Condenado a dos años de cárcel por abusar sexualmente de una joven durante una fiesta
Los hechos se remontan al 24 de junio de 2009, cuando el acusado se encontraba junto con unos amigos en una fiesta que se estaba celebrando en un cortijo
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a dos años de prisión a un acusado de abusar sexualmente de una joven de 21 años durante la celebración de una fiesta en un cortijo de un pueblo de Granada, ocasionándole un trastorno de estrés postraumático con predominio de sintomatología ansioso-depresiva por el que tiene que ser tratada.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se produce después de que Fiscalía, acusación particular y defensa alcanzaran un acuerdo de conformidad el 9 de septiembre, para imponer esa pena al procesado, Alejandro I.R., contemplando la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas, pues los hechos tuvieron lugar en 2009, y solicitando el pago para la víctima de una indemnización de 5.000 euros, como así han aceptado los magistrados.
Los hechos se remontan al 24 de junio de 2009, cuando el acusado se encontraba junto con unos amigos en una fiesta que se estaba celebrando en un cortijo con piscina en una localidad de Granada, donde se encontraba una joven de 21 años de edad.
En el transcurso de una conversación con ella y con "ánimo libidinoso", el inculpado comenzó a realizarle tocamientos en el pecho recriminándole la chica tal actitud. Sin embargo, él "con igual ánimo" volvió a tocar nuevamente el pecho de la chica por debajo de la camiseta y de la parte superior del bikini que ésta llevaba puesto, a lo que ella le propinó un empujón para reprocharle su acción.
Poco tiempo después, en el transcurso de esta misma noche, el procesado se encontraba desnudo en el interior de la piscina cuando, "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales" se acercó de nuevo a la joven, quien también estaba bañándose la piscina sin la parte inferior del bikini, le agarró fuertemente el pecho con una mano mientras que con la otra consiguió abrirle los muslos introducirle los dedos en la vagina causándole lesiones.
La joven sufre a consecuencia de estos hechos trastorno de estrés postraumático con predominio de sintomatología ansioso-depresiva siendo necesaria su inclusión en un proceso terapéutico que facilite la remisión de los síntomas y una vida normalizada.