Con la promoción de ascenso en la memoria

Orellana
Manuel Herrera @manuelherrerapr
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Era junio, pero un frío helador recorría la grada de Los Cármenes. Tras un partido rocambolesco, el Celta y el Granada estaban dirimiendo el pase a la final por el ascenso a Primera en la tanda de penaltis. Los rojiblancos se habían impuesto en el choque por un gol a cero, un tanto anotado por Orellana, ahora en el conjunto celeste, y habían igualado el marcador cosechado en contra en Balaídos, pero, en aquel instante, su vida deportiva pendía de un hilo.

Michu caminaba hacia el balón, dispuesto a poner fin al drama con la clasificación de su equipo para la final contra el Elche. Quizá, el ovetense iba repasando las ocasiones marradas en la ida y en la vuelta; también los postes en la prórroga. Sin embargo, es también bastante probable que, unos metros más atrás, Dani Benítez estuviese dándole vueltas a la cabeza por su remate al palo y sus dos penaltis errados. Los lamentos estaban justificados en ambos bandos.

Por fin, el delantero, entonces del Celta, llegó a su destino, colocó el balón, engañó al portero y... mandó la pelota por encima del larguero. La estrella del conjunto gallego cubrió su rostro con la camiseta celeste, consciente de que la agonía continuaba tras el fallo y de que, si no acababa bien, la cicatriz de la herida sería profunda. Roberto pasó de cazado a cazador y puso por delante a los rojiblancos. Si fallaba Catalá, el billete tenía nombre andaluz. Y falló.

El Granada CF se clasificó para la ronda final ante el Elche ante el estupor y el consiguiente disgusto del Celta, incrédulo ante la secuencia de acontecimientos que acababa de vivir. Dos semanas después, Ighalo certificó el ascenso a Primera de los rojiblancos, mientras que los vigueses tuvieron que esperar al año siguiente para alcanzar la máxima categoría. Aunque probablemente aquel día ni lo imaginara, Michu llegó a ser internacional con la Selección Española.

SERIE POSITIVA PARA EL GRANADA

El Celta nunca ha ganado en Los Cármenes en Primera División. Los vigueses han visitado el recinto nazarí en doce ocasiones en la máxima categoría y tan solo han sido capaces de arrancar dos empates. El resto han sido diez victorias rojiblancas: la última en la pasada campaña, cuando los tantos de Siqueira y de Torje hicieron inútil el gol posterior de Iago Aspas. Ninguno de los tres estará en el choque de este año.

El conjunto vigués solo ha logrado una victoria en partido oficial en Granada. Fue en la campaña 84-85, en Segunda División, en un encuentro en el que el Celta se impuso por un contundente 1-4. El cuadro celeste ascendió aquel año a la máxima categoría, mientras que los rojiblancos cayeron al pozo de la Segunda B.