Cómo interpretar la factura de gas, según la OCU
Los recibos están llenos de conceptos y conocerlos bien es importante para saber lo que se está pagando exactamente
¿Sabes interpretar tu factura del gas y si estás en mercado libre o regulado? La gran cuestión es que, aunque estas informaciones estén reguladas en la normativa, no hay un acuerdo cómo mostrarlas. Así, los recibos pueden venir distintos dependiendo de cuál es la empresa comercializadora del servicio.
Para evitar confusiones y ayudarte a comprender mejor la factura, la Organización de Consumidores Unidos (OCU) tiene una guía completa que puede dejar esta tarea un poco más fácil.
¿Es mercado libre o regulado?
Para saber esta información, hay que fijarse en el nombre de la comercializadora en el recibo. Existen cuatro empresas que ofrecen la TUR del gas: Comercializadora Regulada Gas&Power, Curenergía, Baser y Energía XXI. Si la tuya es una de ellas, estás en el mercado regulado.
Es decir, las cuatro ofrecen exactamente la misma tarifa (la regulada TUR que pasa por revisión a cada tres meses de acuerdo con las directrices del Ministerio y se publica en el BOE). Ellas pertenecen a grandes grupos como Iberdrola y Naturgy, pero solo tendrás la tarifa regulada TUR si se identifican con uno de esos cuatro nombres.
Ahora, si tienes contrato con una comercializadora en el mercado libre, las condiciones están de acuerdos con las firmadas en el contrato. Por tanto, los precios serán revisados con la periodicidad combinada.
Cada vez son más las comercializadoras cuyos contratos prevén la posibilidad de cambiar condiciones en cualquier momento con el preaviso legal de un mes. Por eso, es fundamental estar atento a todas las comunicaciones (sea por carta, email o la propia factura) para eventuales mudanzas.
¿Qué elementos encontrarás en tu factura de gas?
La normativa vigente también establece cuál debe ser el contenido mínimo incluido en la factura de gas. Por tanto, hay varios elementos e informaciones obligatorias que, con ligeras variantes, se pueden encontrar en los recibos.
1. Identificación del titular y dirección
La primera es la identificación del titular y la dirección del suministro. Estos datos suelen estar justo al principio de la factura. Luego viene el periodo de la facturación (habitualmente de dos meses). Esta periodicidad está relacionada con la lectura del contador de gas, pero nada impide que una comercializadora del mercado libre tenga una factura mensual. Así, si percibes una bajada o incremento en el recibo en algún momento, fíjate en el periodo de facturación.
El tercer elemento es el número de factura. Esta información será útil en caso de que necesites plantear una reclamación por una factura en concreto. Después viene la fecha de emisión y de cargo, donde puedes conocer cuándo la compañía te efectuará el cargo en el banco.
La identificación del punto de suministro o CUPS es el quinto punto importante y funciona como un 'DNI' de la instalación de gas. Se trata de un largo número que comienza por 'ES' y cuyas cuatro primeras cifras sirven para saber cuál es la distribuidora, aunque que una misma empresa puede tener códigos CUPS diferentes respecto a la ubicación de la vivienda.
En relación a este elemento, hay otras informaciones acompañantes y que merecen la atención como la empresa distribuidora (la responsable por toda la infraestructura que lleva el gas a la vivienda), peaje de acceso a la red ATR (lo asigna la distribuidora en el mes de octubre en función del consumo del año anterior y si van a cambiar de grupo, la comercializadora debe avisar) y presión del suministro (influye en el volumen de energía facturado y el factor de conversión utilizado). Todavía, la duración del contrato también puede aparecer en este apartado, pero su indicación no es obligatoria. Si aparece, no indica que te vas a quedar sin suministro al llegar a esa fecha, sino que en ese momento se renovará el contrato y es posible que actualicen los precios.
2. El consumo histórico
El consumo histórico tiene la función de informar (en general, a través de un gráfico) sobre el consumo que la vivienda ha hecho durante los últimos años para permitir el acompañamiento de la evolución. Luego viene los detalles del consumo, la parte de la factura que informa sobre lo que has gastado en el periodo. Hay también la posibilidad de lectura (estimada) del contador actual y anterior, que enseña la diferencia entre ambas cifras.
Además, los contadores de gas miden el volumen en metros cúbicos consumidos, pero esto depende de varios factores como la calidad del gas que llega a la vivienda, de dónde esté ubicada y de la presión a la que se suministra. Así, cada factura viene con un factor de conversión diferente. Algunas comercializadoras, en lugar de este componente, muestran el Poder Calorífico Superior y el factor de corrección. Multiplicando ambos, se obtiene el factor de conversión.
Siguiendo en el orden de los elementos, tenemos el llamado término fijo, un importe fijo establecido por cada día facturado en ese periodo, que depende de la tarifa de acceso contratada (y será mayor cuanto más alto sea su valor). En algunos casos, esto se muestra con un precio diario multiplicado por el número de días transcurridos, mientras en otros ese valor está multiplicado por el número de meses (y fracción) facturado.
3. La energía facturada
Llegamos al elemento de la energía facturada, el precio que te van a cobrar por cada kWh, que es el concepto clave en una factura. Para calcular el importe por la energía consumida, se factura el consumo medido en kWh, una vez aplicado el factor de conversión, multiplicado por el precio de cada kWh. Es fundamental fijarse en el valor del kWh aplicado y, caso haya algún cambio de tarifas en el periodo, debe detallar el cálculo realizado.
Hay también el impuesto de hidrocarburos, que se aplica sobre cada uno de los kWh consumidos en el periodo con un coste de 0,00234 euros/kWh. Además, hay el alquiler del contador que está regulado por 0,58 euros al mes.
Otros elementos importantes
El IVA se aplica sobre toda la factura. En general, el tipo aplicable es del 21% aunque de una forma excepcional, en la parte relativa a la entrega del gas, se emplea el tipo reducido del 5% aquellos suministros con derecho a la TUR (aún que estén en condición del mercado libre).
Junto a todos estos elementos del suministro de gas, es habitual que las comercializadoras ofrezcan otros servicios adicionales como el mantenimiento de la caldera o un seguro de pago para casos de desempleo. Por eso, es importante estar atento a ellos porque pueden imponer un coste adicional en la factura.
Por fin, al final de la factura, es posible encontrar teléfonos y datos de contacto, tanto de la distribuidora como el número de atención al cliente de la comercializadora para informaciones relativas y reclamaciones.