Comer mejor, dormir mejor
El insomnio y la calidad del sueño tienen ver con muchos factores y uno fundamental es qué entra a nuestro cuerpo por la boca
Estás cansadísimo, pero una vez que te acuestas el sueño te abandona y llega el desvelo. Pasan los minutos, una hora, dos… ¿Cómo convencer a nuestro cerebro de que se digne a descansar?
Además de aspectos como la estimulación a la que nos sometemos antes de dormir, uno de los factores que afectan nuestra capacidad de quedarnos dormidos es la comida que hemos disfrutado momentos antes de irnos a la cama. Tanto el tipo de alimento, como el momento de consumirlos, tienen un impacto en nuestra capacidad de conciliar el sueño.
Además, ciertos alimentos producen la activación de algunas hormonas que podrían ayudarnos a conciliar el sueño de manera mucho más fácil. Otros alimentos tienen el efecto contrario, por eso no cualquier cosa es apropiada para estar en nuestra mesa al final del día.
Te mostramos algunas recomendaciones que pueden ser útiles para reconsiderar esos pequeños antojos antes de dormir o aquellos en medio de un insomnio incurable.
Cada cosa en su momento
Es bien sabido que no es recomendable comer justo antes de acostarse, por varias razones. Si comemos mucho, sentimos el estómago pesado y nos cuesta conciliar el sueño. Afecta nuestro cansancio al día siguiente, ya que el cuerpo ha trabajado toda la noche. Además, el cuerpo necesita bajar la temperatura para descansar y el trabajo digestivo la aumenta. Por eso el ideal es comer al menos 2 horas antes de acostarse.
La hormona del sueño
Pero, ¿qué comidas nos podrían ayudar a quedarnos dormidos? La nutricionista Allison Stowell entrega diferentes recomendaciones sobre qué nos conviene para un sueño reparador.
La melatonina es la "hormona del sueño", que ayuda a mantener el ciclo de sueño-vigilia del cuerpo 24 horas. Los niveles de esta hormona aumentan naturalmente durante la noche, lo que ayuda a promover el sueño y se suprimen durante el día, lo que nos permite estar alertas y despiertos. ¿Cómo estimularla? Un elemento fundamental, según Allison, es el triptófano, un aminoácido que hace liberar seratonina, la precursora de la melatonina.
¿Qué alimentos tienen triptófano y conviene comer en la noche? Algunas carnes blancas (pavo, pescado, pollo), frutos secos (maní, nueces), frutas (palta, plátano, piña), cereales integrales, huevos, soja, leche y chocolate.
Obviamente, también nos ayuda a prepararnos para el sueño comer alimentos que tengan melatonina en sí, aunque son pocos: tomates, cerezas, uvas, manzanas, jengibre o nueces. Entonces, cuando comas en la noche, centra tu comida dentro de estas posibilidades.
También los carbohidratos -en una porción moderada- desencadenan una respuesta en la secreción de insulina que mejora la biodisponibilidad de triptófano en el sistema nervioso central. Por su parte, el calcio tiene también un papel estimulante en la producción de melatonina.
Los relajantes musculares naturales
Es desagradable estar cansado y tenso a la vez, porque además de relajar nuestra mente, es bueno que el cuerpo esté dispuesto para dormir. En eso nos ayuda bastante el magnesio y el potasio, relajantes naturales. ¿Qué alimentos los contienen? Los podemos encontrar concentrados en plátanos, papas al horno, almendras, pistachos, calamares, arroz integral, chocolate, entre otros.
Eso sí, Allison destaca que "el magnesio es un relajante muscular natural, así que sólo va a ayudar a soltar y relajar los músculos para dormir. Pero es el triptófano el que va a intervenir metabólicamente en el cuerpo con seratonina y melatonina, que son las que ayudan al sueño".
Esas tentaciones nocturnas...
Por último, la nutricionista recomienda que si vamos a sucumbir a la tentación de los antojos nocturnos, procurar que no sean muy calóricos. Por esto, es preferible comer algo liviano como palitos de zanahoria, cabritas naturales y snacks con poca azúcar.