Un estudio revela que alrededor del 22% de las usuarias de Tinder ha sufrido violencia sexual
El informe 'Apps sin violencia' arrojó también que el 57,9% de las encuestadas se han sentido presionadas a tener sexo
Un estudio divulgado por la Federación de Mujeres Jóvenes ha revelado que el 21,7% de las mujeres residentes en España que tuvieron citas a través de Tinder aseguraron haber sido "forzadas a tener relaciones sexuales con el uso de violencia explícita". Con el informe 'Apps sin violencia', como así se llama, vuelve a ponerse una vez más de manifiesto la cuestión de la violencia sexual contra las mujeres. El mismo también recoge que el 57,9% de las encuestadas se han sentido presionadas a mantener las relaciones sexuales con el hombre que conocieron a través de la aplicación.
Para el sondeo se entrevistó a casi 1.000 mujeres (963) residentes en España con edades comprendidas entre 18 y 35 años. Todas eran usuarias de la aplicación de citas Tinder, elegida para el estudio por ser la app líder entre los más jóvenes. Del total, 705 tuvieron citas presenciales con contactos establecidos a través de la plataforma. Los datos son preocupantes y evidencian una alta (y permanente) incidencia de comportamientos violentos contra las mujeres, sea en el entorno digital o físico.
La violencia en las citas
Además de la violencia explícita y la presión para mantener relaciones sexuales, el informe también reveló que el 29,5% de las encuestadas asegura que el hombre al que conocieron a través de la aplicación la presionó a realizar prácticas que no le apetecían, el 33% dice que fue forzada a continuar después de haber expresado su deseo de parar, otro 33% relata que quiso parar y su acompañante se enfadó y un 27,7% afirma que el sexo tuvo prácticas no acordadas (insultos, ahogamientos o tortazos).
Entre otros resultados ofrecidos por el estudio, un 48,8% destaca que se sintió como un objeto durante la relación sexual, un 28,2% comunicó al hombre que sentía algún dolor con la práctica y él no la paró, el 27,7% ha confesado que fue penetrada sin el uso de un preservativo sin su consentimiento y otro 21,4% dice que el hombre se quitó la protección durante el coito sin informarla.
Un 27,4% de las encuestadas fue grabada o fotografiada sin permiso, alrededor del 57% considera que alguna de sus citas la había animado a beber con el objetivo de tener sexo y un 20% fue víctima de sumisión química, es decir, emborrachada o drogada por la pareja con intención sexuales.
A pesar de todos estos datos, ni todas las usuarias son consientes de que han sufrido violencia sexual. Y sólo un 11,5% de las encuestadas han dicho que fueron víctimas en estas citas.
Comportamientos incómodos durante las conversaciones
El informe también se ha dedicado a investigar qué comportamientos masculinos en el entorno digital hacen a las mujeres sentirse presionadas o incómodas. Según los datos, los desnudos o las conversaciones con algún tipo de contenido sexual en las primeras interacciones a través de la aplicación son comunes.
Un 92,2% de las mujeres afirma que han recibido mensajes alusivos sobre su físico. De ellas, el 87,6% se sintió incómoda por ello. Además, el 79% reveló haberse sentido incómodas o presionadas para enviar fotos de desnudos y un 68,3% sintieron presión para mantener conversaciones sexualmente explícitas contra su misma voluntad.
De acuerdo con el estudio, algo más de la mitad ha sentido presión para decir si le gustan las prácticas sexuales de dominación (BDSM) y muchas encuestadas revelaron que hay hombres en las aplicaciones de citas que ofrecen dinero o regalos en cambio de sexo, un estímulo a la prostitución.
La investigación también ha enseñado que un 92,5% reconoce que le ha parecido machista la biografía de algún usuario de Tinder y el 88% se sintió ofendida leyendo ese tipo de contenido como demanda de mujeres estereotipadas (jóvenes, femeninas y dulces, por ejemplo), comentarios despreciativos (histéricas, frívolas o aprovechadas) o contenido explícitamente sexual.
Los responsables del informe aclaran que su principal objetivo no es provocar una especie de "terror sexual", sino demostrar que estos comportamientos todavía existen y, por tanto, se hace necesario desarrollar políticas e iniciativas en estas plataformas de citas para quitar el anonimato de los usuarios, como con una verificación de datos más estricta o mecanismos de aviso para los considerados peligrosos.