Carles Benavent y su ‘familia’ llenaron de duende el Jazz en la Costa

El artista contó en el escenario con el trompetista francocatalán Raynard Colom, el jerezano Tomasito, Roger Mas, Toni Pagès y Jorge Pardo

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Concierto de Carles Benavent | Foto: Gabinete
Gabinete
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No es la primera vez que Carles Benavent actuaba en Jazz en la Costa, pero llegaba esta vez como titular de un concierto. En este caso el entente intercambiable Benavent-Pardo vino con todo el aforo vendido hace días, y es que sus nombres, y más si aparece Tino Di Gerlado, son de los pocos del país que llenan donde van. También de los más internacionales desde que ambos formaran parte del mítico sexteto de Paco de Lucía, con el tiempo también de los Touchtone de Chick Corea.

Para este concierto, Benavent se trajo a Almuñécar a otros dos elementos solistas equidistantes en el mapa, el trompetista francocatalán Raynard Colom y el jerezano Tomasito, completando “la familia”, en sus palabras, Roger Mas, Toni Pagès y su inseparable “primo” Jorge Pardo. Durante casi dos horas los músicos fueron entrando y saliendo en todas las combinaciones posibles quedando ya todos para la recta final de la sesión, teniendo como eje al bajista, era “su noche”, como le dijo su compadre Pardo.

El concierto comenzó con Benavent solo, haciendo gala de su forma tan eléctrica de tocar el bajo con maneras de guitarrista que le dan un sonido lleno, particular y reconocible, desafiando los límites de género, fusionando el jazz con elementos flamencos, latinos y rockeros, creando así un sonido único e inconfundible. Con la adición de ‘familiares’ la noche fue cogiendo empaque y formas más complejas, también aflamencándose hasta terminar siendo un homenaje directo a Paco de Lucía, a fin de cuentas el ‘tutor’ de Pardo y Benavent.

Espléndidos Mas y Pagès completando los multigraves del maestro, Raymond Colom, conocido por el ‘Miles Davis catalán’, añadió sugerencias de lirismo afilado y cool, mientras que Pardo alternó flauta y tenor con la complicidad de años. Mención aparte merece Tomasito, al que ya se le pudo ver en Almuñécar con Chano Domínguez, en su múltiple papel de ‘percusión de pie’, baile, palmero, y rapero, con el simpático calambre que le es tan natural: “la alegría de la huerta, como le calificó el titular de la noche.

El concierto fue derivando hacia un recuerdo, también explícito, a Paco de Lucia, con piezas de notable volumen que habían sonado en su compañía, como el viaje por el Sur del Sur que es ‘Ziryab’, o una bulería mutante y coral que terminó por poner a la gente de pie, completamente entregada exigiendo un poco más. Un concierto que será recordado entre lo mejor de la historia del festival sexitano.