Churrería Paco´s, protagonista de la comida más importante de mi día

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"Pedimos media de churros y conforme tragamos el primer bocado los etiquetamos como los mejores churros de Granada" | Foto: Remitida
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Ya he contado más de una vez que lo que yo sentí con este piso cuando vinimos a visitarlo por primera vez fue un flechazo en toda regla.

Solo había visto la entrada y un trocito del salón, lo que la puerta semiabierta me permitía, y ya le había dicho al de la inmobiliaria que lo quería.

Yo no había estado en La Chana jamás, solo por Las Torres, que es la zona de bares que hay justo cuando pasas Villarejo, a la entrada de la carretera de Málaga.

Iba con mis amigos allá por el 2012 cuando la consumición con la tapa te costaba 1,30€ y daba igual lo sucio que estuviera el aceite en el que habían frito tus patatas, que tú lo que buscabas era economizar.

Pero en la Chana ‘profunda’, en la que se hace de verdad una vida de barrio, donde los toldos de los negocios tienen más años que yo y el panadero te deja el pan colgado en la puerta y te lo fía, no había puesto un pie en la vida.

Recuerdo que cuando nos bajamos del coche e íbamos de camino a ver el piso me envolvió una sensación de hogar que, aunque desconocida, me resultaba familiar.

Algo, sigo sin saber qué fue exactamente, me dijo que este era mi sitio antes de poner un pie en el que ahora, casi tres años después, se ha convertido en mucho más que mi hogar, aunque no sea de mi propiedad.

Silencio en sus calles. Las luces de las lamparitas de las casas intuyéndose a través de las cortinas. El olor a chimenea. El Covirán de enfrente. La churrería de justo al lado, con pinta de ser de las de toda la vida. La Paco´s, que ya he mencionado más de una vez y de la que vengo a hablaros más detenidamente hoy porque, creedme, lo mínimo que merecen son una columna.

El primer día que amanecimos después de mudarnos nos bajamos a desayunar. Si algo nos gusta a nosotros en esta vida es desayunar fuera. Ya no es solo el hecho de despertarnos, bajar a la calle y que nos hagan el desayuno, que el placer de eso es innegable. Es que para nosotros es el mejor momento del día. Nos encanta hacer catas de cafeterías. Valoramos el café, si tiene cuerpo o no, y si la leche está bien vaporizada; el servicio, donde solemos tener mucho más en cuenta la amabilidad que la rapidez; la calidad del jamón cocido, y la del pan. Sobre todo, esas cosas. Nos montamos nuestro propio jurado de MasterChef en un segundo.

Y ya, dependiendo de la valoración final, volvemos o no.

Supongo que son las inevitables consecuencias de llevar dedicándome a la hostelería toda la vida y de que Pepe lleve 8 años a mi lado.

En mi barrio hay bastantes cafeterías, pero sin duda mi preferida es la Paco´s.

Fue la primera que probamos y si voy a otra es o porque es jueves y está cerrada, o porque no hay mesa ni dentro ni fuera.

Lo primero que me ganó de la Paco`s fue Raquel, la hija de los propietarios.

Nos saludó medio hablando medio cantando y con una sonrisa que se le iba a salir.

3 años después sigue haciéndolo igual, aunque con el cariño real que le coges a un cliente asiduo o al camarero que te atiende día sí, día también, durante años.

Después vino Toñi, su tía, a servirnos el café. Ojos achinados y sonrisa dulce. Con la leche fría en una jarra y la caliente en otra. Nos preguntó cómo de caliente la queríamos, un detalle que para algunas personas puede ser una tontería, pero que para los que nos dedicamos y, sobre todo, amamos la hostelería, puede marcar la diferencia.

Preguntando cómo quieres la leche, fíjate tú qué tontería, estás cuidando al cliente. No estás decidiendo la temperatura de su café. Estás cuidando su estancia y dándole exactamente lo que quiere.

Me pedí mi tostada de siempre, york con queso y mantequilla, pero me dijeron que solo tenían pechuga de pavo.

Chasqueé los dientes sin que me escucharan.

Nos trajeron la tostada cerrada, algo que yo he odiado siempre y sigo odiando en todos los sitios, menos en la Paco´s, donde ya cuento con la confianza suficiente para abrirla y comérmela por partes o decirles cómo de tostado quiero el pan.

Eso sabía a cielo. Y el café, con cuerpo.

Pedimos media de churros y conforme tragamos el primer bocado los etiquetamos como los mejores churros de Granada.

Insisto. No os podéis ni imaginar.

Nos fuimos de allí dando por sentado que iba a ser complicado encontrar otra que la igualara.

He tenido el privilegio de empaparme un poquito de la historia de esta cafetería de las de toda la vida, y quiero haceros partícipes.

Le pedí a Raquel que cuando tuviera un hueco me contara un poco la historia de la cafetería y al día siguiente me había escrito un folio por delante y por detrás contándome todo. Un folio del que, por cierto, no pienso deshacerme nunca.

La churrería Paco´s abrió sus puertas por primera vez en las cruces del 1980, hace ya 42 años. Se dice pronto.

Sus propietarios, Isabel y Paco, siempre quisieron poner una churrería en honor a su abuelo, que siempre soñó con tener una.

No habían hecho un churro en su vida. Contrataron a un especialista para la inauguración, pero no se presentó.

Fueron unos inicios bastante duros en los que solo vendían 3 o 4 cafés al día.

Ahora es raro que haya una mesa libre.

Dicen que consiguieron sacar fuerzas para tirar hacia delante gracias a los clientes fijos.

La mayoría de ellos ya no viven, pero estoy segura de que se sentirían muy orgullosos si vieran quién está ahora al mando de barco. Porque Raquel, es mucha Raquel.

Paco era también carpintero y gracias a eso pudieron permitirse tentar a la suerte un tiempo.

Cuando todo empezó a rodar y se hizo conocida, hubo un incendio.

Se quemó todo menos una virgen ‘del pincho’ que le regalaron a Paco cuando abrieron y desde ese momento sienten que es quién les protege siempre.

Una vez más, volvieron a aguantar el tirón y a remontar. A día de hoy, los fines de semana hay colas de hasta media hora de personas esperando para recoger sus churros y llevárselos a casa.

Eli te los hace como quieras: tostados, blanquitos, gordos, finos, huecos… Además, solo con verle la cara merece la pena la espera. No se puede ser más guapa ni tener unos rasgos más bonitos.

La churrería Paco´s ha visto a muchos negocios de alrededor cerrar, pero ellos han salido a delante gracias a, insisten, su clientela, entre la que ya me incluyo.

¿Que cuál es el secreto del éxito? El amor que le ponen a todo, desde el producto hasta la manera en la que te limpian la mesa.

Paco e Isabel ya están jubilados, y tienen otro hijo, Francis, que tiene otras cuatro churrerías, dos en Churriana y Cúllar Vega, dos pueblecitos muy cercanos a Granada, y otras dos en el centro, una en Camino de Ronda, 36 y otra detrás del Alcampo.

Iré a probarlas, pero yo me quedo con mi Paco´s. Con Raquel, Eli, Yamila, Encarni, Daniela e Isabel. Con Toñi, aunque ya no esté.

Que esa es otra cosa que me flipó, que la lleven solo mujeres.

Y es que, aunque solo sea el sitio donde desayuno, también es hogar para mí.

Me gusta verlas trabajar, disfruto haciéndolo. A veces incluso me he llegado a imaginar formando parte de su equipo.

Me recuerda a mi época en Starbucks, un trabajo que amé mucho y me trajo personas a las que ya amaré siempre.

Cuando la profesionalidad y la humanidad se juntan, nada puede salir mal. Paco´s es ya, irremediablemente, una etapa inolvidable de mi vida, viva el tiempo que viva en este barrio.

Está en la calle Virgen de la Paloma, 8. Al lado de casa, qué suerte la mía.

Gracias, chicas, por regalarme casi cada día un momento de paz.

Gracias, Paco e Isabel, por el legado que habéis dejado.

Y a vosotros, lectores, aparte de recomendaros ir, os abrazo mucho mientras sonrío también mucho.