Como abrocharse la bota correctamente para evitar molestias
Es uno de los procesos que mucha gente pasa por alto y que puede realizarse bien con unos pequeños consejos
A menudo vemos gente que se coloca las botas por la mañana y las abrocha, gancho por gancho, en su máximo ajuste y emprende su viaje a las pistas sin saber que antes de llegar a pisar la nieve ya habrá hecho su primera parada para desabrocharlos por falta de circulación en los pies.
Este, sin duda, es uno de los procesos que mucha gente pasa por alto y que recomendamos seguir estos pequeños consejos para disfrutar de una jornada de esquí sin sufrir molestias en los pies. Lo ideal seria que antes de colocarte las botas tengas la posibilidad de calentarlas, bien sea porque tengas el material guardado en un sitio que dispongan de seca botas, que tengas las botas en casa a temperatura ambiente o, si eres de los que no te faltan accesorios, que tengas una mochila calefactable para mantener las botas calientes y secas. Esto te facilitará que puedas colocártelas fácilmente y se adapten mejor a tu pie desde el inicio.
Comprueba que tengas los calcetines bien estirados y sin pliegues, uno de ellos podría convertirse en tu enemigo número uno. Una vez coloques los pies dentro coloca la lengüeta de la bota bien centrada y que no te moleste en ningún punto.
Ya has hecho lo más importante, ahora es solo cuestión que abroches, antes que nada, los gachos de la espinilla sin ajustarlos de más; se trata de un primer ajuste para que tu pie y la bota se vayan adaptando uno al otro. Una vez hayas ajustado esos ganchos, fija el velcro superior y ponte de pie para hacer un par de flexiones de la bota para que el pie se termine de colocar en su sitio. Y ya por último abrocha los ganchos del empeine teniendo en cuenta que, en este momento inicial, solo debes hacerlo para que los mismos no vayan sueltos y corras el riesgo de enganchártelos al andar.
En este momento solo buscamos que el pie consiga adaptarse lo mejor posible a la bota y el ajuste final deberá ser progresivo, una vez esté en pistas y vayas a comenzar a esquiar. Pero siempre que tengas la necesidad de una mayor sujeción y haciéndolo poco a poco hasta encontrar el ajuste ideal. Es fundamental no excederte en el ajuste de la bota en ningún momento, eso te haría perder sensibilidad y circulación en los pies y volver a recuperarlos puede no llegar a ser una tarea fácil.