Cartuja + Concierto, la nueva propuesta cultural para este verano

La iniciativa se presenta poco más de un mes después de la reapertura de uno de los lugares emblemáticos de la Diócesis

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Atardecer desde el recinto del Monasterio de la Cartuja, Granada | Fotos: Ángeles López
Ángeles López
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“Uno de los grandes enclaves que casi podrían eclipsar a la Alhambra”. Así comenzaba este miércoles la presentación de la propuesta cultural para este verano atípico, pero no por ello menos cargado de ganas de conocer, visitar y disfrutar del patrimonio de la ciudad. El conservador del Monasterio, Ceferino Navarro, destacaba que la característica principal de este lugar es la "excelencia" y añadía que "sumándole la música, que bien podría tratarse de ángeles, pasa a hacer superlativo lo excelente". Así define el proyecto que, con esmero, quiere ofrecer a propios y visitantes este verano en la ciudad. 

La iniciativa se presenta poco más de un mes después de la reapertura de uno de los lugares emblemáticos de la Diócesis, ya que tuvieron que cerrar y posponer su actividad con la declaración del estado de alarma.  Este verano abren sus puertas a los grupos turísticos como reclamo y faro de la cultura, como disfrute por medio del arte, como oportunidad para renovar esta joya del Barroco que abarca hasta el Neoclasicismo.

Una oferta que está dirigida a grupos reducidos de 30 personas, a las que se les incluye la visita al monumento, y tras la que podrán elegir entre todas o una de las tres opciones musicales propuestas: dos conciertos de música sacra y uno de estilo medieval y sefardí. Todos ellos de una duración de 20 minutos. “Para sentir el corazón a través del canto, que para eso se levantó este templo”, subrayaba Ceferino previamente a la presentación de los protagonistas que van a envolver con sus voces e instrumentos los muros levantados en el S.XVI.

Música sacra de cuarteto en la Iglesia 

Silencio, recogimiento y voces tenues. Los asistentes quedaban impactados ante los acordes y resurgir de las primeras notas del Cuarteto Vocal Tetragrámatron, una de las opciones disponibles. Y he aquí la disyuntiva de no saber si cerrar los ojos y sumirse en el bienestar que transmiten o disfrutar doblemente a través del oído y de la vista. Este es uno de los espacios que pueden ser elegidos en las visitas programadas en los que las distancias y las mascarillas no empañan las ganas.

Coro Mozárabe a dos voces en la Sacristía

La siguiente indicación nos conduce a la Sacristía del templo. Aparecen la soprano Gohar Vahanyan y el barítono Álvaro Flores Cotelo, otra de las propuestas para poner ‘los pelos de punta’. Entrar en este espacio te sobrecoge allá donde mires generando contrastes. El público separado apenas respira cuando estas voces se hacen una. Perfectamente empastadas, comenzaron su repertorio con una oración introductoria para el rezo de las horas. Tras esto, el Pange Lingua de la tradición hispana. El blanco y negro de la vestimenta de los cantantes contrasta con el color crema del espacio y los rayos de la luz de las vidrieras, iluminando ambas voces y viceversa. El Padrenuestro gregoriano con la soprano como melodía y la voz masculina de Álvaro con la nota pedal haciendo de colchón es la siguiente pieza. En honor a Armenia, país de origen de la soprano y primero del mundo en ser cristiano, esta ofreció un solo de una oración consagrada a la Virgen María.

Notas medievales, sefardíes y tradicionales en el Claustro

Christos Kanellos Malamas y Pablo González Cobo estuvieron acompañados de sus instrumentos con los que, a través de sus manos, deleitaron a los asistentes al aire libre con una canción de boda. La tranquilidad del ambiente fluía en la armonía de la música tenue a la vez que se tornaba envolvente entre arcos y cielo despejado. Otra pieza más oriental, esta vez de danza, propia de Asia menor en la época medieval. El laúd turco podría fundirse con los colores rebotados del atardecer en el tejado de este espacio, al igual que el amarillo y el verde en el ciprés que se erige alto y robusto. Música, naturaleza y muros aspiran a tocar el cielo.

Bien se puede definir como una experiencia de sensaciones, sentimientos y emociones a través de los sentidos. El grupo de privilegiados que accedan a esta oferta, se podrán fundir con diferentes artes como en un ‘bel composto’ del artista Bernini, la idea de ‘arte total’ creando una simbiosis de arquitectura, pintura, escultura y, este caso, sumando paisajes y música.