El Día Mundial de la Bondad
Es agosto y me dirijo en autobús hacia el sur, hacia esa zona de costa donde espero que se haga más llevadero y soportable el calor estival.
Ese día decidí no coger el coche por varias razones; en primer lugar, porque no me apetecía conducir ese día y a eso se añadía que al lugar donde iba era difícil encontrar aparcamiento, así que decidí coger el autobús.
Desde pequeña, al subir en autobús o cualquier transporte público me llamaba la atención el comportamiento de la gente que iba allí.
Observaba lo diferente que somos los seres humanos; imaginaba qué vida podría haber detrás de cada persona o hacía dónde se dirigían, si les esperaba alguien a su llegada, a que se dedicarían... En fin, lo que llamo observar desde “el teatro de la vida".
Y al coger ese autobús este verano me transportó a la época donde viajaba y me movía en ciudad en autobús (aún hay veces que lo sigo haciendo).
En aquel autobús viajaban personas de diferentes razas, culturas, edades, no sé si religiones, pero sí una gran diversidad de personas.
Unas leían un libro, otras miraban y escribían con el móvil sin apenas comunicarse con su familiar que iba sentado al lado, otras parejas se miraban y se enseñaban cosas en sus móviles, otras bostezaban, otras se rascaban los ojos de cansancio o sueño, otras miraban por la ventana mientras y otras discutían.
Sí, discutían y manoteaban sobre la política, la guerra, la violencia de género, discutían con sus hijos diciéndoles que estuviesen sentados y no molestasen, discutían por el móvil…
En fin, discutir era lo que hacían algunas de las personas que observaba.
Me producía malestar físico y emocional el bullicio y la voz tan exaltada de algunas personas mientras pensaba: “Con lo bien que se está en silencio disfrutando del paisaje o descansando". Me llamaba la atención cómo, en general, tenemos tendencia a estar la mayor parte del día enfadados con los demás e incluso con nosotros mismos sin motivo aparente.
Qué desgaste de energía.
Me molestaba cómo la gente comentaba unos de otros, cómo se hacían comentarios sobre lo" mal que está el mundo" o del tipo " la vida está muy mala".
Hoy 13 de noviembre, Día Mundial de la Bondad, me cuestiono por qué no somos capaces de ser como la propia palabra indica, más bondadosos, más sencillos, más humanos.
La bondad en sí misma ya nos produce una sensación de bienestar, de tranquilidad, de paz interior.
De hecho, hay estudios que demuestran que ser amable nos ayuda a vivir más tiempo y mejor. Daniel Esleer, un antropólogo, Doctor en Historia y profesor en la Universidad de California, junto con su equipo analizaron cómo se puede motivar a las personas para que sean amables simplemente presenciando actos de bondad.
Aprendamos a tomar cada día como hábito realizar actos de bondad e incorporarlos a nuestro día a día.
Este 13 de noviembre vuelve a ser un día especial por varios motivos. Uno de ellos por ser el Día Mundial de la Bondad, palabra que me llena, que incorporo en mi vida y me enriquece, y por otro motivo que recuerdo como si lo estuviese viviendo ahora mismo porque fue la primera vez que una persona muy muy especial para mí, a la que quiero con todo mi corazón y mi alma, a la que admiro, a la que amo, con la que crezco y me enriquezco" fue osado" al decirme por primera vez “te quiero".
Palabras que calaron hasta el fondo del corazón.
¿Qué decir? ¡¡¡Gracias!!! Feliz Día Mundial de la Bondad.
Ana Rodríguez Cuesta.