La cara oscura del juego: "Cuando entré a Agrajer tenía una deuda de 23.000 euros"
Dos integrantes de la Asociación Granadina De Jugadores En Rehabilitación hablan sobre su labor y cuentan su historia personal con las apuestas
Durante los últimos años, la incidencia del juego ha crecido notablemente en la sociedad. Su presencia es conocida por todo el mundo, pero hay quien lo ha conocido demasiado bien. Agrajer, la Asociación Granadina De Jugadores En Rehabilitación, realiza una importante labor con las personas que padecen un problema con el juego. A Cenes de la Vega, donde se encuentra ubicada la asociación, acuden personas que han llegado a acumular deudas de miles de euros. Hablamos con dos representantes de la organización sobre su labor y el camino que han recorrido para superar su adicción.
Javier Piñas, maestro de primaria, es secretario de Agrajer y monitor de grupo. Cuando Javier estudiaba en la UGR, se abrió una cuenta en una casa de apuestas. “Siempre he sido muy aficionado al fútbol, con una de mis primeras apuestas gané unos 500 euros”, manifiesta Javier, que poco a poco comenzó a apostar en otros deportes y en directo. “Te vas haciendo adicto”, explica.
El docente manifiesta que “la enfermedad llega cuando esto interfiere en tu vida y en tu estado de ánimo”. Cuando Javier finalizó sus estudios y consiguió un trabajo dio el paso de empezar con apuestas más fuertes. “Al final generé una deuda importante. Yo entré a Agrajer con una deuda de 23.000 euros”, señala. El ahora monitor de la asociación acudió a terapia con su pareja y logró superar su adicción, pero advierte que quien es jugador lo es para toda la vida, por lo que bajar la guardia está prohibido.
Javier denuncia que las empresas de juego buscan la forma de promocionarse sea como sea, ya sea a través de redes sociales, los llamados influencer o periodistas deportivos conocidos, de los que ha recibido algún bloqueo en redes sociales. “Hecha la ley, hecha la trampa. Esto deja muchos millones”, explica el docente, que afirma que en materia de legislación con el juego hay países como Holanda y Noruega que “están a años luz de España”. Javier indica que en Agrajer “recogemos los resultados” de toda la maquinaria citada.
“Aquí ha habido gente que cuando ha visto una ruleta girar se ha ido al baño a vomitar”, explica el secretario de la organización, que afirma con pena que este problema se está llevando por delante a mucha gente joven. El camino recorrido ha llevado a Javier a perder parte de su amor por el fútbol, ya que dice que “los valores del deporte están siendo prostituidos”. “En vestuarios de fútbol base de la provincia de Granada se habla de apuestas deportivas porque lo ven en los partidos de sus ídolos”, afirma el integrante de Agrajer, que explica que alucinó cuando un día acudió a Los Cármenes con dos menores de edad y vio la cantidad de publicidad que recibieron de Winamax, patrocinador del club, antes y durante el partido.
Javier cierra su conversación con GranadaDigital asegurando que su vida ahora es mucho mejor: “Aquí he adquirido herramientas que me han ayudado a empoderarme”. Piñas señala que la asociación consiguió detener la apertura de un salón de juego en Cenes de la Vega.
El camino que recorrió Javier en su momento lo está haciendo ahora Jesús, que está venciendo su adicción al juego, al que se enganchó en 2017. El inicio de su historia es similar. Este granadino ganó 800 euros con apuestas en un fin de semana, lo que admite que fue “lo peor que te puede pasar”. La ‘especialidad’ de este jugador fue la NBA. Jesús llegó incluso a tirar de estadísticas y cuentas pensando que podía tener un “sueldo mensual”, pero poco a poco eliminó los límites. “Los 100 euros ya no me decían nada”, admite el integrante de Agrajer, que empezó a realizar apuestas de 500 y 1.000 euros. Jesús apostilla que se dio cuenta que tenía un problema cuando tuvo que pedir un préstamo.
“Llegué a Agrajer hace dos años. Había perdido todo y estaba en mi cuarto mirando el techo cuando apareció mi ángel: mi madre, que se puso en contacto con ellos”, declara el joven granadino, que detalla que en la asociación existen dos grupos: el de familiares y el de los adictos. Las dos partes citadas se reúnen una vez al mes. Desde la organización se afirma que pasar este proceso con un familiar es una ayuda extra importante.
Jesús ha tomado la decisión de quedarse también como voluntario para ayudar a personas que también lo necesiten. “Les diría a los chicos jóvenes que hay que tener cuidado. Hay que transmitir que ese no es el camino. Las cosas se consiguen con esfuerzo, y si tenemos un problema no pasa nada por pedir ayuda”, asegura Jesús, que, al igual que Javier, opina que la gran cantidad de publicidad actual hace mucho daño.
Desde Agrajer sostienen que cada persona que se anima a acudir a la organización para superar su adicción merece la pena, pues algunos monitores son los primeros en decir que “entrar por esta puerta cambió mi vida”. Ojalá siga cambiando la de muchas personas más, desde el trato y la prevención.