A la memoria de mi padre, Manuel Sola
El mundo sigue su locura, controlado por canallas que permiten las guerras y su horror. Hemos cambiado las mascarillas por bombas
...Respirar tu amor y vivir tu ausencia infinita, contigo cerca...
Esa es la magia de tu amor, valor, coraje y alma...
Valor para volver a nacer, para vivir y reír otra vida sin ti. Coraje para bailar el instinto que siempre busca la tierra y sus raíces. Y en ese baile cerrar el círculo del duelo contigo dentro, siendo parte del mismo alma. Hemos aprendido a vivir de otra manera, cerquita pero por separado, tú en tu mundo y yo en el mío, unidos por esa esencia que nos define y nos hace ser parte de un mismo todo, de una misma energía, formamos parte de ese amor inmenso que nos mantiene unidos y de esa tierra que siempre busca sus raíces... El tiempo hizo su magia y no curó nada, tu ausencia me sigue doliendo todos los días. Con tu adiós me rompí en mil pedazos hasta que de nuevo logré encontrarme... Me encontré de nuevo en tu esencia, en tu recuerdo y es curioso que en esa batalla, en esa tormenta de culpas, en esa lucha de huracanes y demonios que me susurraban a gritos que no tuve tiempo, en medio de ese tremendo dolor que con el paso del tiempo se convierte en testigo silencioso del camino, pude reconocerme de nuevo en el inmenso amor que me dejaste. Tu amor me sanó y me puso a salvo.
Me inventé un tiempo extra para contarte todo aquello que no pude, para decirte esas cosas que siempre se guardan para después, hasta que el después se convierte, en nunca más nada. Tiempo imaginario para esa despedida que nos quedó pendiente. Para imaginar lugares en mi mente donde quedar contigo, para echarte de menos, para llenarme de ti y gritar al mundo tu amor infinito y en brazos de ese amor inmenso he podido cerrar el círculo y dejarte ir, aunque sin soltarme de tus lazos, porque supongo que ya sabes que jamás me soltaré de tu mano. A veces me cuesta un poco saber quien soy sin ti, pero ya entendí que no tengo que dejar de ser contigo, que sin ti no existe, que tu ausencia es tan sólo un instante con un tiempo determinado, que ahora no somos, pero que fuimos y seremos en otro tiempo, en otra forma, en otra vida ,en esa tierra que siempre buscará sus orígenes.
Mi padre querido: contarte que el mundo sigue su locura, controlado por canallas que permiten las guerras y su horror. Hemos cambiado las mascarillas por bombas, los besos al aire por ráfagas de tiros, el futuro se vuelve incierto y los cielos se tiñen de fuego. Refugiados buscando refugio, niños de guerra buscando el futuro robado y las sonrisas arrebatadas. Miles de vidas marcadas para siempre por el horror de una masacre, un sin sentido propio de otro tiempo, de otras mentes más primitivas.
Me pregunto si hay esperanza, si el mundo podrá seguir soportando tambores de guerras y tiempos de combate a muerte... El mundo se ha vuelto loco y a veces imagino que todo es un mal sueño, que despierto y estás allí en casa, donde siempre...
No te olvides de cuidarnos, de los abrazos imaginarios y de estar cerca. Coge fuerte mi mano y no me sueltes en estos tiempos donde parece que somos invisibles para el mundo, donde contamos menos que otros y donde parece que nada tiene sentido. Agarra fuerte mi mano y no me sueltes, aunque el tiempo utilice toda su fuerza en hacernos invisibles, aunque el olvido nos quiera hacer desaparecer, aunque la corriente de la distancia me quiera arrastrar con ella y llevarme lejos de ti.
No me sueltes, dame calma y espanta mis demonios, hasta que cambien los vientos y juntos consigamos que vuelva a salir el sol.
Te quiero por venir a mí, por regalarme amor para una nueva carta al cielo. Mi alma espera expectante mi cita contigo, para conseguir ese guiño cómplice que nos haga 'ser juntos' por unos días. Espero que a través de mis líneas te sientas querido por todos los tuyos…
Hoy brindamos emocionados por todos los padres de todos los mundos, por todos los que se volvieron invisibles y en especial por mi padre querido, que me dio la mejor de las vidas.
Ojalá te hayas ido sabiendo lo mucho que te quiero, que quizás no te lo dije lo suficiente. Ojalá te diera tiempo a llevarte todo este amor que sembraste en nosotros. Espero que supieras que tu familia solo tiene amor y respeto por ti. Que siempre estás entre nosotros, en la miradas emocionadas, en ese nudo en la garganta que a veces nos atrapa, en ese brindis al cielo, en ese recuerdo amable que nos devuelve aquel tiempo juntos... Estás en Inma que no deja de llamarte, de pensarte y en su forma de sonreír, cuando le pregunto, si vives en ella.
Tú y yo y todos nosotros en medio de esta vida loca, siempre cerca y siempre juntos...
Hoy me convierto en esa gran esperanza de volver a encontrarnos algún día, en ese anhelo de sentirnos triunfadores y vencer la batalla del olvido o tal vez del tiempo.
Tú y yo frente a frente reconocidos por nuestras raíces, que nos recuerdan lo que fuimos y seremos...
Si pudiera volver atrás te abrazaría fuerte, por si acaso te vuelves a ir sin avisar.
Feliz Día del Padre, feliz cielo y feliz sol, feliz energía, feliz amor y lo que quiera que seas ahora, allí donde estés. Nunca olvides que te quiero y no te olvides las señales...