Carlos Soler, de instagramer a cocinero para cientos de 'sintecho' en Madrid
El granadino de 28 años ayuda a más de 200 personas todos los domingos ofreciéndoles menús veganos que cocina él mismo
Cada domingo la Plaza Jacinto Benavente de Madrid se convierte en un comedor improvisado. Con su olla, de esas típicas que usaban nuestras abuelas en sus cocinas, el granadino Carlos Soler Ramos se convierte en el salvador de cientos de personas que por su falta de recursos no tienen ni para alimentarse. Es su pequeña obra solidaria en unos tiempos marcados por la pandemia del coronavirus que está complicando la vida de muchas familias. A esto se le suman además los estragos que la borrasca 'Filomena' ha hecho en las últimas semanas entre los conocidos como 'sin techo', que durante las horas de la noche cuando más frío hacía solo disponían de unas pocas mantas para abrigarse.
Carlos tiene solo 28 años y se dedica principalmente al mundo de la moda, lo que le motivó a dejar Granada, y a las redes sociales, concretamente al marketing digital. Es vegano y aficionado a la cocina, pero no se dedica profesionalmente a ello porque, cuenta, para él los fogones son "simplemente una afición". "Se me da muy bien, o eso dicen mis amigos", asegura. Por eso, cuando empezó a bajar a la plaza a ofrecer comidas la gente le comenzó a llamar 'Carlos el Chef'.
Soler tuvo que marcharse de Granada por motivos laborales, pero asegura que en la ciudad la gente siempre se ha portado de maravilla con él. Residió en Armilla hasta que a los 18 años le ofrecieron un contrato para trabajar como modelo en China, así que hizo las maletas y se fue a perseguir su carrera. Más tarde estuvo un año viviendo en Brasil, y también viajó por Europa a destinos como Londres, Milán y París gracias a la agencia en la que se encontraba.
Ocho años después surgió el tema de los ‘influencers’. Muchas marcas se pusieron en contacto con él y empezó a ver que ganaba más dinero subiendo una foto a Instagram que haciendo un catálogo de ocho horas, por lo que decidió apostar por ello y "darle más caña a la red". Fue entonces cuando comenzó a vivir en Madrid y consiguió posicionarse mediante eventos y actos con marcas y a trabajar como 'influencer'. "No volvería a Granada, me encanta la ciudad y viajo mucho para ver a mi familia y hacer turismo, pero por temas laborales me interesa más estar en una ciudad cosmopolita como es en este caso Madrid o Barcelona", afirma.
El granadino siempre ha destacado por emprender actitudes altruistas y solidarias. A los 14 años empezó a impartir catequesis a niños pequeños, luego estuvo un tiempo de monitor de campamentos y en Granada trabajó en el ‘Hogar de Nazaret’ que es un centro de niños huérfanos, además de adoptar a tres chicos peruanos durante un año. Su madre es empleada de una residencia de ancianos que está al lado de Hipercor y a veces iba a animar a los mayores, se llevaba su guitarra y cantaba villancicos con ellos por lo que siempre ha estado muy implicado en actos solidarios.
A raíz de tener redes sociales se dio cuenta de que a diario lo siguen miles y miles de personas, por lo que sintió la responsabilidad de darles buen uso, pues aunque le permitan ganar dinero, considera que son un buen canal para inculcar valores y educar.
Hace aproximadamente dos años y medio creó en Instagram una historia destacada con todas las denuncias e injusticias que vivía. "Una noche iba conduciendo y vi en la zona de la rotonda del Parque de las Ciencias a un chico que estaba pegándole a su pareja una paliza descomunal, entonces la chica salió corriendo descalza y se montó en mi coche, en ese momento me bloqueé y no sabía que hacer pero al final la llevé hasta su casa y todo acabó en un pequeño susto. Más tarde sentí la responsabilidad de saber qué había pasado con esa situación así que a las ocho de la mañana me presenté de nuevo en la casa de los padres de la chica y les comuniqué lo ocurrido. La chica me dio nuevamente las gracias y los padres se pusieron a llorar. Les di mi número de teléfono por si necesitaban algo más adelante" cuenta el 'influencer'.
Carlos subió esta historia a sus redes y caló muchísimo en los granadinos hasta tal punto de volverse viral. De eso hace ya dos años. La semana pasada, la madre y la hermana de la chica contactaron con él para darle las gracias "por ser el ángel de su hija esa noche". Ella le confesó entonces que aquel chico la llevó hasta ese lugar para darle un macabro mensaje: "Te traigo aquí para matarte".
El 'influencer' asegura que las redes sociales son un buen canal para inculcar valores y educar
En marzo, tras la aparición de los primeros casos de Covid-19 subió una historia a sus redes animando a la gente a pedirle ayuda “y que no tuvieran vergüenza en pedirle ayuda, ya que siempre iba a tener un saco de patatas o un paquete de pasta para quien lo requiera” puesto que es consciente de la situación de necesidad que están pasando muchas familias. A raíz de esa publicación, le escribieron cuatro familias pidiéndole ayuda y les dio visibilidad, por lo que muchos de sus seguidores hicieron donaciones y en la actualidad ayudan a unas 30 familias cada mes.
La idea solidaria que nace con 'Filomena'
Tal es el afán por ayudar que posee Carlos que en Navidad hizo una recaudación de juguetes para que los niños tuvieran regalos de Reyes que también obtuvo una gran repercusión. Tras la borrasca ‘Filomena’ que causó el cierre de comedores sociales y ONG en Madrid decidió comenzar la famosa iniciativa. La Comunidad de Madrid habilitó algunas paradas de metro para que se refugiaran las personas sin hogar, y una de ellas estaba al lado de la casa de Carlos por lo que se desplazó hasta allí y se puso en contacto con una mujer de 50 años llamada Berta (le regaló un teléfono móvil para poder estar en contacto con ella) y comenzó a llevarles comida caliente a su familia y a toda la gente que se encontraba en el metro.
Después de esto, Berta le comunica constantemente las necesidades por las que pasan los ‘sintecho’, tanto la falta de medicinas, muletas, alimentos, pañales, entre otras cosas, y acto seguido Carlos lo plasma en sus redes sociales para que sus seguidores realicen donaciones y así poder ayudarlos.
Comenzaron a llegar los domingos a la plaza unas 50 personas pero mediante la difusión de esta iniciativa ahora suelen acudir unas 200 personas, en su mayoría extranjeros musulmanes y latinoamericanos de unos 50 a 60 años, pero confiesa haber recibido a jóvenes de 18 o 20 años también.
Carlos elabora menús veganos, ya que considera que es beneficioso para todos puesto que hay musulmanes que no pueden comer cerdo entre otras cosas y por ello elabora un primer plato “contundente” que suele tratarse de habichuelas, lentejas, garbanzos o arroz, un segundo plato en frío que suele ser un bocadillo para que puedan guardarlo para la cena, un postre (yogur, bizcocho o fruta), un zumo y una botella de agua. Como cada domingo se unen nuevos voluntarios, ellos también suelen aportar nuevos alimentos a los menús. El mismo domingo elabora los platos por la mañana y a mediodía se desplaza a la plaza para ayudar a los más necesitados.
De cara al futuro, este solidario granadino baraja la idea de que la Comunidad de Madrid les proporcione un lugar y unos medios para realizar esta labor social, y así poder delegar el trabajo en más voluntarios para que el día que no pueda asistir él, haya gente dispuesta a seguir haciendo la vida de estas personas un poco más llevadera en los difíciles tiempos que están viviendo.
Comentarios
Un comentario en “Carlos Soler, de instagramer a cocinero para cientos de 'sintecho' en Madrid”
Mariano
4 de febrero de 2021 at 09:57
Hola me gustaría contactar con Carlos Soler Ramos para poder ayudarle en la acción tan espectacular que está realizando, si por favor tenéis oportunidad de hacerle llegar mi contacto os lo agradeceria