Condenado a casi cuatro años de cárcel por timar 40.000 euros a un amigo en un falso negocio online

El acusado le prometió la devolución del dinero con alto intereses, ya que supuestamente había inventado un sistema de ganar al cien por cien

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La Audiencia de Granada | Foto: Javier Gea
Europa Press
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El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha condenado a tres años y ocho meses de prisión a un hombre por timar más de 40.000 euros a un amigo que le dio ese montante como inversión en un supuesto negocio de apuestas 'online', después de que el acusado le prometiera la devolución del dinero con altos intereses, ya que supuestamente había inventado un sistema de ganar al cien por cien.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el alto tribunal andaluz ha estimado parte del recurso presentado por la acusación particular contra la sentencia de la Audiencia de Granada que le condenó inicialmente a dos años y seis meses de prisión por estafa y ha elevado la pena al tratarse de un delito continuado. Además, le impone una multa de 3.900 euros y deberá devolver los 40.000 euros al amigo que estafó.

En la sentencia se considera probado que el acusado usó su relación de amistad para pedirle a la víctima que le diera dinero para invertir en este negocio de apuestas, ante lo que éste le prestó 6.000 euros en agosto de 2011. A la semana siguiente, el acusado le entregó 600 euros como intereses y le volvió a pedir dinero con la excusa de que así obtendría más rentabilidad.

Con este argumento consiguió que le diera otros 9.000 euros, por los cuales percibió en las sucesivas semanas otros altos intereses; y confiado plenamente en la viabilidad de la operación, poco después le entregó cerca de 30.000 euros.

No obstante, a partir de ese momento el acusado comenzó a no darle los intereses prometidos, diciéndole que las ganancias obtenidas las acumulaba al capital para tener más rendimientos y así llegar a los 300.000 euros, para que "se pudiera comprar la casa que soñaba".

Pasado un tiempo, ante los comentarios de otros amigos y viendo el alto tren de vida que llevaba el acusado, con viajes a Londres, Nueva York y Punta Cana, comenzó a albergar sospechas sobre la operación, ya que no le llegaban beneficios y además se negaba a devolverle el dinero, argumentando que estaba en negociaciones para invertir todo en un parque de atracciones en Punta Cana; lo que resultó ser mentira.

La víctima, que seguía confiando en él porque le quería "como a un hijo", consiguió que le firmara un documento en el que reconocía que a título personal le había prestado 40.000 euros. Sin embargo, cuando se lo reclamó porque estaba pasando por un momento de necesidad económica no se lo devolvió y acabó denunciándole.