Colbert, Mazarino y los impuestos

Hoy me gustaría presentarme ante ustedes con alguna buena noticia, como que la economía está mejorando o que la pandemia está siendo controlada poco a poco. Pero, desafortunadamente, ni lo uno ni lo otro, son cierto. Por el contrario, lo único cierto es que España no recauda un “duro” porque la producción ha caído drásticamente y sectores estratégicos como el turismo se encuentran bajo mínimos.

Esto supone subida de impuestos sí o sí. Mucho han tardado. Ya nos han anunciado que van a subir el iva de los libros. ¿El argumento?...que como son caros, sólo leen los ricos. Ahora va a resultar que los libros son artículos de lujo, no de cultura. Igual camino han seguido las bebidas azucaradas, que como es bien sabido, es igualmente cosa de ricos y por supuesto las mascarillas, aunque en este caso, la culpa es de la malvada Unión Europea, que no permite bajar el tipo de iva. Habrá que preguntarle a la vecina Portugal como demonios lo han hecho ellos. Y esto es sólo el comienzo, porque IRPF y Sociedades han sido lo siguiente, eso sí, solo a los ricos. Todos los países de la UE han tomado, en mayor o menor grado, medidas de reducción de impuestos, nosotros, lo contrario. ¿Somos o no somos chulos?. Supongo que a esto se refería el Gobierno, cuando no hace tanto tiempo, estando todavía en nuestras casas, nos decía aquello de que "juntos saldríamos de esta". Bonita manera de salir juntos de esta, con sus ideas y nuestro dinero, y si uno se equivoca, ¡pues se pide más!.

Desgraciadamente, esto no es nuevo. Hay un excelente diálogo entre Colbert, Ministro de Finanzas y el cardenal Mazarino, Primer Ministro durante el reinado de Luis XIV de Francia, el “Rey Sol”, que se puede encontrar fácilmente cliqueando en Internet y que es perfectamente aplicable a nuestro triste presente de contribuyentes agotados y ciudadanos cada vez más decepcionados. Al parecer tal diálogo nunca tuvo lugar, es en realidad un extracto perteneciente a una obra teatral de 2008 llamada “Le diable rouge” (El diablo rojo) del dramaturgo francés Antoine Rault sobre las intrigas del cardenal Mazarino en la corte del Rey Sol. No obstante, es irresistible no contarlo, ya que tiene toda la fuerza de la verosimilitud, resulta plenamente vigente y podría ser un diálogo de un Consejo de Ministros de hoy día sorprendidos con el micrófono abierto, hasta podemos imaginarnos a los personajes.

El diálogo es el siguiente…

Colbert:  Para conseguir dinero, hay un momento en que engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Primer Ministro, que me explicara cómo es posible.

Mazarino:  Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión.  ¡Pero el Estado…! ¡Cuando se habla del Estado, eso ya es distinto!  No se puede mandar el Estado a prisión.  Por lo tanto, el Estado puede continuar endeudándose. ¡Todos los Estados lo hacen!

Colbert:  ¿Ah sí?, ¿Usted piensa eso?. Con todo, precisamos de dinero, ¿y cómo hemos de obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables?

Mazarino:  Se crean otros.

Colbert:  Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.

Mazarino:  Es cierto, eso ya no es posible.

Colbert:  Entonces, ¿sobre los ricos?

Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no gastarían más y un rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta, sí.

Colbert:  Entonces, ¿cómo hemos de hacer?

Mazarino: Colbert, tú piensas como un queso de Gruyere o como un orinal de enfermo. Hay una cantidad enorme de gente entre los ricos y los pobres. Son todos aquellos que trabajan soñando en llegar algún día a enriquecerse y temiendo llegar a pobres. Es a esos a los que debemos gravar con más impuestos…, cada vez más…, ¡siempre más! A esos, cuánto más les quitemos, más trabajarán para compensar lo que les quitamos. ¡Son una reserva inagotable!

¿A que da que pensar?

Nos vemos dentro de quince días, saludos.