Conducir con sueño es igual de peligroso que hacerlo borracho, afirman investigadores
Según un estudio, ir al volante si se ha dormido cinco horas o menos puede multiplicar por 15 el riesgo de accidente
Conducir sin haber dormido más de cuatro o cinco horas dobla, como mínimo, las probabilidades de sufrir un accidente de tráfico, según las conclusiones de un estudio realizado por investigadores australianos. De hecho, de acuerdo a sus estimaciones, ponerse al volante en dichas circunstancias es igual de peligroso que hacerlo en estado de embriaguez.
Según los últimos datos publicados por la Dirección General de Tráfico, el cansancio y el sueño estuvieron involucrados en 1.525 incidentes en la carretera en 2020, de los cuales 67 fueron mortales. Se trata de un 9% del total de los accidentes fatales producidos en nuestro país durante dicho año.
Como explica el análisis científico publicado en la revista Nature and Science of Sleep, los riesgos de haber descansado en malas condiciones en las últimas 24 horas antes de conducir se incrementan paulatinamente. Si se duerme entre seis y siete horas, se calcula que la probabilidad de un percance al volante se incrementa en un 30% en comparación con quienes lo han hecho ocho horas o más. Con cuatro o cinco horas de sueño de las últimas 24, el porcentaje se eleva hasta un 50%. Sin haber descansado ni una hora, la probabilidad de accidente se puede multiplicar por 15.
Son cifras que equiparan el conducir sin haber descansado adecuadamente con ponerse al volante superando la tasa máxima permitida de alcohol en sangre, según el estudio.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han revisado los trabajos publicados sobre accidentes de tráfico que recogían las horas de sueño de los conductores involucrados, y han observado un crecimiento gradual en la probabilidad de causar un incidente cuando no se han dormido suficientes horas.
En este análisis, los científicos se preguntan si debe establecerse un mínimo de tiempo de descanso previo a la conducción, teniendo en cuenta el notable riesgo que supone ponerse al volante sin la energía adecuada. Sin embargo, reconocen la dificultad de controlar a nivel legal estas circunstancias, ya que "no existe actualmente una manera de evaluar el cansancio en carretera, no hay tests que puedan determinar cuánto ha dormido una persona o cómo de fatigada está". Además, los autores apuntan que mucha gente no puede dormir más de lo que ya lo hace, bien sea por "ser padres primerizos, trabajadores nocturnos o por desórdenes en sus hábitos de sueño".
Por estos motivos, el informe señala la concienciación social y la educación como las principales herramientas para disminuir los riesgos de accidente por falta de sueño. La primera conducta que se puede adoptar es, evidentemente, abstenerse de ponerse al volante con menos de cinco horas de sueño, aunque otros consejos pueden ayudar a mitigar las probabilidades de accidente.
En viajes largos, se recomienda hacer paradas cada dos horas para descansar y estirar las piernas, mientras que mantener el vehículo ventilado y a una temperatura no muy elevada son hábitos que también se asocian a una mayor seguridad en carretera.