Condenado a tres meses de prisión tras incumplir nueve veces el confinamiento en Granada
Un vecino de Atarfe ha sido juzgado por videoconferencia y llevado directamente a la prisión de Albolote
Sus actos han sido reincidentes, incluso en un mismo día. Un vecino del municipio granadino de Atarfe de 43 años ha sido condenado a tres meses de prisión por un delito de desobediencia tras ser sorprendido nueve veces en la vía pública incumpliendo la orden general de confinamiento impuesta durante el estado de alarma para evitar la propagación del coronavirus.
La sentencia se dictó oralmente en una comparecencia realizada por videoconferencia desde el Juzgado con las dependencias de la Guardia Civil donde el acusado estaba detenido y le fue notificada en ese mismo momento, con presencia de la Letrada de la Administración de Justicia, tras lo que salió de allí directo a la prisión de Albolote a cumplir la pena, según han informado a Europa Press fuentes del caso.
Fue el pasado 18 de abril cuando la Policía Local de Albolote localizó al acusado en una parada de autobús donde se excusó diciendo que estaba esperando el bus para regresar a su casa tras haber visitado a su primo en esta localidad. No era la primera vez que el hombre daba esta justificación a los agentes que le habían sorprendido en la calle, pese a que esta circunstancia no está contemplada entre las excepciones por las que se permite permanecer en la vía pública durante el estado de alarma.
Antes de eso, el acusado había sido denunciado administrativamente en otras siete ocasiones entre el 6 de marzo y el 14 de abril tras ser localizado, por ejemplo, paseando a las cinco de la madrugada alegando que iba a comprar tabaco o dando un paseo por el campo porque, según llegó a confesar a los agentes, "no quería estar en su casa".
Llegó incluso a ser pillado en la calle sin justificación dos veces en un mismo día. Ocurrió el 21 de marzo, cuando a las 17,15 horas fue sorprendido en los aparcamientos del supermercado Lidl de Atarfe sin hacer compra alguna y más tarde, a las 22,36 horas, cuando supuestamente iba a comprarse un bocadillo a un establecimiento fuera del horario de atención al público. Así hasta un total de nueve ocasiones en lo que la Fiscalía considera una "clara y abierta oposición" al cumplimiento de la orden general de confinamiento.
En su escrito de calificación, el fiscal Francisco Hernández Guerrero calificó los hechos como un delito de desobediencia y se opuso a la aplicación del beneficio de suspensión de la pena, dados los reiterados antecedentes penales del acusado y la sucesión de denuncias administrativas que en un breve plazo de tiempo se le han impuesto por incumplir el confinamiento. Por lo que consideró procedente el cumplimiento íntegro de la pena, que el acusado aceptó y quedó fijada en tres meses de prisión.