Cómo acondicionar tu despacho para el teletrabajo
Buscar un espacio ideal, orientar adecuadamente el mobiliario o encontrar el equilibrio entre cuerpo y mente son algunas de las claves para desarrollar bien el teletrabajo
La productividad y, por tanto, el ritmo y la calidad de nuestro trabajo, está completamente influenciada por el espacio físico donde desarrollamos nuestras tareas. Si este espacio es tu casa, entonces necesitas acondicionarla para poder llevar a cabo tu actividad laboral sin que esta se vea resentida.
Al pasar más horas en casa deberás tener en cuenta que esta sufre un mayor desgaste que si pasaras todo tu día en la oficina. Es probable que aproveches entre tarea y tarea para poner lavadoras o cocinar, por lo que aumentan las probabilidades de tener un accidente doméstico o de que se estropeen electrodomésticos (imagina un verano sin poder usar el aire acondicionado, por ejemplo). Precisamente por ello, es tan importante condicionar tu despacho para el teletrabajo como contratar un seguro de hogar con todas las coberturas.
Cómo acondicionar adecuadamente un despacho
Para muchas personas, el teletrabajo forma parte de su día a día. No obstante, para trabajar en perfectas condiciones en casa hace falta mucho más que una mesa, una silla y una buena conexión a internet. Por el contrario, necesitamos acondicionar adecuadamente el espacio físico donde desarrollamos nuestro trabajo para contar con las mejores condiciones físicas y emocionales, que nos permitan desarrollar al máximo nuestra productividad. Para ello, a continuación, ofrecemos algunos consejos para adaptar un despacho al teletrabajo.
Busca el espacio ideal
Para trabajar adecuadamente debes evitar realizar tus tareas sentado en la cama o en la mesa del comedor. Además, utilizar el dormitorio para trabajar puede traer graves consecuencias a posteriori, puesto que el estrés laboral también formará parte de tus horas de sueño. Con todo, si no puedes destinar un cuarto entero a tu área de trabajo, siempre puedes buscar una zona que esté libre y delimitarla con un biombo, una alfombra o cualquier mueble.
Orienta el mobiliario
Con respecto a la orientación del mobiliario, lo mejor es que esté orientado a la puerta de ingreso a la habitación. No obstante, si no es posible colocar el mobiliario en esta dirección, es aconsejable instalar un espejo a través del que podamos ver la puerta de entrada. Esta posición es la que se conoce como “dirección de poder” y nos ayudará a centrarnos en el trabajo y a reducir la sensación de pérdida de control y vulnerabilidad que, en ocasiones, genera el hecho de no poder ver directamente la puerta de ingreso a la estancia.
Atiende a la ergonomía
Trabajar en una mala postura o con alguna incomodidad puede dañar tu salud considerablemente. Por ello, es fundamental que prestes atención a la ergonomía de tu despacho. En este sentido, hay una serie de cuestiones a las que deberemos atender. Así, en el caso del escritorio, este deberá contar con un ancho mínimo de 70 centímetros que permita movilizar las piernas sin inconvenientes. En el caso de la silla, esta debe disponer de asiento, un respaldo adecuado y un reposabrazos.
Contempla la aromaterapia
No hay nada más efectivo contra el estrés que utilizar esencias en la zona de trabajo, ya que aportan sensaciones agradables a la estancia y brindan muchas propiedades terapéuticas. En cualquier caso, siempre podemos escoger el aroma en función de nuestras necesidades. De este modo, si por ejemplo buscamos concentrarnos, podemos optar por esencias con tonos cítricos, romero, salvia o menta piperita.
Busca el equilibro entre cuerpo y mente
Para encontrar el equilibrio entre cuerpo y mente, es fundamental controlar la respiración, realizando respiraciones profundas y liberando nuestra mente de todo aquello que nos preocupa. En este sentido, empezar el día meditando o realizar pequeñas pausas durante el desarrollo del trabajo, puede ayudarnos considerablemente a encontrar el equilibro entre el cuerpo y la mente