Chile, un paso más cerca de la despenalización del aborto tras un intenso debate en el Senado
El aborto fue legal en Chile para algunos casos hasta que fue abolido por el dictador Augusto Pinochet hacia el final de su régimen, que se extendió entre 1973 y 1990
Chile ha dado un paso crucial para despenalizar el aborto después de que la madrugada de este miércoles el Senado haya aprobado en un arduo y maratónico debate la interrupción voluntaria del embarazo para tres causales, en un país de marcado sesgo conservador.
El emblemático proyecto, impulsado por la presidenta socialista Michelle Bachelet, busca flexibilizar la estricta legislación y legalizar el aborto en caso de que la madre esté en peligro, si un feto es inviable o cuando el embarazo es resultado de una violación.
"Las mujeres de Chile merecen este mínimo reconocimiento a su capacidad de decidir", ha escrito Bachelet en la cuenta de Twitter de la presidencia en referencia a los tres supuestos que contempla la medida.
Chile sigue siendo en la actualidad uno de los pocos países en el mundo donde el aborto es ilegal en todos los casos, en una señal de su tradición conservadora, aunque en la última década se ha logrado destapar algunos temas valóricos.
La discusión del proyecto, que ha dejado en evidencia la resistencia de legisladores del pacto gobernante de centro izquierda, ha sido aprobada por una ajustada mayoría en el Senado tras una fase decisiva que partió el lunes, después de dos años de tramitación en diferentes comisiones del Congreso.
La senadora de la Democracia Cristiana y candidata presidencial, Carolina Goic, ha admitido que si bien no comparte el aborto, las tres causales del proyecto son inobjetables.
"Yo no soy partidaria del aborto, pero creo que cuando estamos hablando de tres causales excepcionales, la respuesta del Estado no puede ser la cárcel para las mujeres. No puede ser esa la respuesta que demos como Estado a mujeres que viven tres situaciones dramáticas", ha sostenido Goic.
El aborto fue legal en Chile para algunos casos hasta que fue abolido por el dictador Augusto Pinochet hacia el final de su régimen, que se extendió entre 1973 y 1990.
La votación del polémico proyecto ha sido seguida de cerca en la sala del Senado, donde el público contrario al aborto ha interrumpido la sesión con cantos religiosos, lo que ha obligado a la Policía a desalojar a parte de los asistentes.
Ahora la iniciativa deberá ser discutida nuevamente en la Cámara de Diputados, un proceso que a juicio de los legisladores y cálculos del Gobierno debería enfrentar una tramitación más expedita.