Cinco planes con niños para el fin de semana en Granada

El Parque de las Ciencias, Pradollano, una ludoteca o unos sencillos columpios son buenas opciones para entretener a los más pequeños

parque ciencias niños
El Parque de las Ciencias tiene numerosas actividades orientadas a los niños | Foto: Archivo GD
Guillermo Ortega
0

Usted, y usted, y también usted, tiene hijos pequeños en casa. Acaba de amanecer, no le toca ir a trabajar, a lo mejor anoche se acostó más tarde que de costumbre, pero los niños no entienden de esas cosas y antes de las ocho ya están de punta, reclamando atención.

Se levanta, les prepara el desayuno, les enchufa la tele y les deja que vean Doraemon, La patrulla canina, Bob Esponja, el conejo Simón o cualquiera de esas cosas que tanto les entretienen. Completada la operación, vuelve a la cama a intentar conciliar de nuevo el sueño. Pero desengáñese, eso no durará mucho. Los niños no se van a pasar el día frente a la pantalla y, como señalaría el de los memes, usted lo sabe.

Hay que hacer algo con las criaturas, algo distinto a ir a la playa porque hoy eso, por las circunstancias que sean, no es factible. ¿Qué alternativas tiene? No se preocupe, en GranadaDigital estamos para ayudarle. Aquí van algunas recomendaciones que le pueden solucionar el día. Nada, nada, no nos tiene que dar las gracias. Es un placer

1-Ir al Parque de las Ciencias

Es un sitio instructivo donde los niños, además de divertirse, pueden aprender algo. Los más pequeños seguro que lo pasan bien en la ludoteca que hay poco después de entrar por la puerta principal, a mano derecha. Si accede por la antigua entrada, allí también hay una habitación (con un acceso especial para ellos y que obliga a los adultos a agacharse para seguirles) donde encuentran juegos con agua, pequeños y fáciles experimentos y hasta un piano que se toca por el procedimiento de poner los pies encima.

Además, en la zona al aire libre hay desde un tablero de ajedrez gigante hasta una cinta de Moebius (el reto es completar el recorrido sin caerse), se pueden ver mariposas en un clima tropical la mar de curioso, es interesante subir a la torre, y también bajar y comprobar lo grandes que pueden llegar a ser una ballena o una secuoya. Hay a diario una exhibición de aves rapaces, las exposiciones (fijas y temporales) están muy bien… En definitiva, es un sitio muy completo y recorrerlo de cabo a rabo puede llevar el día entero. Los niños terminarán rendidos y usted también. Garantizado.

Ventajas: Divertirse aprendiendo, o viceversa. Numerosas y muy variadas actividades. Contacto (relativo) con la naturaleza.

Inconvenientes: Puede resultar agotador. Por suerte, hay una cafetería y un par de salones contiguos con buenos sillones para descansar un rato. Por lo menos los padres, aunque sea por turnos.

Una de las atracciones de El Mirlo Blanco, en Pradollano. En verano, por cierto, no hace falta ropa de abrigo | Foto: sierranevada.es

2-Poner rumbo a Sierra Nevada

Ya, objetará que queda lejos. Aunque, parafraseando al torero, a lo mejor Sierra Nevada está donde tiene que estar y lo que está lejos es Granada. Merece la pena poner rumbo a Pradollano porque allí, de entrada, hay una zona específica para la gente menuda, llamada El Mirlo Blanco, donde los más osados pueden subir a una variante de la montaña rusa que, para no liarse mucho, han bautizado con el nombre de Trineo Ruso. A los más pequeños no se les permite montar, pero tienen más cosas que hacer, como pilotar un barco por control remoto o, sencillamente, darse una vuelta por un sitio donde el tráfico no les puede molestar.

Pradollano también cuenta con una piscina, que en invierno está cubierta y en verano se destapa parcialmente. Los que se alojan en alguno de los interesantes hoteles de la estación invernal tienen descuentos para usarla o directamente el chapuzón les puede salir gratis. Los que no, deben pagar 6,50 euros por persona. Y claro, luego está lo de los remontes para llegar a Borreguiles y el telesilla para seguir y acercarse al Veleta, toda una gozada.

Ventajas: Aire puro, contacto (real) con la naturaleza, ausencia de ruidos y de tráfico, tranquilidad. Mucho más fresco que en Granada.

Inconvenientes: Ojo con el contacto prolongado con el sol, que a 2.100 metros de altitud pica más que en la costa.

El parque infantil de la Plaza de Gracia suele estar muy frecuentado | Foto: Archivo GD

3-Pasar el tiempo en un parque infantil o cosa similar

La más socorrida, sobre todo si no se dispone de coche. En Granada hay parques infantiles para todos los gustos. En el del Campo del Príncipe, en el Realejo, el ambiente es muy familiar y quienes lo frecuentan prácticamente se ven a diario. El del antiguo cuartel de Las Palmas, subiendo la Cuesta Escoriaza, es una joya oculta, apenas frecuentada pero muy interesante porque no hay coches en muchos metros a la redonda. El de la Plaza de Gracia está bien pero siempre se encuentra muy concurrido y hay cola, literalmente, para pillar el columpio. En pleno centro de Maracena hay uno con un barco pirata muy chulo.

Si en vez de eso lo que se decide es un paseo, una parada casi obligatoria es el carrusel ecológico de la Plaza Bib-Rambla, un bonito tiovivo que se pone en funcionamiento cuando el responsable le da a los pedales de su bici El viaje cuesta 2,50, pero si son tres los que se montan, el precio se queda en seis euros. El chupa-chup que reciben los viajeros tras el paseíto es una excusa perfecta para que el niño se pase luego un tiempo sentado en la sillita, degustándolo, y los padres se tomen, pongamos, un refresco.

Ventajas: Es el hábitat natural de los niños. Por más que pase el tiempo y haya un montón de nuevas posibilidades, juegos tradicionales como el balancín, el tobogán, los columpios o simplemente saltar, no pasan de moda.

Inconvenientes: Por alguna razón inexplicable, los parques infantiles se suelen instalar en lugares donde hay muy poca sombra, por no decir ninguna. Así que no se recomienda en absoluto visitarlos a ciertas horas, porque el riesgo de insolación es altísimo.

El Aquaola, en Cenes de la Vega, es otra posibilidad | Foto: Archivo GD

4-Visitar un parque acuático

Los niños tienden a ponerse muy pesados con eso de los parques acuáticos. Recuérdese el episodio de Los Simpsons en el que Bart y Lisa preguntaban a su padre: “¿Nos llevas al Salpicamás?” tantísimas veces que el pobre Homer no tuvo más remedio que ceder. Pues eso, que si los chiquillos se empeñan, una negativa por su parte tiene muy pocas posibilidades de prosperar.

El Aquaola, en Cenes de la Vega, o e Aquatropic, en Almuñécar, son las dos posibilidades que hay en la provincia. Tienden a estar bastante llenos (como, por otra parte, lo están las playas también) de una muchachada a la que le vuelve literalmente loca eso de tirarse por los toboganes gigantes y demás. Así que, si lo que busca es un sitio tranquilo, ése, definitivamente, no es su destino.

Ventajas: Los niños se lo pasan en grande y se cansan tantísimo que a última hora están reventados y caen como benditos en la cama.

Inconvenientes: Como probablemente participará en algunos de los juegos, usted también acabará rendido. Y, si no tiene cuidado, toda la familia puede terminar como un salmonete, porque el sol, en las piscinas, pega fuerte. Imprescindible ir bien aprovisionado de protector.

5- Ludotecas

Algunos establecimientos están adquiriendo la buena y práctica costumbre de destinar un espacio para tener a los polluelos a buen recaudo durante un rato, lo que, se quiera o no, facilita la vida de sus progenitores. Esta bonita iniciativa ya la ha puesto en marcha, por ejemplo, restaurantes como La Tagliatella (la que está en la esquina de Recogidas y Camino de Ronda), donde una chica muy simpática llamada Noelia pone a los niños a pintar y lo pasan muy bien.

También hay una ludoteca en el Centro Comercial Nevada y, dentro de ese enorme espacio, una específica en el Leroy Merlín. En Pradollano existe otra, aunque sólo funciona en invierno, tanto para esquiadores que vienen de fuera como para trabajadores de la estación. De vuelta a Granada, el restaurante La Mafia de la calle Trajano dispone de una habitación para que los pequeños la utilicen, pero no está vigilada por nadie, y lo mismo ocurre en el restaurante Apo, de la plaza de San Lázaro, donde hay un rincón para que jueguen.

Ventajas: Los niños están atendidos y contentos mientras usted se toma tranquilamente, pongamos, un refresco.

Inconvenientes: No se pase con los, digamos, refrescos. Queda toda una tarde por delante y los críos demandarán su atención.