Cómo sacar el máximo partido a tu lavavajillas
Existen varios consejos para sacar lo mejor de este electrodoméstico y cuidarlo para su mantenimiento
No siempre la solución está en comprar un lavavajillas nuevo en caso de que los platos no salen limpios. Puede que sea por no usar un buen detergente, el programa sea inadecuado, o un mal mantenimiento del electrodoméstico. Existen unos métodos que hará que mejore el resultado del lavavajillas.
No enjuagar la vajilla antes de meterla en el lavavajillas. Eliminar los restos de comida con un cubierto o una espátula. Ser cuidadoso a la hora de colocar la vajilla en el interior del electrodoméstico.
Los platos y las tapas se debe colocar lo más vertical posible y bien separados unos de otros. Intentar que no se toquen entre sí para que no se acumulen restos y agua en el interior tras el lavado.
Los vasos y las cazuelas ponerlas mejor boca abajo. Los utensilios de plástico como los táper mejor colocarlos en la bandeja superior que está más alejada de la resistencia y, por lo tanto, correrá menos riesgo de deformarse.
La vajilla más sucia deberá ir abajo, ya que el chorro del agua que le llegará será más potente. El lavavajillas tiene una aspas que giran y por donde sale el chorro de agua. Se debe comprobar antes de ponerlo en marcha para que las aspas giren sin que tope con nada. Llenar por completo el lavavajillas para ahorrar agua y energía.
Detergentes
Usar siempre la dosis correcta de detergente. La opción recomendada por el fabricante suele ser la mejor opción. Una cantidad insuficiente no conseguirá eliminar por completo la suciedad de la vajilla, mientras que una cantidad excesiva no aumenta la eficacia de lavado y será un gasto inútil de producto y un aporte de sustancias químicas innecesarias al medio ambiente.
Para que la vajilla brille, será mejor añadir abrillantador aunque el detergente que se haya usado sea un 'Todo en 1'. Normalmente vienen con una cantidad insuficiente para ofrecer dichos resultados.
Saber mimar el lavavajillas
Sacar y limpiar el filtro una vez por semana y limpiar regularmente el dosificador de detergente. Repetir siempre que la vajilla esté muy sucia. La acumulación de suciedad genera problemas de lavado y gasto superfluo de energía.
Un par de veces al año, también, es conveniente sacar las aspas para limpiar las ranuras. No es nada complicado, ya que solo hay que desenroscar o tirar de ellas con facilidad. Cada lavavajillas tiene su método.
Dependiendo de la localidad, puede ser que el agua tenga más o menos cal. Dependiendo de ello se añade sal para lavavajillas en un depósito que se encuentra cerca del filtro, generalmente cuando se encienda el testigo o con cierta regularidad. Desenroscar la tapa, (puede que tenga agua en su interior) y vertir la sal hasta que quede bien colmado.