Los centrales: piezas vitales para el desarrollo de juego del Granada esta temporada

Las llegadas de Pablo Insua y Loïc Williams, sumadas a la aparición de Oscar Naasei, completan una zaga que tendrá gran responsabilidad

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Loïc Williams está llamado a ser otra de las piezas que complete este puzzle | Foto: Granada CF
Juan Pérez Martín
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El Granada de Guille Abascal se forja a fuego lento. Es una obviedad. El cambio de entrenador ha sellado una nueva idea de juego que viene patentada por el sevillano. Es una situación diferente donde, dados los recursos que hay y que llegan, el grupo se tiene que familiarizar con una nueva filosofía. En esta, el dominio con balón y la creación sosegada y progresiva es clave. Para ello, las piezas de los defensores centrales son vitales.

No vale cualquier jugador para tomar esa posición. Bien lo sabe la secretaría técnica, que bajo las peticiones del nuevo míster ha completado un esqueleto de plantilla con muchas caras reconocidas del curso pasado y alguna que otra nueva que aportará frescura y eso que se ansía. Eso sí, todavía está en ciernes. Falta mucho por cuajar, además de lo futbolístico. Aunque es cierto que se pueden sacar varias conclusiones de estos primeros encuentros amistosos y entrenos.

La nómina de centrales ya está completa, o eso se espera salvo sorpresa inesperada de salida o llegada. Ignasi Miquel y Miguel Rubio -que repiten con el cuadro rojiblanco-, sumados a las incorporaciones de Pablo Insua, Loïc Williams y la aparición del canterano Oscar Naasei hacen cuadrar un eje con cinco figuras que parecen no tener todavía el puesto ganado. La competitividad está garantizada.

Abascal ha probado distintos sistemas y parejas de juego. Como si un baile fuera, los ensayos son necesarios. El conjunto ha estado acostumbrado a asumir un rol con cuatro defensores, pero en la última cita ante el Sevilla se pudo ver en los compases finales un juego con tres centrales y dos carrileros que no terminó de desagradar a nadie. Dio profundidad, seguridad atrás y buena salida.

Las cualidades de estos futbolistas son reconocibles: físicos, buena salida de balón, capacidad de adaptación y, sobre todo, mucha sangre fría. Algunos más que otros, pero es verdad que son los factores reconocibles de unos jugadores que, con cosas que marcan diferencias, parecen tener un rol claro en la construcción de juego.

Este Granada se ha acostumbrado a crear un fútbol bonito y con una idea clara. Salida desde atrás, precisa y rápida. Para ello se requieren jugadores habilidosos con balón, y es algo donde se palpa un claro déficit. Hay mejoría con el paso de las citas, bien es cierto, pero en cuanto un rival presione de más o el guion no sea el esperado se nota una clara falta de armonía. Los centrales son la primera línea del batallón. Junto con el portero, estos son los constructores, por lo que deben dejar los cimientos definidos y sólidos.

Pablo Insua, que fue el primero en llegar en este mercado de fichajes, parece ser el que tiene un puesto casi seguro en el once de partida. Es de los que más experiencia atesora, con una alta capacidad de manejar distintas situaciones y que es un mariscal tanto dentro como fuera del vestuario. Su acompañante, o acompañantes, son los que tienen una plaza en el aire.

Oscar, que ha salido de entre las piedras en esta pretemporada, se asienta como un claro candidato que toca a la puerta de los mayores y quiere un sitio con ellos. Sus cualidades para la edad que tiene son apabullantes.

Del mismo modo, Ignasi Miquel y Miguel Rubio, que ya conocen cómo va esto, parece que también tendrán una oportunidad única para demostrar sus ventajas. A ambos la Primera División les quedó grande, pero en esta pretemporada demuestran día tras días que son válidos, aunque con sus ciertas limitaciones.

Mientras tanto, el último citado, Loïc Williams, acaba de llegar. Ha sido el fichaje más reciente del Granada y, sin una clara valoración, ya que cuenta con poca experiencia en Segunda, parece que su físico y potencial han sido definitorios para apostar por el valenciano, que quiere asentarse en un equipo con cotas altas.

Pase lo que pase, Guille Abascal ya advirtió en su presentación que su idea de juego no está cerrada. Sabe lo que hay, e intentará buscar una adaptación entre jugadores y entrenador que den una sinergia definitoria que se traduzca en resultados. Estos deben ser inminentes, ya que la temporada liguera arranca en menos de quince días. Una fecha donde ya no habrá pruebas, solo exámenes.