Claves para actuar ante un caso de ahogamiento este verano
En el periodo comprendido entre 2015 y 2019, más de 2.000 personas fallecieron en espacios acuáticos españoles
El verano es época de refrescarse en las piscinas, lagos o ríos, pero muchas personas ignoran el peligro que estos suponen a veces. La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que 236.000 personas se ahogan cada año en el mundo. En España, solo en lo que va de año, 208 personas han fallecido por ahogamiento en espacios acuáticos, dato preocupante dado que en todo 2021 murieron 260 personas, según informa la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS). Únicamente en julio, mes en el que las actividades acuáticas se disparan, ya han fallecido más de 60 personas. Este lunes, 25 de julio, la ONU celebra el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos
Los datos muestran que la zona donde más incidentes se producen es la playa, seguida de otras como lagos y ríos. Las horas más propensas a que sucedan estas desgracias son entre las 14:00 y las 20:00 horas. Siendo las personas de entre 35 y 44, y de 55 a 64 años las más afectadas.
Este mes, Emergencias 112 Andalucía ha puesto en marcha, un año más, una campaña informativa en redes sociales con la etiqueta #StopAhogados para evitar ahogamientos y accidentes en zonas de playas, piscinas y pantanos. De esta forma, se suma a la iniciativa propuesta por la RFESS dando los siguientes consejos:
- Se recomienda retrasar el baño si se ha comido o bebido en exceso, o al encontrarse fatigado o tras realizar un esfuerzo físico desacostumbrado. Además, es importante entrar despacio en el agua, mojando primero las muñecas y la nuca, para evitar el contraste de temperaturas.
- Si se está en la playa y uno no sabe nadar o lo hace con dificultad, lo más adecuado es no alejarse de la orilla y elegir siempre zonas vigiladas. En todo momento, se debe respetar el color de la bandera que ondee en la playa. El sistema de banderas funciona igual que un semáforo: la roja significa que el baño está prohibido; la amarilla, lo permite, pero extremando la precaución; y la verde indica que está permitido bañarse.
- Una vez en el mar, si a una persona la arrastra la corriente, lo más importante es mantener la calma y nadar a su favor, sin oponer resistencia a la fuerza del agua. En paralelo a la orilla y una vez fuera de la corriente (o del remolino), lo mejor es salir del agua lo antes posible. Si no es posible, deben hacerse señales de auxilio para pedir ayuda al resto de bañistas y jamás hacer bromas en este sentido.
- Evitar saltar de cabeza en lugares desconocidos o de poca visibilidad, ya que puede haber poca profundidad o tener un fondo rocoso.
- Salir del agua si uno se encuentra mareados, siente vértigos, escalofríos o tiene sensación de fatiga o malestar y picores en el vientre o en los brazos.
En cuanto a las piscinas, pese a ser el lugar donde menos accidentes ocurren, hay que tener especial prevención con los niños, los más propensos a tener accidentes en estos lugares. La mayor parte de accidentes ocurren mientras juegan, como al saltar al agua, cuando corren por los bordillos mojados o realizando ahogadillas. Por ello, es importante que los menores estén siempre vigilados por un adulto, pues un pequeño descuido es suficiente para provocar una tragedia.
Los datos señalan que en solo 30 segundos se puede ahogar un niño y, por cada niño ahogado, cuatro resultan hospitalizados. Respecto a los flotadores y manguitos, muchos no cumplen con las normativas de seguridad o con las medidas necesarias para el niño, provocando una falsa sensación de seguridad y un exceso de confianza que hay que evitar. Los flotadores o chalecos deben ser homologados y nunca sustituir la vigilancia de los adultos. También es importante enseñar a los hijos a nadar cuanto antes, pues está demostrado que reduce a la mitad la probabilidad de tener un accidente.
En el caso de presenciar un ahogamiento, lo más sensato es avisar a un socorrista. Si no se encuentra ningún profesional cerca, se debe actuar con rapidez. Los ahogamientos consisten en una irrupción brutal de agua en los pulmones, lo que provoca la asfixia y posiblemente la muerte. Por ello, lo primero es sacar a la persona del agua y llamar a los servicios de emergencia inmediatamente. Por ultimo, deberán realizarse maniobras de primeros auxilios, ya que, si se hacen correctamente, pueden prevenir la muerte antes de que llegue la ayuda. Eso sí, no deben realizarse acciones como la compresión torácica o el boca a boca sin la técnica adecuada, ya que pueden producir aún más daños