Cinco terrazas con encanto para degustar gastronomía casera en Granada
Restaurantes mirador o patios con encanto permiten disfrutar platos de temporada en entornos con vistas inigualables de la ciudad
El desconfinamiento y las ansias de verano nos ha dejado un especial deseo por disfrutar de planes al aire libre, en entornos tranquilos en los que disfrutar de buena comida y buen ambiente. Si por algo se caracteriza Granada es por las vistas que ofrece desde muchos puntos de la ciudad, sumergiendo a propios y visitantes en historia viva, leyendas y rincones cual estampas.
Fusionando placeres para los sentidos, su oferta gastronómica en estas terrazas, algunas más visibles y conocidas, y otras más recónditas, nos ponen sobre la mesa alternativas culinarias para diversos paladares. Si bien es cierto que, tras la necesidad de adaptar la restauración a las medidas sanitarias, las cartas de la mayoría de lugares han sufrido modificaciones, siguen ofreciendo estándares de calidad para seguir atrayendo a la clientela compaginándolo con la rentabilidad.
Factores como la incertidumbre de las reservas, la caída del turismo o la reducción de su aforo, ha hecho que los platos este verano se basen en la mayoría de cocinas en ingredientes de temporada, más que nunca, en algunos casos cultivados y recogidos personalmente. A pesar del balance negativo para la hostelería durante este año, algunos locales salvan la situación adaptándose de la mejor forma posible.
Taberna del Beso, de leyenda
Comenzamos el recorrido con esta taberna inmersa en una casa de estilo mudéjar, la cual también ofrece servicios de apartamentos turísticos y hammam. Entre callejuelas rodeadas de la leyenda que da nombre a este local y la calle en la que se encuentra, este Palacio del Conde de Cabra, personaje militar importante del siglo XVI, ha pasado de mano en mano sufriendo deterioros. Tras recientes restauraciones, la edificación ha conseguido mantener la esencia de su origen hasta convertirse en terraza con vistas, restaurante en el patio interior al aire libre y estancias en la parte superior.
Caracterizado por el silencio, la tranquilidad y el halo acogedor y romántico que transmite el entorno, ofrece una carta con ‘sabores de Al-Andalús’. Si bien el menú no se puede degustar íntegro, sus platos se mueven entre el cuscús con verduras de temporada o ensalada de espinacas con aceitunas y limón confitado; y como punto dulce, pastela casera de leche con almendras y agua de rosas, entre otros. Abrirá todas sus estancias completas a partir de este septiembre; en este momento, solo se encuentra disponible la terraza con vistas desde las 19:00 horas.
Jardines de Zoraya y su arraigado flamenco
Este carmen convertido también en un tablao, cuenta con un patio presidido por una fuente por la que brota el agua clara a través de la típica granada y rodeado de cipreses, respaldados por la fachada de la antigua mezquita mayor, la iglesia de San Salvador. Dividido entre la zona para cenas y la zona chill out, permite acudir para degustar la carta de cocina mediterránea con toques propios de su chef o para alargar la noche y disfrutar de la relajación del lugar.
Si pasas por los Jardines de Zoraya tienes la posibilidad de admirar en vivo y en directo espectáculos de flamenco incluidos en la cena o para contratarlos aparte. Por su escenario, han pasado, incluso, estudiantes de flamenco que han encontrado a sus maestros actuando en los dos pases que ofrecen, a las 20:00 y a las 22:30 horas. Artistas de la talla de Cristina Aguilera y Raimundo Benítez, Alfonso Losa y Belén López, el ‘Turry’ o Patricia Guerrero. Siempre cuentan con la presencia de dos bailaores, un cantaor y un guitarrista, renovando cada semana la programación. Como platos recomendados, encontramos presa ibérica con setas salteadas y salsa de Pedro Ximénez; también, tataki de atún con algas y ajoblanco.
Restaurante mirador Carmen de Morayma
La opción más natural la encontramos en esta terraza con la Alhambra como protagonista al completo o entre arcos fusionados con el paisaje. La carta es más corta, basada en productos de temporada, principalmente, con alimentos producidos por ellos mismo como el vino de la Alquería, sin aditivos y totalmente casero, los higos o las almendras; la verdura, traídas por parte de la asociación La Bolina, el queso es artesana de la provincia, los jamones no tienen aditivos, o los huevos con ecológicos. Intentado evitar el comprar-tirar y desperdiciar gran cantidad de comida es su objetivo tras el parón durante el confinamiento.
Las mesas integradas en la naturaleza con vistas a diferentes alturas, ofrecen un ambiente sin bullicio con posibilidad de tomar tapas, raciones, platos o copas. Entre su nueva carta, encontramos los Huevos Alquería con jamón, Rabo de Toro con el toque Morayma y la tarta de almendra. El negocio familiar con una historia de 30 años quiere terminar de cerrar el círculo gastronómico hasta conseguir no solo autoabastecerse, sino también reciclar lo máximo posible, hasta el aceite usado. Como novedad, han introducido la desinfección con agua de ozono.
El Trillo o el despertar de los cinco sentidos
Como bien definen ellos mismos, es un oasis enclavado en el Albaicín que surge entre las estrecheces de las callejas. Un Carmen cuya huerta es ahora el patio del restaurante, rodeado de árboles frutales y del sonido suave del agua. Desde la terraza superior, se vislumbra la Alhambra, a lo lejos, entre naturaleza aportando el toque de belleza que envuelve a la calma del entorno.
La carta adereza sus platos hasta el último detalle con ingredientes que no es común asociar y producen una explosión de sabores. Un salmorejo con toque de remolacha y aguacate o ensalada de lentejas con verduras y queso azul; y para rematar, la fusión dulce con leche frita, frutos rojos y toque de chocolate. Ofrece variedad de tés para complementar la sobremesa y buen sabor de boca desde el inicio hasta el final.
Estrellas de San Nicolás y la ‘ciudad roja’
Dicen las historias que la Alhambra se construyó de noche y vista a lo lejos, el rojo de las antorchas la tintaba de estos toques apasionado y por ello se le denomina ‘ciudad roja’. En la terraza última de este restaurante sientes Granada a tus pies desde la inmensidad y el esplendor que refleja. Situado junto al Mirador de San Nicolás, ofrece una panorámica completa desde altura de la ciudad y del monumento como pocos.
Su cocina mediterránea con un toque francés, ofrece creaciones culinarias en las que el pato está muy presente, incluido hasta en las ensaladas, entre las cuales también ofrecen una con helado de mango; y el pulpo tierno destaca por su suavidad al deshacerse en la boca. Los postres rondan entre los crepes y las foundant con toques de vainilla y el bourbon.
Comentarios
2 comentarios en “Cinco terrazas con encanto para degustar gastronomía casera en Granada”
Luis
19 de agosto de 2020 at 23:40
Se amplía la oferta para comer disfrutando con el gusto y con la vista. Gracias
Raúl ruiz
20 de agosto de 2020 at 17:16
La verdad es q es de auténtico chiste la reseña del Estrellas de San Nicolás, la cocina no es mala es malisima