Colores sanos y vitales en la mesa
La recomendación clásica de comer cinco raciones diarias de frutas y hortalizas frescas es mucho más fácil y agradable en verano, cuando las mesas pueden tener un aire diferente, especial, vivo, gracias a estos alimentos que, además, no requieren mucha elaboración y pueden consumirse crudos.
Las frutas y hortalizas tienen una gran variedad de especies con sus formas, sabores, colores o aromas, lo que aumenta la diversidad en la alimentación. Eso nos que permite elegir qué tipo de hortalizas o frutas se toman cada día según el resto de los platos, el momento del día, el gusto de cada uno o por el gran abanico de colores que tienen.
Precisamente los colores no sólo dan vistosidad a estos alimentos frescos y naturales, sino que son indicativo de sus propiedades. La Asociación 5 al Día nos explica qué esconde cada uno de los colores de frutas y hortalizas:
- ROJO: El rojo es el color de la pasión. Las frutas como las fresas y las frambuesas están a menudos asociadas al deseo por su brillante color, pero también son rojas las granadas, cerezas, picotas o la sandía. Entre las hortalizas, los pimientos rojos o los tomates completan de forma tajante muchos platos.
Los alimentos de color rojo deben su color a carotenos como el licopeno, sustancia antioxidante que está en estudio por su relación con la salud. las frutas rojas, como las fresas, contienen vitamina C y ácido fólico y aportan manganeso, mineral que contribuye al mantenimiento de los huesos.
- PÚRPURA: un color elegante que se relaciona con la noche, por lo que pueden quedar bien en las cenas. Está asociado con la sabiduría y la creatividad y, al no ser muy frecuente en frutas y verduras, resulta casi siempre una apuesta curiosa y diferente. Las uvas, los arándanos, ciruelas, berenjenas y cebollas chalotas presentan variedades de azules y púrpuras.
Estos alimentos presentan el color violáceo por las antocianinas, sustancia bioactiva que podría jugar un papel en la prevención de enfermedades crónicas, aunque aun faltan estudios que lo ratifiquen definitivamente. La col lombarda o las grosellas negrs son fuente de ácido fólico y vitamina C, que protege las células de la oxidación.
- VERDE: el color más fácil de encontrar en frutas y hortalizas es el verde, el color de la naturaleza. Inspira exuberancia y frescor. Es el color más relajante para el ojo humano. Las ensaladas verdes, con una base de distintas lechugas, judías verdes, ajetes, espárragos trigueros, apio y brócoli pueden compensar un segundo plato más pesado o demasiado elaborado.
El color verde enmascara otros amarillentos como la luteína, sustancia antioxidante a la que algunos estudios atribuyen propiedades saludables. Las espinacas por ejemplo aportan potasio, magnesio, hierro, fibra, vitaminas C, E y A, fibra y ácido fólico.
- BLANCO: al ser un color neutro no colapsa la mente con información y deja sitio para todo lo que venga detrás de él. Es útil usarlo en guarniciones, sopas o purés con esa función de hacer espacio y dejar el protagonismo al resto de los platos. Por ejemplo, optar por el calabacín, la cebolla, el nabo, la coliflor o el rábano, o por chirimoya y melón en las frutas. La enDibia puede cumplir, además, la función de original cuchara para presentar en ella los entrantes y enmarcarlos con su blancura.
Los alimentos blancos, como la cebolla, el puerro, el repollo o la coliflor, contienen vitamina B6, que ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
- NARANJA Y AMARILLO: el naranja es el color cítrico por excelencia, que aporta energía, juventud y vigor. Mandarinas, melocotones, albaricoques o papayas y algunas hortalizas como la zanahoria o la calabaza se unen a este brillante color que puede usarse para resaltar un postre demasiado sobrio.
El amarillo, por su luminosidad, recuerda la luz del sol e inspira positivismo y alegría, además de originalidad. Se puede usar, al igual que el naranja, para resaltar. Unas rodajas de piña o plátano o un adorno hecho con limón dan un toque exótico y llamativo a cualquier plato.
Los alimentos de color naranja y amarillo son fuente de vitamina A, esencial para un buen estado de la visión, como los albaricoques, calabazas, nísperos o papayas. Aunque los cítricos, como la naranja, el pomelo o mandarina, aun siendo de este color, se caracterizan por un alto contenido en vitamina C.