Cinco consejos para mejorar la lectura de nuestros hijos

La labor de las escuelas es fundamental, pero los padres también pueden jugar un papel muy importante en la mejora de la lectura de sus hijos

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Imagen ilustrativa | Fuente: remitida
Gabinete
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Para todos los profesionales de la educación infantil, uno de los principales retos en conseguir que los alumnos adquieran habilidades lectoras. No se trata de que aprendan el abecedario y puedan llegar a leer un texto, se trata de que sepan asimilar e interpretar su significado.

El grado en educación infantil tiene muy presente la importancia de esta labor pedagógica y preparan a los futuros docentes para que asuman la responsabilidad de enseñar a leer. La Universidad Internacional de Valencia ha formado con éxito a cientos de profesionales de la enseñanza; gracias a ellos, miles de niños saben leer e interpretar textos de manera correcta.

La labor de las escuelas es fundamental, pero los padres también pueden jugar un papel muy importante en la mejora de la lectura de sus hijos. Aquí vamos a exponer algunos sencillos consejos para animar a los niños de 4 a 6 años. No existe un solo método; cada familia puede crear sus propios hábitos pero lo importante es la constancia.

1. Lea en voz alta para ellos

Elija historias interesantes y léaselas a su hijo. Intente modular la voz adecuadamente para captar la atención del pequeño. De esta manera, estará inculcando en el niño un interés por los libros. Además, aprenderán a escuchar y prestar atención.

2. Comparta una lectura con su hijo

Otra práctica muy eficaz consiste en leer voz alta un texto breve y sentar al niño al lado para que siga también la lectura. A continuación, pediremos al niño que lea en voz alta línea por línea y que intente explicar lo que ha leído. Con este ejercicio estaremos entrenando su capacidad de comprensión.

3. Lea un mismo texto varias veces

La repetición es fundamental para fijar palabras, sílabas o construcciones gramaticales que puedan resultar complicadas. Cuando detecte que el niño se encalla en alguna palabra, haga que la repita varias veces y anímelo a continuar leyendo.

4. Mejorar la velocidad

Un ejercicio para comprobar los avances en velocidad lectora consiste en hacer que el niño lea en voz alta durante un minuto. Cuando acabe, cuente las palabras que ha leído y anótelas. Repita más adelante la operación; de esta manera verá si el niño va aumentando en velocidad. Para visualizar la progresión, puede hacer un pequeño gráfico y enseñárselo al niño.

5. Elogie y corrija

Las palabras de ánimo son las mejores aliadas en la labor educativa hacia los niños. Cuando lea un texto correctamente, elógielo, y si se equivoca, corríjalo y dele ánimos para seguir adelante. Si reprende al alumno severamente puede provocarle un bloqueo y con ello obstaculizar la labor pedagógica. Tampoco se han de dejar pasar los errores; el niño debe entender lo que ha hecho mal y corregirlo.

A partir de los 10 años los niños suelen leer ya con fluidez, pero es preciso motivarlos para que mantengan y acrecienten el hábito. Es importante que el niño no interprete la lectura como una obligación sino como una diversión. Para conseguir este efecto, lo mejor es buscar en casa lecturas lúdicas. Siempre que pueda, compre libros con ilustraciones, vigile el tamaño de la letra y procure que el texto sea adecuado a la edad del niño.