas eléctricas y manuales, con discapacidad visual, parálisis cerebral o lesión medular, entre otras patologías. Una experiencia de superación, la “mejor de su vida”, que les deja “una sensación pletórica” tras completar un recorrido que nunca habían imaginado poder hacerlo, como asegura a GranadaDigital Marta Castillo, presidenta de Fegradi, y participante en esta aventura.

Este verano ha sido la segunda vez que usuarios de Fegradi han ido al Camino de Santiago. La primera fue en septiembre de 2017. Junto a sus acompañantes y al equipo de la federación han recorrido los 80 kilómetros apoyados también por un ortoprotésico y un enfermero. Han encontrado algunas dificultades de accesibilidad, “porque el camino no es 100% accesible ya que va por dentro de bosques naturales y senderos y hay cuestas, pendientes y las personas que van en sillas de ruedas necesitan que alguien les sujete para no volcar”, ha recordado Marta Castillo. Pero nada les ha impedido recorrer cada etapa y llegar finalmente a la Plaza del Obradoiro.

Usuarios y equipo de Fegradi durante una etapa del Camino de Santiago | Foto: Fegradi

Una de las participantes en esta aventura, Ana Raya, ha cumplido “un sueño que tenía desde pequeña” y lo ha compartido con su madre, que la ha acompañado y que también tenía la ilusión de hacer el Camino de Santiago algún día. “Aún no he terminado de digerir lo que ha pasado. Ha habido mucha superación, mucho compañerismo, energía… Hemos compartido muchas vivencias y todo ha sido muy emotivo. He encontrado dificultades porque voy en handbike, una silla de ruedas manual, pero con la ayuda del equipazo de Fegradi he podido conseguirlo”, ha asegurado emocionada. “Todos hemos puesto mucho de nuestra parte para lograrlo”, ha añadido.

Para Ricardo Nieblas, otro de los participantes, recorrer el Camino de Santiago ha sido la experiencia “más intensa” de su vida. “He tenido dificultad para hacerlo porque tengo una lesión medular completa, pero lo he conseguido y me he sentido muy realizado”, ha indicado. El ambiente que se ha creado entre los usuarios y el equipo de Fegradi durante los días que han convivido durante el camino ha sido inmejorable. Han sido “una piña” y se ha creado “una familia en una semana”, según ha resaltado Ricardo.

Usuarios y equipo de Fegradi durante una etapa del Camino de Santiago | Foto: Fegradi

“La experiencia ha sido maravillosa, es una experiencia de superación. La sensación que tenemos es que podemos hacer el camino como lo puede hacer cualquier otra persona, que podemos conseguirlo. El camino es difícil porque es duro físicamente y nos cuesta más que al resto de personas, pero con un equipo preparado, llevando a gente que apoya y haciéndolo lo más accesible posible, se consigue”, ha asegurado la presidenta de Fegradi.

Cada mañana, estos peregrinos se levantaban a las seis para comenzar a prepararse para recorrer la etapa. A las siete desayunaban y a las ocho se ponían en camino. “Solíamos llegar a la una o una y media al siguiente punto, excepto el segundo día, que la etapa fue la más larga y llegamos a las dos y media”, ha recordado Marta Castillo. Cuando llegaban, buscaban un sitio para almorzar y, más tarde, acudían al albergue para asearse y descansar para estar preparados para el día siguiente. Han hecho noche en un albergue de Melide, dos en uno de Azúa, otra noche en Lavacolla y, por último, dos noches en Santiago.

Usuarios y equipo de Fegradi durante en la Plaza del Obradoiro | Foto: Fegradi

Tras superar las dificultades que han encontrado a su paso por el Camino de Santiago, los usuarios de Fegradi llegaron a la Plaza del Obradoiro, el momento culmen de esta aventura. “Al completar el camino, los usuarios decían que era una de las mejores experiencias de su vida, que nunca se habían imaginado que podían hacer el camino. Eso ayuda a que, en el día a día, nos enfrentemos a cosas mucho más livianas que antes nos daban miedo y ahora ya no”, ha destacado la presidenta de Fegradi, una federación que organiza este viaje para hacer posible que las personas con discapacidad puedan disfrutar también del camino ya que de otra manera sería mucho más complicado, pues requiere de un apoyo logístico importante.