Condenan a 6 meses de cárcel a guarda de la finca del Duque de Wellington por agredir a agricultor
La Fiscalía reclamó nueve meses de prisión para el guarda, y multa de 450 euros para el agricultor.
El Juzgado de lo Penal 3 de Granada ha condenado a seis meses de prisión a uno de los guardas de la finca del duque de Wellington, en Íllora (Granada), por agredir el 18 de noviembre de 2012 a un agricultor que había acudido a la parcela, como en otras ocasiones, a recoger setas.
Según han informado a Europa Press fuentes del caso, el guarda, José R.G., al que se le atribuye un delito de lesiones, tendrá que indemnizar con 4.000 euros al agricultor, que también ha sido condenado por una falta de lesiones, puesto que se enzarzaron en una pelea, al pago de una multa de 180 euros.
En este caso estaba también acusado otro de los guardas, que sin embargo ha sido absuelto al no considerar el juez acreditada su participación en la agresión.
Tras la sentencia, tanto la representación legal del guarda condenado como del agricultor que tendrá que abonar la multa también por lesiones han recurrido la resolución ante la Audiencia Provincial, que tendrá que fijar ahora una fecha para debatir sobre el asunto.
La defensa del guarda considera que actuó en legítima defensa contra una persona que había acudido a "robar" a la finca, como en ocasiones anteriores, y que, aquel día de invierno de hace dos años, iba bebido y comenzó a agredirle, mientras que la representación del agricultor sostiene que éste sólo fue víctima de los golpes de los guardas, según las fuentes consultadas.
LA ACUSACIÓN PARTICULAR PEDÍA DOS AÑOS DE PRISIÓN
Por su parte, la acusación particular, que ejercía el agricultor, pidió penas de hasta dos años de cárcel para los dos guardas acusados, mientras que la defensa instó la libre absolución o que se contemple como alternativa que actuaron en legítima defensa.
El agricultor, Juan M.V.A., explicó que aquel 18 de noviembre de 2012 fue, como en otras ocasiones, a recoger setas a la finca, y, sobre las 13,00 horas, uno de los guardas le recriminó su actitud y le quitó el producto recolectado, obligándole a abandonar el lugar.
Pocas horas más tarde, a las 17,00 horas, regresó en compañía de otro agricultor con el objetivo, según aseguró, de pedirle al apoderado permiso para introducirse en la finca. Sin embargo, en el camino el mismo guarda anterior le dijo que se marchase porque si no le iba "a matar y a machacar la cabeza", para a continuación comenzar a darle una "paliza", en el transcurso de la cual sufrió fractura del tabique nasal, de la falange de un dedo y una costilla.
Además, según dijo, no sólo recibió golpes de un guarda, el acusado José R.G., sino que a continuación también se personó en el lugar otro vigilante, que, según el denunciante, le propinó una patada cuando ya se encontraba tirado en el suelo. Según afirmó, él en ningún momento agredió a los guardas: "Yo ni les provoqué, ni les insulté ni les agredí. No reaccioné a los golpes porque además por la sangre estaba un poco mareado", mantuvo.
Sin embargo, los dos guardas coincidieron en que el agricultor, que era habitual en la finca sin contar con autorización, estaba aquel día "muy agresivo", probablemente porque había ingerido alcohol.
De hecho, según indicaron, el hombre se enzarzó contra José R.G. en una riña en la que los dos cayeron al suelo. Pero, según indicó el guarda que ahora ha sido condenado a cárcel, no hubo golpes por su parte. "Yo no le pegué, sólo quería reducirlo de alguna forma. Es posible que se rompiera la nariz en el forcejeo", incidió, negando que su intención fuera darle un "escarmiento".
El otro guarda, que asistió a la sala con muletas, señaló que él no le pegó una patada al agricultor en el costado, puesto que tiene una prótesis de cadera que le dificulta el movimiento. "Fue el peor día de mi vida, aguanté amenazas, improperios, insultos de este hombre, que estaba muy agresivo", apuntó.
En la vista declaró también el yerno de uno de los guardas, que aseguró que no vio ninguna agresión pero sí al agricultor intentando golpear a los vigilantes; uno de los guardias civiles que acudió al lugar, que sostuvo que éste presentaba lesiones más "aparatosas"; y el otro agricultor que lo acompañaba, que corroboró que los vigilantes le propinaron una paliza a su amigo, admitiendo que se habían bebido un litro de cerveza a medias antes de meterse en la finca.