El Colegio de Arquitectos de Granada pone en valor las capacidades de sus profesionales en una campaña
'Necesitas Arquitecto / Necesitas Arquitecta' tiene el objetivo de reconocer las tareas que pueden ejercer con acreditada solvencia, más allá de las tradicionalmente reconocidas por la sociedad
Gestión de permisos y licencias, reformas de comunidades, redacción de certificados energéticos, división de fincas o de inmuebles, conservación de inmuebles, obras de reformas o de adaptación de locales. Todos estos son algunos de los servicios que puede prestar un arquitecto para facilitar al ciudadano determinadas gestiones.
El Colegio de Arquitectos de Granada ha puesto en marcha la campaña ‘Necesitas Arquitecto / Necesitas Arquitecta’, con el apoyo de la Junta de Andalucía, la Diputación de Granada y el Ayuntamiento, para poner en valor las capacidades de estos profesionales, especialmente las que van más allá de las tradicionalmente reconocidas por la sociedad, como son la proyectación y dirección de obra de edificios o la redacción de urbanismo y proyectos de urbanización, tal y como destaca Luis Alberto Martínez Cañas, decano del Colegio de Arquitectos de Granada.
“Todas esas capacidades profesionales, que son inherentes a la formación de un arquitecto y que puede desarrollar con acreditada solvencia, se manifiestan a raíz de la crisis inmobiliaria que hubo en el año 2008, cuando disminuyó drásticamente la actividad profesional de los arquitectos tal y como estaba concebida”, apunta el decano del Colegio de Arquitectos de Granada. Desde 2008 a 2014, el trabajo de los arquitectos se fue reduciendo, pasando de las 10.000 viviendas que se visaban en la provincia en los años previos a la crisis hasta tocar fondo en 2014 con 400 viviendas visadas ese año; es decir la actividad se redujo a un 4%. “Para que la gente se conciencie de la situación, la actividad era nula, tal y como ha sucedido con el sector del turismo o la hostelería en esta pandemia, pero durante un periodo de seis años”, comenta el decano.
Entre las intervenciones que los arquitectos pueden desarrollar, Luis Alberto Martínez hace especial hincapié en las relacionadas con la rehabilitación de inmuebles, aunque advierte que su labor "debería empezar antes, con el asesoramiento en la adquisición de ese inmueble, local o piso". "Hay que tener en cuenta que una vivienda es una inversión que un ciudadano normalmente hace una vez en la vida y, consecuentemente, está bien ser asesorado por un arquitecto, que es un profesional que conoce las potencialidades que puede tener una vivienda, no solo en lo que es de puertas para dentro, sino también en el edificio en el que se encuentra”, apunta.
“Desde la posibilidad de ubicar un ascensor, de colocar placas solares o placas fotovoltaicas, ahora que el precio de la electricidad está muy caro, todo esto un arquitecto lo percibe a simple vista, mientras que al comprador, que está preocupado de otras cuestiones, aquellas posibilidades le pasan desapercibidas”, añade. “Cuestiones que a veces se convierten en un quebradero de cabeza para el ciudadano porque no dispone de tiempo o no está acostumbrado, y que con la participación de un arquitecto quedan minimizadas o no tienen por qué suceder”, asegura.
Un arquitecto puede ayudar también en temas relacionados con “un amueblamiento inteligente”, es decir, ayudar a paliar la falta de espacio, con muebles que desaparecen o liberan sitio. “A raíz de la pandemia, el teletrabajo obliga a disponer de espacios versátiles para poder trabajar, estudiar y vivir en el mismo ámbito que inicialmente fue concebido, y una reforma puede tener en cuenta todas esas necesidades que están surgiendo con el desarrollo de la vida actual”, comenta el decano del Colegio de Arquitectos.
La figura del arquitecto también es importante a la hora de solicitar los Fondos Next Generation, unas ayudas europeas que permitirán emprender la transformación que necesitan algunas viviendas, edificios, pueblos y ciudades. “El problema de las ayudas es que gran parte de ellas tienen que ser devueltas porque no consiguen materializarse correctamente. Se pretende evitar que esto suceda, y la administración necesita de colaboradores, como pueden ser los Colegios Profesionales, a la hora de montar las denominadas oficias de rehabilitación. Es importante que participen los profesionales competentes para conseguir que esto vaya a buen puerto y llegue al mayor número de usuarios posibles”, resalta el decano del Colegio de Arquitectos.
En Granada son más de 800 los arquitectos que están colegiados. Este sector se ha ido reactivando a partir del año 2014. “Solo un 50% continuó ejerciendo la actividad como era reconocida tradicionalmente, pero a uno niveles de actividad muy bajos. Un 30% más tuvo que reinventarse con nuevas capacidades, que no eran reconocidas por la sociedad y que esta campaña pretende poner en valor”, destaca el decano, quien asegura que la actividad arquitectónica se ha ido incrementando “un 20% anualmente desde 2014” y pronostica que “como descendió a niveles prácticamente cero, si ese 20% se va manteniendo año tras año, en 2030 se volverá al nivel pre-crisis, es decir, al nivel de los años 2004-2005 aproximadamente, por lo que habrán sido necesarios casi 25 años para que el sector de la arquitectura alcance los niveles que tenía por aquellos entonces y que permitían a los arquitectos vivir dignamente de su profesión". "Cuando se produjo el estadillo de la burbuja inmobiliaria, la actividad bajó prácticamente a cero y los arquitectos tuvieron que buscar otras líneas de actividad, que son las que esta campaña pretende poner en conocimiento de la sociedad”, añade.
El Colegio de Arquitectos de Granada, constituido en 1931, es una corporación de derecho público, que tiene encomendadas funciones que se rigen por el derecho administrativo, entre ellas, la ordenación de la profesión y el visado obligatorio de los proyectos de edificación, defiende los derechos e intereses profesionales de sus colegiados y protege los de los usuarios y consumidores de los servicios profesionales de aquellos, y esto constituye una garantía para los ciudadanos. "Para ejercer la profesión hay que estar colegiado. De esta manera, se evita el intrusismo. Esto constituye una garantía de que el profesional que va a realizar el encargo, que recibe de un ciudadano o promotor, reúne las condiciones para ello. Está acreditado, habilitado, y una cosa importantísima es que en Andalucía ha de disponer de un seguro de responsabilidad civil obligatorio, de tal manera que, de cara a una posible negligencia, deterioro o desperfecto atribuible a su ejercicio, dentro de los plazos establecidos por ley ,en los cuales se puede reclamar, habrá un seguro que responda a esas posibles reclamaciones", resalta el decano, quien añade que todo esto es importante "a la hora de confiar en un arquitecto, porque está avalado por este tipo de garantías".