La comunidad rumana de Granada cuenta cómo la vida los trajo a la ciudad y cómo se enamoraron de ella
GranadaDigital continúa con el serial de reportajes con historias de personas extranjeras que han hecho de la ciudad de la Alhambra su casa
Con el objetivo de conocer más historias de extranjeros que se han radicado en Granada, este periódico continúa con el serial de reportajes en el que, cada semana, cuentan su historia personas de distintas nacionalidades que en un momento de su vida decidieron venir a esta ciudad para convertirla en su hogar.
En el primero de ellos fueron dos marroquíes residentes en Granada, y en esta oportunidad GranadaDigital se adentra en la segunda comunidad más grande de extranjeros en la provincia, correspondiente a Rumanía. Según el censo anual de población 2021-2023 del Instituto Nacional de Estadística, la provincia de Granada registra un total de 8.267 personas con nacionalidad rumana, y para conocer a algunos de ellos, GranadaDigital ha conversado con dos personas que, por distintas circunstancias de la vida, hoy en día ya pueden considerarse verdaderos granadinos.
"Me he enamorado y no me he ido más"
Adina Alexandrescu vino a Granada en 2015 para ver a una amiga durante sus vacaciones. En principio, era un viaje de solo unos días, pero lo cierto es que esa visita cambió su vida para siempre. "En los primeros días de vacaciones, un español me añadió en Facebook", cuenta. Ese sería el inicio de una linda historia de amor, que la vincularía para siempre a esta ciudad.
"Tras unas cuantas conversaciones, y de cine a cine, de sangría a flamenco, él me pidió que me quedara en España. Nos casamos y fruto de nuestro amor nació mi hija Isabella, que ahora tiene 8 años", narra Adina. Para ella, haber comenzado una nueva vida en España fue la mejor decisión que pudo haber tomado: "A mí Granada me encanta, es espectacular, es la ciudad del amor para mí. Las construcciones, la gente, que siempre tiene una palabra buena para decirte, eso ha sido una cosa espectacular que no se ve en ningún otro lugar del mundo".
El primer desafío al iniciar su vida en esta ciudad fue aprender el idioma. Curiosamente, ya traía una base, aprendida a través de series de televisión: "Yo sabía español de las telenovelas de moda en Rumanía, todo el mundo veía telenovelas españoles o mexicanas y así aprendí un poco de Español. Pero mi marido fue el que me enseñó cada palabra".
Ya habiendo aprendido el idioma, Adina estudió Ciencias Sociales y Jurídicas, pero actualmente se dedica al mundo de la literatura. "Yo soy traductora, traduzco libro de escritores rumanos y los ayudo a publicar aquí. Porque muchos no saben y yo voy traduciéndoles y voy ayudándoles con eso". Además, escribió su propio libro llamado "En busca del amor", en el que relata su historia de vida como una rumana en Granada.
A través de su libro, Adina asegura que ha sido un aporte para divulgar sobre su país y derribar algunos estigmas: "Rumanía la conocían todos por la gente mala, por los robos y yo he empezado a enseñar sobre la cultura. Creo yo que he cambiado un poco la imagen, contando las cosas buenas que hay".
Para ella, Granada es su hogar, el lugar donde formó una familia y donde se desenvuelve feliz en lo que le gusta. Es la ciudad donde quiere permanecer el resto de su vida: "la gente, el ambiente, es un encanto. No me voy más de Granada, aquí me muero", asegura.
"Mis dos hijos han nacido aquí"
Liviu Nechifor tiene 45 años y desde los 23 que vive en Granada. Llegó el año 2002, buscando nuevos horizontes para su vida, pues en Rumanía la situación estaba complicada. "Por como estaba la vida, me he decidido venir a Granada. Tenía aquí a mi cuñada y me he venido aquí", narra.
Según cuenta, fue bastante duro comenzar una vida nueva en un país distinto y sin saber nada español: "Era difícil por el idioma. No sabía, no entendía nada, no sabía hablar español. Han sido siete u ocho meses muy difícil. Ya luego he podido hablar y buscar trabajo". Poco a poco, fue buscándose oportunidades laborales en obras, aceitunas, hostelería, entre otras. Actualmente, trabaja como portero en una discoteca de la ciudad.
En todos estos años en Granada, Liviu conoció a su mujer, quien también es rumana, y con quien armó una familia. "Me acostumbré aquí, he hecho la vida aquí. Tengo mi familia, mi hijo y mi hija han nacido aquí, y el futuro lo tengo aquí", asegura. De todas maneras, dice que siempre se mantiene muy ligado a sus raíces: "Siempre echo de menos a mi país, por eso cada uno o dos años voy a visitar mi tierra".
De toda su larga experiencia como rumano viviendo en esta ciudad, este hombre asegura que lo que más valora es la calidad humana de los granadinos. En su opinión, "la gente es muy amable. Todo el mundo si puede te ayuda con algo, está bien. A mí la gente de Granada me encanta. Estoy muy a gusto aquí".