Las cinco dudas más frecuentes sobre el uso del protector solar
La utilización de este producto es clave para evitar daños como el envejecimiento prematuro y cáncer de piel
¿Cuál es la manera más efectiva de prevenir el daño solar en la piel? Mantenerse alejado del sol. Sin embargo, evitarlo es complicado, especialmente porque los rayos solares ayudan a levantar el ánimo en muchas ocasiones. Entonces, ¿qué es lo mejor para proteger la superficie de la piel y garantizar su salud? La respuesta es sencilla: protector solar. Este producto, básicamente, tiene la función de absorber o bloquear los rayos UV del sol con el objetivo de evitar que ellos penetren en la piel y causen daños como el envejecimiento prematuro y cáncer.
Por ello, a continuación, te mostramos cinco dudas frecuentes sobre los protectores solares para asegurar que hagas un uso correcto de este producto y mantengas tu piel saludable.
¿Cuál es el factor de protección solar (FPS) ideal?
El factor de protección solar (FPS) mide la cantidad de energía solar que se requiere para causar una quemadura cuando se usa el protector solar en comparación a una piel sin defensa.
Ningún protector solar es 100% efectivo para prevenir daños en la piel y el FPS mínimo recomendado por los expertos es el 30, pero cuanto más alto es el factor, mejor. Sin embargo, aunque los protectores con mayores FPS ofrezcan más protección, eso no quiere decir que duran más tiempo que aquellos con índices más bajos, por lo que debes volver a aplicarlos con la misma frecuencia.
¿Cómo funciona la protección UVA y UVB?
El sol emite diferentes tipos de rayos de luz. Pero, los dos principales responsables de dañar la piel son los ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB). Los primeros se caracterizan por su capacidad de atravesar el vidrio y afectar hasta las camadas debajo de la superficie de la piel aunque no se sienta el calor. Por otro lado, los rayos UVB son más cortos y causan las quemaduras solares.
Por esa razón, la recomendación es siempre optar por un protector solar que ofrezca protección de amplio espectro, es decir, contra los rayos UVB y UVA, además de tener un FPS mínimo de 30.
¿Con qué frecuencia se debe aplicar el protector solar?
Antes de cualquier cosa, hay dos medidas que pueden ayudarte a protegerte del sol. En primer lugar, busca siempre la sombra para limitar la exposición directa al sol, especialmente entre las 10:00 horas y las 16:00 horas, periodo en el cual los rayos UV están más fuertes. Además, si pasas mucho tiempo al aire libre y bajo el sol, elige gafas oscuras adecuadas, así como una ropa y un sombrero capaces de proteger la mayor cantidad de piel posible.
Lo ideal es aplicar un protector solar de amplio espectro (UVA y UVB), con un FPS al menos de 30 y volver a aplicárselo al menos cada dos horas, también después de nadar o transpirar.
¿Realmente hace falta usar protector solar si estoy todo el día en casa?
Los rayos UV son capaces de ultrapasar algunas superficies, como el vidrio de una ventana, por ejemplo. Por ello, es importante hacer el uso del protector solar aunque no vayas a pasar la tarde al aire libre, en la piscina o en la playa.
Algunos estudios muestran, incluso, que la utilización a diario de este producto puede reducir significativamente el riesgo de cáncer de piel y de los signos de envejecimiento precoz, como arrugas y manchas oscuras.
¿Hay alguna diferencia entre el protector solar facial y el corporal?
En teoría, la única diferencia entre el protector solar para la cara y el cuerpo es el tamaño de la botella. Todavía, el rostro suele ser más sensible, por lo que lleva a muchas personas a preferir un protector solar ligero y no grasoso desarrollado para esta región del cuerpo, especialmente para el uso diario. Así, es menos probable que obstruyan los poros, provoquen acné o irriten la piel. Además, es importante evitar utilizar los protectores solares en formato de aerosol en la cara, ya que no es seguro inhalarlos.