La climatología no impide que el público disfrute en el concierto del Trío Albéniz
La formación de guitarra, laúd y bandurria, que lleva más de un siglo, ofreció un recital en el Museo Arqueológico-Casa de Castril
La tarde del pasado domingo se presentó tormentosa en Granada. El concierto previsto por el VIII Festival de la Guitarra-Antonio Marín, que contaba con el patrocinio de la Delegación de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, se había programado en el patio del Museo Arqueológico-Casa de Castril, pero las circunstancias meteorológicas aconsejaron su traslado al Salón de Actos de esta institución.
El público estaba entusiasmado con los intérpretes. El Trío Albéniz, reconocido internacionalmente como una de las mejores formaciones de su género, y el programa, con partituras seleccionadas entre las mejores escritas para este tipo de formaciones, fueron los protagonistas de la cita.
En Granada hay una enorme afición a los instrumentos de pulso y púa o plectro y, desde finales del siglo XIX, comienzan a surgir diferentes agrupaciones que recorren Europa y América causando auténtica admiración por los mejores compositores de la época.
El pulso y púa llegará al Conservatorio de Granada
Antes de comenzar el concierto, el Trío Albéniz, en la voz de José Luis Recuerda, nieto de uno de sus fundadores, quiso agradecer a la Fundación Europea de la Guitarra la distinción que le ofreció durante el concierto inaugural del Festival de la Guitarra-Antonio Marín, en reconocimiento a la dilatada y brillante trayectoria artística de esta agrupación. Además, ofreció una noticia que le habían trasladado las autoridades académicas de la Junta de Andalucía, por la que se habían iniciado los trámites para que la bandurria y el laúd comiencen a formar parte de los planes de estudios de los conservatorios.
La conjunción de estos tres instrumentos en la música de cámara acaso solo es comparable al de los cuartetos de cuerdas. El equilibrio de los distintos timbres posibilita una paleta sonora de una belleza incuestionable, capaz de reproducir armónicos matices. Esta posibilidad se acentúa cuando los intérpretes son virtuosos de su instrumento, como sucedió en este caso, y saben cuál es el plano sonoro que deben adoptar en cada una de las distintas partes de las obras que iban ejecutando.
El Trío Albéniz realizó una selección antológica de títulos que son reconocidos por el público desde los primeros compases y donde las melodías son de una conmovedora expresión. Autores como Ángel Barrios, Albéniz, Granados o Manuel de Falla, en este último caso con el valor de interpretar los arreglos que el propio compositor granadino autorizó para esta formación, con la que estuvo muy vinculado durante su estancia en Granada. En los rostros del público y en sus comentarios al término del concierto se percibió que habían disfrutado. Casi se podría incluir el término degustado. Un recital de música española, muestra de la riqueza de nuestros compositores, en una formación granadina que ha lleva el nombre de la ciudad por todo el mundo.