¿Cómo distinguir las setas tóxicas de las comestibles?

En tiempo de setas, son muchas las personas que acuden al campo o a las afueras a recolectar algunas de ellas para, posteriormente, cocinarlas y degustarlas. Sin embargo, si no sabes de micología, debes tener cuidado y tomar las precauciones adecuadas, puesto que el resultado podría ser desastroso.

Poder distinguir las setas tóxicas de las comestibles no siempre es fácil, sobre todo si no somos expertos en el tema. Solo una parte muy pequeña de las que encontramos en el campo, son comestibles. El resto, pueden ser tóxicas, aunque la mayoría no son buenas, es decir, están duras o no tienen buen sabor.

La probabilidad de morir por ingesta de setas tóxicas ronda el 1%. Sin embargo, en España se producen cada año 30 muertes y 300 intoxicaciones a causa de este motivo. Es por ello que te ofrecemos algunas recomendaciones a la hora de recogerlas:

1. Debes ser prudente. Si no estas seguro de los ejemplares encontrados, mejor ni los toques.
2. Las fotos de las guías no resultan del todo fiables. Una misma seta puede cambiar de color dependiendo de la zona.
3. La única alternativa fiable es guiarte por un experto. Algunas comunidades y sus ayuntamientos tienen servicios gratuitos para comprobar si las setas son comestibles.
4. Si decides recolectar, que sea en una zona y ejemplares bastantes conocidos
5. Amanita phalloides es la que causa la mayoría de los envenenamientos mortales. Es importante que la reconozcas. Es de color blanco verdoso. Tiene un olor agradable y un sombrero extendido. El principal consejo es evitar coger setas blancas de láminas blancas.

Mitos o falsas creencias:

1. Es un error creer que si están mordidas por animales o con gusanos son comestibles. Estas pueden ser tóxicas solo para las personas.
2. Es falso que, si hervimos la seta en un utensilio de plata y este no se pone negro, es comestible.
3. También es falso que si cocemos una seta con ajos y se oscurece es tóxica o que si se pone en vinagre y está bien cocinada deja de ser venenosa.
4. También es un error que las setas que crecen en la madera sean siempre comestibles o que si al cortarlas, cambian de color, son tóxicas. Los níscalos son comestibles y cambian de color. Sin embargo, la Amanita phalloides no lo hace.