¿Cómo ser un buen líder? Diez claves y algunas más
Es necesaria una visión simple, audaz e inspiradora que una a las personas de toda la organización en torno a un objetivo común
Esta semana he tenido una clase sobre liderazgo clínico en la EASP para enfermeras de práctica avanzada. Y al mismo tiempo he dado una conferencia en el congreso de hostelería hospitalaria sobre liderazgo humano, afectivo y con h-alma. El papel del líder y del jefe ha rondado en mis deliberaciones. Al mismo tiempo hablé con Miguel Guerrero a partir del artículo de la semana pasada, cuñado comentaba en una ponencia que compartimos los liderazgos que necesitamos y que apuntaba de nuevo que deben ser más cercanos a los artesanos que a los pontífices.
En mis intervenciones he destacado estos diez aspectos clave para ser un buen líder.
1. Comunicación: la principal labor de un líder es la comunicación, ser capaz de sintonizar con las personas que forman parte de su equipo y conseguir que la información fluya en todos los sentidos (ascendente, descendente y horizontal).
2. Empatía: para poder liderar a alguien hay que conocerlo, ponerse en su lugar y ser consciente de la influencia que podemos ejercer sobre esa persona. Por lo tanto, conocer a nuestros compañeros y comprender sus emociones es clave en el liderazgo. La inteligencia emocional juega un papel relevante.
3. Honestidad e integridad: el liderazgo se debe basar en el beneficio de todas las partes, debe ser justo, honesto y transparente. Cuando detectamos honestidad ofrecemos lo mejor de nosotros mismos. Para ello, es necesario tener coherencia y pensar antes de decir y de hacer.
4. Confianza y apuesta por los demás: el líder no puede hacerlo todo, por lo tanto, debe delegar en el resto de las personas, apostar por sus capacidades y entregar responsabilidades y méritos acordes a los esfuerzos realizados (justicia). La confianza es fundamental y para ello es necesario generar confianza en el proyecto, en el equipo y en quien lidera la organización o el proyecto.
5. Positividad: una de las bases de la motivación es el reforzamiento positivo. La psicología positiva ha demostrado sus resultados en múltiples campos y en este caso resulta primordial para mantener la motivación del grupo.
6. Inspiración: uno de los principales roles del grupo es servir como fuente de inspiración, como modelo. Un líder debe ser un ejemplo para los demás, debe mostrar las líneas a seguir y cumplir todo aquello que vaya a exigir a su grupo de trabajo. El ejemplo es el mejor modelo de liderazgo.
7. Practicidad y eficiencia: en la gestión de un grupo debemos buscar la eficacia en todos los sentidos (económicos, temporales, mentales, etc.). Un líder debe ser un gestor de recursos y como tal, optimizarlos al máximo. La sensación de pérdida de tiempo es una de las variables que influyen directamente en la desmotivación.
8. Fomentar el crecimiento: un buen líder siempre debe buscar personas mejores que él, debe fomentar el crecimiento de su equipo y es consciente de que, el mejor equipo posible es aquel donde él es el peor de todos. Apoyar a su equipo de trabajo es una herramienta que ofrece grandes niveles de motivación.
9. Guiar: un líder nunca utilizará el poder o la jerarquía para imponer sus decisiones, sino que guiará, mediante el conocimiento y la experiencia a las personas de su equipo. Una orden actúa sólo de forma efectiva mientras se mantiene el poder o la presión, cuando somos capaces de guiar o convencer a una persona, esa convicción se mantiene sin necesidad de fuerza alguna.
10. Innovación: el mejor líder debe actualizarse, hoy, más que nunca, los cambios son vertiginosos y, aquel que no sea capaz de actualizarse no podrá mantener su liderazgo en el tiempo.
Y todo ello creando un planteamiento estratégico, una visión unificadora para una organización.
Es necesaria una visión simple, audaz e inspiradora que puede parecer casi mágica: es la visión que une a las personas de toda la organización en torno a un objetivo común y proporciona un punto focal para desarrollar estrategias para lograr un futuro mejor.
Elaborar una visión requiere cierto elemento de ver el futuro.
Es posible que las organizaciones no estén preparadas para el desarrollo de una visión de abajo hacia arriba, o ni siquiera simpaticen con esta visión estratégica. Pero la incesante necesidad de innovación continua en el clima actual puede brindar la oportunidad de promover nuevas ideas a partir de las propias experiencias que puedan demostrar el potencial de un crecimiento más amplio e incluso de reinvención en su organización.
Entonces, ¿cómo puede posicionarse una persona para este tipo de momentos de construcción de visión y fortalecer el "músculo de la visión" en su conjunto de herramientas de liderazgo?
Primero, no confundir "visión" (una imagen de aspiraciones de éxito futuro) con "misión" (por qué existe una organización), "valores" (los principios y creencias morales mediante los cuales la organización elige operar) o estrategia (las decisiones sobre dónde y cómo competir que dan vida a una visión). Las organizaciones renuevan sus visiones con más frecuencia que su misión, como una forma de motivarse a nuevos niveles de desempeño.
Estar atento a los diferentes tipos de oportunidades para contribuir. Contribuir al trabajo de visión que están realizando otros líderes. Traducir una visión organizacional ya acordada a la unidad que está liderando, o enfoque el trabajo de su equipo en una visión más cercana. Catalizar el cambio innovador para la organización en función de alguna innovación de primera línea en la que esté involucrado. Encontrar oportunidades fuera de la organización. Podemos aprender de muchas oportunidades diferentes, incluso de las de menor escala.
Si encontramos una oportunidad para desarrollar una visión, no tomar las decisiones solo Simó de forma participativa y democrática ayuda a tener unos valores más compartidos y un proyecto común. Nos podremos beneficiar de que participar y contribuir a una visión corporativa importante, comparta el proceso con otras personas que trabajen en la construcción de su propia visión. También agudizará las habilidades de colaboración.
Aprender observando o estudiando otras construcciones de visión. Podemos aprender mucho si observamos activamente cómo lo hacen los demás. Hablar con otros líderes sobre las visiones que han desarrollado y entender cómo y por qué esas visiones surgieron de la forma en que lo hicieron. Estudiar las visiones de otras organizaciones o aprender de los socios o clientes sobre las visiones que tienen de sus organizaciones. A medida que uno/a vea y comprenda las visiones organizativas de otras organizaciones, divisiones o equipos, comprenderá mejor lo que hace que una organización tenga éxito.
Debido a que el desarrollo de la visión de una organización prepara el escenario para la estrategia y un mayor desempeño, siempre se verá como una capacidad esencial para los principales líderes. Como cualquier capacidad de liderazgo, la visión requiere práctica, y no hay mejor manera de obtener esa práctica, en cualquier nivel, que construyendo su oficio a través de oportunidades. Aprender haciendo es un regalo para cualquier persona en el organigrama que tenga el coraje de soñar y hablar.