Concluyen los sondeos para localizar posibles fosas en el paraje donde podría estar enterrado Lorca
Los trabajos que un equipo de arqueólogos ha desarrollado en el Peñón del Colorado, en Alfacar (Granada), para localizar posibles fosas de la Guerra Civil, en el paraje donde podría estar enterrado Federico García Lorca, han concluido este jueves después del estudio del terreno, que ha permitido a los especialistas observar "anomalías" que tendrán que ser analizadas durante las próximas semanas.
Según Navarro, "se ha hecho un buen trabajo" estudiando la estratigrafía del terreno, que permitirá elaborar un informe previo con los resultados que será trasladado a la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, que impulsa el proyecto, en un plazo de una o dos semanas.
El investigador Miguel Caballero, que ubica la fosa de García Lorca en el lugar, se ha mostrado "optimista" con las labores desarrolladas, en las que los arqueólogos han contado con su asesoramiento y el testimonio de Fernando Nestares, hijo del capitán José María Nestares --jefe del sector de Víznar en 1936--, que se ha desplazado también al lugar.
El equipo ha trabajado desde el pasado sábado hasta este jueves en un enclave ubicado frente al cortijo de Los Llanos de Corvera, conocido también como cortijo 'Gazpacho' o 'Pepino', a unos 500 metros del Barranco de Víznar, y a unos 800 metros del parque Federico García Lorca, donde la Junta de Andalucía ya lideró en 2009 otro proyecto para la búsqueda de fosas que acabó sin el hallazgo de evidencias de enterramiento alguno o esquirla de hueso.
Justo en el paraje, donde los arqueólogos han llegado a abrir una zanja de unos dos metros y medio de profundidad, ya tapada, se intentó construir un campo de fútbol, que fue sin embargo paralizado cuando la hermana del poeta, Isabel García Lorca, pidió por carta al entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que impidiera que las obras continuaran porque eran, según dijo entonces, "una verdadera afrenta".
Por ello, se podría dar la circunstancia de que aquellos trabajos dañaran las posibles fosas y arrastraran la parte superior de los pozos, donde podrían haber yacido los restos de las víctimas de las tropas franquistas.