Cerca de 300 profesores de Granada podrían perder su empleo
Uno de cada cuatro profesores que comiencen a trabajar en centros lo hará bajo la especialización en francés, por lo que los profesores generalistas optarán a menos plazas
La Junta de Andalucía aprobó este año la inclusión del francés como segundo idioma en los colegios públicos de la comunidad autónoma. Este cambio en el plan educativo trae consigo una reestructuración en la plantilla de los centros educativos, sin embargo, no se producirán aumentos en las plantillas respecto a los planes iniciales.
Los principales afectados por este cambio no son otros que los propios profesores aspirantes a obtener plazas en estos centros, y es que una de cada cuatro plazas disponibles ha de ser para aquellos que estén especializados en francés, reduciendo en un 25% las opciones de entrar de los docentes generalistas y complicando su futuro hasta el punto de hacer a muchos encarar un año entero sin poder trabajar.
Es por esto que, durante la mañana de ayer, en torno a 120 maestros de la provincia granadina se dieron cita en la puerta de la delegación para reclamar “que se haga una implantación de la segunda lengua de otra manera”, según cuenta Ignacio Mariscal, coordinador del grupo de afectados por esta medida.
Afirma Mariscal que este año las plazas vacantes en colegios estarían en torno a 2.000, pues “normalmente, año tras año se están dando entre mil seiscientas y mil”, a lo que habría que sumar las jubilaciones. Sin embargo, al implantarse la segunda lengua “a coste cero”, es necesario eliminar puestos potenciales de profesores de primaria para adjudicárselos a aquellos que estén especializados en la lengua gala. Pero, pese a ser profesores especializados en una materia concreta como es este idioma, tienen que cumplir la jornada laboral docente.
Esta jornada es de 25 horas semanales, algo inalcanzable para un profesor que se dedique exclusivamente a impartir una asignatura. “Para rellenar el horario de 25 horas que tienen que tener lo que han hecho es que asuman una tutoría de un profesor de primaria, impartiendo ellos lengua, matemáticas, sociales, naturales”, cuenta el coordinador del grupo de afectados.
No se muestran en contra de este cambio los profesores afectados por las medidas, que insisten en que la implementación del francés no es negativa en absoluto. Ignacio Mariscal plantea iniciativas como hacer itinerantes a estos profesores, impartiendo clases en dos o tres centros cercanos geográficamente sin tener que restar plazas al plantel para sumar este plus en la lengua vecina.
Con estas medidas adoptadas por la Junta de Andalucía, aproximadamente trescientos docentes granadinos podrían quedarse sin una plaza que ya tenían prácticamente asegurada antes de que se implantase el francés como segunda lengua. El dato se eleva a más de 1.500 profesores afectados en toda Andalucía.
Ignacio Mariscal insiste en que buscan “explicaciones de por qué se ha hecho la implantación de esta manera”, afirmando que se apoyan en la ley, pues dicta que estas vacantes deben de ser asumidas por profesores de esa especialidad.
"Tengo cuatro años de tiempo de servicio y no tengo vacante este año"
David, uno de los afectados que se desplazaron a la sede de la Junta en Granada cuenta resignado que este año no disfruta de vacante informatizada en la primera adjudicación tras dos años disfrutando de ella: “Tengo cuatro años y 24 días de tiempo de servicio y no tengo vacante este año, no sé si voy a trabajar, no sé absolutamente nada. Ahora mismo no tengo nada”.
Pese a la incertidumbre y a la situación en la que se encuentra, David defiende la inclusión del francés, del que afirma que “no es el problema”. El verdadero factor determinante a la hora de crear conflicto es que “saturan las ratios por encima de lo que marca la ley”. De hecho, cuenta que este año ha tenido que avanzar de curso a tres alumnos por imposición de dirección pese a que “no tenían las capacidades que debían tener”, por lo que “pasarlos de curso era un grave problema para ellos en cuanto a integración y desarrollo”.
Cuenta David que esto se debe a que hacerles repetir curso elevaría la ratio de alumnos por aula a treinta, cuando el ideal es de cinco alumnos menos, aunque dice que “las ratios ya estaban excedidas, pues estaban en 28 ó 29 alumnos en cada aula”.
"A la gente que es nueva aspirante no le dan opción de trabajar"
Sandra, maestra interina de educación infantil, también es afectada por esta medida. “Están recortando desde abajo”, cuenta esta profesora con cuatro años y nueve meses de tiempo de servicio, “está habiendo recortes de supresión de líneas y ahora en educación infantil, las vacantes no las cogemos informatizadas en agosto porque están reteniendo mucho las bolsas de educación infantil”.
En su caso, ha vivido cómo la ratio de alumnos por clase se elevaba de 24 ó 25 a 28, teniendo estos alumnos entre tres y cinco años, lo que hace una utopía la atención personal individualizada para niños que realmente la necesitan dada su corta edad. “si sobra una clase, como aumenta la ratio, recortan un aula y ese recorte nos está afectando a la educación pública pero no a la concertada”, se lamenta la profesora.
Esta diferencia se ve acrecentada cada vez más respecto a los colegios concertados, y es que allí “lo que están haciendo manteniendo la ratio de niños – 24 ó 25 por clase – es poner más aulas”, cuenta Sandra. “ Las bolsas se están inflando de interinos, cada vez estamos más interinos con muchísimo tiempo de servicio”, se ha lamentado la maestra “nosotros entramos en septiembre u octubre a trabajar, pero a la gente que es nueva aspirante o que tiene poco tiempo de servicio no le dan la opción”.
“De 500 vacantes que dieron en agosto del año pasado pasan a 250 este año”, afirmaba la profesora, que ha lamentado que “la gente que tenemos cuatro o cinco años de servicio que entrábamos en septiembre a trabajar este año no vamos a entrar en septiembre porque la gente que ha cogido esa vacante en agosto va a ir delante nuestra en la bolsa”.
De este modo, maestros que tenían todas las papeletas para entrar como fijos en septiembre, tendrán que esperar a poder realizar alguna sustitución, lo que les depara un futuro incierto, ya que estos periodos “son bajas que a lo mejor duran tres meses, seis, un mes o quince días, dependiendo de la baja que nos vaya tocando”.
Dada la situación de tantos profesores que tendrían que verse forzados a vivir un año en blanco sin poder trabajar y la incertidumbre de aquellos que entrarán como sustitutos en lugar de ocupar el curso entero, maestros de todas las provincias se darán cita en Sevilla con el fin de obtener al menos explicaciones a este cambio que deja a aproximadamente trescientos profesores granadinos en el limbo.