El tiempo en el que los coches no cabían por la calle Recogidas

Las ampliaciones urbanísticas del pasado en Granada hicieron desaparecer la calle Verónica para unir el centro con Camino de Ronda

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Calle Verónica antes de su remodelación, se aprecia hotel Victoria, Aliatar y convento de San Antón | Foto: Remitida
Jose Luis Moreno
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Corría el año 1901, cuando la fonda de Victoria se había convertido en el Gran Hotel Victoria. En la misma acera el edificio Aliatar se levantaba en 1942, cuando la industria del cine estaba en alza. Al fondo, donde acababa la parte ‘noble’ de la vía, se asienta el Convento de Santa Maria Egipciaca o de las “Arrecogidas”, que acabaría dando nombre a una de las actuaciones urbanísticas más importantes de la ciudad.

El Ayuntamiento de Granada, con Manuel Sola como alcalde, se plantea la necesidad de unir el centro de la ciudad con el Camino de Ronda. La solución pasaba solo por un lugar: la estrecha calle Verónica. Una vía de “mujeres de dudosa moral”, como dicen crónica de la época, o lo que viene siendo el epicentro de la prostitución de la zona.

Es en 1958 cuando se comienza a materializar el proyecto de transformación. La calle nunca volvería a ser la misma. Ni por dimensiones ni por nombre. La calle Verónica pasó a denominarse Recogidas. El motivo no es otro que hacer un homenaje a todas esas religiosas que en su convento de las “Arrecogidas” cobijaron a un gran número de mujeres que pidieron ayuda, no solo por sus actividades económicas. Una historia que se detalla en el libro ‘Las calles de Granada’, de Julio Belza. Por cierto, Mariana Pineda fue una de esas mujeres ‘recogidas’ en esta iglesia, hasta que fue conducida a los jardines del Triunfo, donde fue ajusticiada con garrote vil en 1831.

De vuelta a las obras, el objetivo estaba claro. Derribar toda la parte izquierda de casas que había dirección Camino de Ronda, ampliar aceras y calzada y permitir el tráfico rodado de vehículos. Una idea o filosofía heredada de otro alcalde que tiró y levantó media ciudad: Gallego Burín.

Lo cierto es que la extinta calle Verónica y estrenada calle Recogidas cambió de color por completo. Nuevos edificios, un lavado de cara y un ir y venir constante de personas y coches hizo que esta vía se convirtiera en una de las más importantes y famosas de la ciudad. Salas de cine como la Capitol ganaron popularidad entre los granadinos, hoteles y hostales ocupaban edificios enteros, como el Brasilia y, más tarde, garajes como el Rex, firmas de ropa o grandes franquicias de restauración se asentaron en esta calle.

Una vía por la que pasan muchos granadinos a diario y que no saben que ni mucho menos se trata de una de las calles más antiguas de la ciudad. Aunque, más de uno habrá pensado que el que ideó la altura de los edificios se podría haber estado quieto para poder contemplar la Alhambra desde una de las entradas a Granada.